Clifford Roberts, el hombre que cimentó el Masters de Augusta y falleció en uno de sus hoyos
La próxima semana se disputa el torneo más icónico en el mundo del golf y su fama y tradición se la debe al empeño de su impulsor.
![Arnold Palmer y Clifford Roberts, en Augusta. /Getty](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202303/30/media/cortadas/PalmerRoberts-RUQgZi0Lg2piax30mLrdmBK-1200x648@Relevo.jpg)
Hace 89 años se celebró en Georgia la primera edición del Masters de Augusta, por aquel entonces bautizado como 'Augusta National Invitational Tournament', un torneo que aspiraba a convertirse en uno de los referentes del circuito mundial de golf. Esa distinción lo consiguió poco después, gracias sobre todo al empeño de su creador. Clifford Roberts y su inseparable amigo Bobby Jones, uno de los mejores jugadores de la época, levantaron Augusta National sobre un viejo vivero ubicado en Georgia en 1931 y consiguieron terminarlo a finales del año siguiente. Y desde ese día comenzaron a reescribir la historia de uno de los deportes con mayor tradición del planeta.
No eran años sencillos en Estados Unidos. La Gran Depresión estaba golpeando de manera vehemente la economía de un país que se encontraba en horas bajas. Eso no detuvo a Roberts, fiel amante del golf y un hombre que siempre supo buscarse la vida. No lo tuvo fácil desde pequeño, con una familia algo desestructurada y nada boyante en lo económico. Con 19 años vivió el suicido de su madre, algo que le marcó hasta su último aliento y del que pudo salir adelante gracias a su trabajo y buen ojo para los negocios, con los que hizo fortuna.
Con Augusta terminado, el siguiente paso era darle uso y, sobre todo, lustre, algo en lo que se afanó su impulsor. El club creado contó con menos de cien socios de inicio y Roberts fue su presidente. Entre sus principales intenciones estaba la de crear un torneo especial, distinto a los que ya había y que celebró su primera edición en 1934, que llegó de rebote tras no poder ser sede del US Open ese año. Y a partir de ahí, fue imparable.
Golf fans everywhere can be grateful Bobby Jones and Clifford Roberts had an idea for a golf course in Augusta. pic.twitter.com/kBCwxZvtsv
— Golfers For A Cure (@GolfersForACure) April 4, 2016
Roberts era un visionario y un avanzado de su época, y apostó por introducir en Augusta National elementos que no se habían visto antes en otros torneos, incluidos los más importantes del circuito. Marcadores en numerosas partes del campo para que los espectadores viesen en todo momento cómo iba la clasificación, sumar más días de juego en el torneo o impulsar un sistema de puntuación novedoso que se usaría desde entonces (fijar la posición de los jugadores respecto al par y no sobre los golpes totales). Rápidamente el Masters de Augusta consiguió la fama que su creador perseguía.
La estrecha relación entre Roberts y Jones fue desgastándose poco a poco, sobre todo por las pequeñas batallas personales que libraban cuando tocaba modificar algo en el campo. La enfermedad del exjugador fue limitando su presencia durante el fin de semana que se celebraba el torneo, hasta el punto que cuando su estado ya era muy débil, dejó de aparecer. Muchos protagonistas de la época apuntaron que fue decisión de su propio amigo, que prefería que los aficionados no lo viesen así. La realidad es que cuando Jones falleció en 1971, su familia no invitó a su fiel compañero en Augusta al entierro.
![Roberts y Jones, en el centro, junto a otros jugadores en Augusta. Getty](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202303/30/media/cortadas/Roberts-U66645635265mgz-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Polémica racial y muerte
El fuerte carácter de Roberts le trajo más de un problema más allá de la relación con su inseparable amigo. Uno de ellos tuvo como protagonistas a los jugadores de raza negra. Corre la leyenda de que el creador del torneo no quería que participasen pese a la constante presión que recibió durante años. Lee Elder fue el primero en hacerlo, en 1975, tras ganar un año antes un torneo del PGA Tour, condición necesaria para poder participar.
Lo que pocos sabían por aquel entonces es que el presidente estaba enfermo y sus días sobre el césped de Augusta National estaban llegando a su fin. En 1976 dejó su cargo como presidente del torneo, aunque mantuvo el de presidente del club de Augusta. El 29 de septiembre de 1977 y tras perderse la última edición del Masters por su delicada salud, decidió ir a cortarse el pelo en la barbería del campo y salir a dar un paseo por sus hoyos favoritos. En uno de ellos, junto al famoso lago Ike, sacó un revólver y se disparó en la cabeza, el mismo final que su difunta madre, porque Clifford Roberts vivió y murió por el Masters de Augusta.