GOLF

Finca Cortesín, un campo lleno de trampas y que no tiene dos hoyos iguales para la Solheim Cup

España acoge la versión femenina de la Ryder Cup la próxima semana.

Finca Cortesín. /Archivo
Finca Cortesín. Archivo
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Hace casi tres años saltaba una de las grandes noticias de las últimas décadas para el golf español. El campo de la Finca Cortesín era designado como sede de la Solheim Cup 2023, un torneo que enfrenta a jugadoras de Europa y Estados Unidos en lo que se conoce como la versión femenina de la Ryder Cup. Es la primera vez que este prestigioso torneo llega a tierras españolas y es una de las grandes bazas que tiene el conjunto del viejo continente para conseguir su tercera edición consecutiva.

Ubicado en la localidad malagueña de Casares, el escenario de la Solheim Cup 2023 cuenta con un complejo de primer nivel mundial para la práctica del golf. Porque el campo de golf es la joya de la corona de la Finca Cortesín. Diseñado por Cabell B. Robinson y finalizado en 2006, adquirió fama internacional apenas tres años después, cuando acogió el Mundial Match Play que ganó Ross Fisher.

El campo malagueño es uno de los más largos de Europa gracias a sus 6.736 metros, lo que lo convertirán en un auténtico desafío para las jugadoras de ambos equipos. Su recorrido es un par 72 y ninguno de sus 18 hoyos son similares. Lo que sí se extiende durante todo el recorrido son sus calles anchas y, sobre todo, sus greens, actualizados en 2017 y que lo convirtieron en el primer campo nacional con un nuevo tipo de césped Bermuda (UltraDwarf) en esas zonas.

Un recorrido singular y peligroso

En la Solheim Cup todos los ojos estarán puestos en el recorrido que deberán afrontar las jugadoras la próxima semana durante los tres días que dura el torneo. Y será durante el mismo cuando deban sacar todo su repertorio de golpes, porque Finca Cortesín presenta 18 hoyos muy diferentes y que obligarán a unas y otras a mezclar grandes lanzamientos desde el tee, precisos approaches cerca del green y finos putters para embocar la bola. Todo ello rodeado de un paraje singular.

El exigente recorrido se divide en cinco pares tres, cinco pares cinco y hasta ocho pares cuatro. En los primeros será necesario que las jugadoras sean muy precisas desde el tee de salida, ya que muchos de ellos están rodeados de diferentes búnkers que penalizarán cualquier error. Destaca, sobre todo, el hoyo 12, que tiene el green más grande de todo el campo y que está rodeado a ambos lados por zonas de arena.

Uno de los hoyos de Finca Cortesín.  Archivo
Uno de los hoyos de Finca Cortesín. Archivo

Sin embargo, el hoyo más carismático es el siguiente, el 13. Cuenta con un río que flanquea el hoyo por el lado izquierdo y que se cruza por delante del green. Otro de sus peligros reside en los numerosos bunkers desplegados y, por último, destacar la ondulaciones del green, lo que permite a los organizadores poder jugar mucho con las posiciones de bandera.

El título puede decidirse en el larguísimo hoyo 18, de más de 500 metros de distancia. Es un par 5 que permite el riesgo, sobre todo a las grandes pegadoras del circuito femenino, ya que cuenta con calles anchas y alguna podría intentar llegar al green en dos golpes. Eso sí, la recompensa para la que se arriesgue puede decantar la Solheim Cup.

Un campo del que están orgullosos en el club malagueño. "Con el trazado que ha creado Cabell Robinson y los diferentes retos que presenta, el campo se presta perfectamente a un evento de esta naturaleza", apuntó en su propia web Vicente Rubio, presidente de Finca Cortesín Golf Club.