Martin Kaymer y el inolvidable milagro de Medinah en la Ryder Cup: "Seve Ballesteros lo era todo en aquel torneo"
El alemán participa esta semana en el LIV Golf de Valderrama.

Valderrama. - En el mundo del deporte trascienden unos pocos, solo los elegidos. En el imaginario colectivo solo permanecen los deportistas o equipos que dominaron durante años o aquellos que, en un momento concreto, consiguieron una victoria inolvidable. Una de esas epopeyas deportivas es, sin duda, la que ocurrió en Medinah (Estados Unidos) en el otoño de 2012.
Allí se veían las caras Estados Unidos y Europa en una nueva edición de la Ryder Cup, uno de los eventos más prestigiosos del planeta. El equipo del Viejo Continente llegaba todavía sin asumir del todo la pérdida de Seve Ballesteros, fallecido un año antes y que había dejado un recuerdo imborrable entre los jugadores europeos, uno que todavía perdura, tal y como quedó claro en la última edición celebrada en Roma.
Y las cosas no iban bien para los europeos, que poco antes de acabar la jornada del sábado caían por 10-4 y que concluyeron ese día 10-6. Remontar ese marcador adverso a domicilio era, literalmente, una misión imposible. Nunca se había hecho. Pero Europa tenía a Seve en el vestuario y Martin Kaymer, un espigado alemán que había sido número 1 del mundo y ya tenía un Major en sus vitrinas (ganó otro en 2014), certificó con un inolvidable putt una remontada que todavía resuena al otro lado del charco.
"Mi padre siempre ha sido un gran admirador de Seve y desafortunadamente nunca lo pudo conocer. Pero me habló de la pasión que transmitía por televisión. Olazábal era el capitán y Seve lo era todo en esa semana. Recuerdo haber estado con Seve años antes y la pasión que tenía y transmitía. Él estuvo con nosotros esa semana", recuerda ahora desde Valderrama en una charla con Relevo.
Hay carreras que se resumen en un instante, en un segundo, y la suya, pese a los incontables éxitos, también. Pero antes de embocar esa bola, tuvo momentos para pensar qué hacer, aunque supo mantenerse sereno pese a la relevancia del momento. "Mi actitud antes de ese golpe, cuando tenía un putt más largo, era meterlo, ese era mi objetivo. La actitud que tuve todo el día era la de conseguir birdies. Luego, cuando estaba ante el putt más corto, realmente no pensaba en nada porque mi actitud seguía siendo igual de positiva y tiraba, de nuevo, para embocar la bola. Puedes controlar las emociones si realmente te has preparado para eso", explica el alemán.
A putt to win the Ryder Cup by a golfer from Germany.
— Golf’s Greatest Shots (@GolfGreatest) June 6, 2020
We’ve seen this before in 1991 but Martin Kaymer changed the story line.
2012 Ryder Cup.
Madinah CC.
Martin Kaymer 🇩🇪
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Justo después explotó de felicidad en un momento que él mismo reconoce que no ha "vuelto a vivir". Al mismo tiempo, Chema Olazábal, capitán de los europeos en la Ryder Cup, miraba hacia el cielo visiblemente emocionado, acordándose de su amigo Ballesteros e imaginándose al genio cántabro sacudiendo su brazo, como tantas y tantas veces había hecho.
Ahora, la vida de Kaymer es otra. Enrolado en el LIV Golf, es uno de los capitanes de los diferentes equipos que conforman el circuito saudí, uno que cree que ha sido positivo para el mundo del golf. "LIV ha enseñado al mundo que todo es posible, que no hay un formato único y que se pueden añadir nuevas cosas. Este es un deporte individual, pero aquí también participan los equipos. La Ryder Cup, por ejemplo, se celebra cada dos años y aquí jugamos por equipos 14 veces al año. No es la Ryder, está claro, pero es un torneo por equipos también", explica.

Y también tiene palabras para Jon Rahm, una de las cabezas visibles que tiene el LIV para ganarse el afecto de los aficionados. "Mi primer pensamiento cuando el LIV anunció a Jon Rahm fue 'fantástico'. Es un jugador espectacular, pero también un golfista europeo que ha ganado dos Majors y que nos puede enseñar mucho. Sé que para él es una gran oportunidad también, pero fue una noticia muy positiva para nosotros", asegura durante la pausa de su entrenamiento.
Porque el teutón, al igual que el de Barrika, jugará en uno de sus campos preferidos de todo el globo. Además, casualidades de la vida, Kaymer vive en Marbella, por lo que se le puede considerar como el quinto jugador 'local' del torneo junto a los otros cuatro españoles. Señala de Valderrama que es uno de los campos "más divertidos" en Europa y avanza su gran dificultad.
"Es uno de los que mejor conozco, pero estoy jugando bien y sintiéndome bien en el campo, aunque en Valderrama no sabes lo que puede pasar. Puedes tener un gran día y quedarte en el par o bajar cuatro o cinco golpes sobre el par. Es una de las cosas bonitas que ofrece este campo. Llego con muchas ganas", concluye un jugador que figura en todos los libros de historia del deporte.