GOLF

Los 550 millones del LIV Golf que marcan el año negro de Jon Rahm: sin victorias, sin repercusión y con una lesión inexplicable

El de Barrika no participará en el US Open.

Jon Rahm, ayer, en sala de prensa. /REUTERS
Jon Rahm, ayer, en sala de prensa. REUTERS
Óscar Méndez

Óscar Méndez

El mundo del golf en particular, y del deporte en general, cambió el pasado 8 de diciembre para siempre. Aquel día se anunció el mayor fichaje de la historia de cualquier disciplina con la llegada de Jon Rahm al LIV Golf.Lo hizo a cambio de 550 millones de dólares, lo que en aquel momento significaba el contrato de más dinero jamás firmado. Pero tenía consecuencias y seis meses después, entre lo deportivo y la mala suerte, al vasco no le ha podido salir peor.

Lo primero que sabía que le iba a ocurrir al firmar con el circuito saudí es que desaparecería de gran parte de los torneos que venía jugando en los últimos años. Es cierto que podía disputar los cuatro Majors, honor que se ganó en 2023 tras enfundarse la chaqueta verde. Eso le daba seguridad para el próximo lustro, pero el PGA Tour no le permitiría jugar ningún torneo que estuviera bajo su paraguas. Y así ha sido.

En estos primeros seis meses del año y a excepción de los Majors, Rahm se ha limitado a disputar ocho torneos del LIV Golf, que son totalmente diferentes a los habituales. Primero, porque se juegan en tres días, a diferencia de los cuatro habituales, y segundo, porque la repercusión no tiene nada que ver. Si tenemos en cuenta los pinchazos televisivos, estas citas apenas alcanzan un 10% de seguimiento de las que habitualmente tienen las del PGA Tour.

El nivel en el circuito saudí también es inferior. Los mejores jugadores del planeta siguen adheridos al circuito tradicional y eso hace que en el LIV Golf no haya tantos jugadores destacados en la actualidad. Muchos lo fueron en el pasado y otros muestran una irregularidad que apenas los hace competitivos, como Bryson DeChambeau o Brooks Koepka.

Los 550 millones del LIV Golf que marcan el año negro de Jon Rahm: sin victorias, sin repercusión y con una lesión inexplicable

Pese a ello, el de Barrika no ha conseguido ninguna victoria todavía en estos ocho torneos disputados. Es cierto que siempre ha estado metido en el top 10, lo que le lleva a ser uno de los más regulares, pero no ha levantado ninguna copa, algo que a estas alturas del año tan solo le había ocurrido en una ocasión desde que es profesional: el año del COVID. En el resto de temporadas, siempre había terminado junio con al menos un triunfo. El año pasado, sin ir más lejos, ya llevaba cuatro. 

No solo la repercusión y las victorias le han sido esquivas, también la suerte. El pasado sábado, Rahm tuvo que abandonar un torneo en Houston por un problema en su pie. Es muy raro verle abandonar una cita y más aún hacerlo por lesión. Una dolencia que le ha traído por la calle de la amargura en los últimos días, que desconoce cómo se produjo y que le ha apartado del US Open. "No sé qué pasó, pero se infectó", aseguró ayer horas antes de anunciar definitivamente que no disputaría el torneo.

Porque si algo terminando impulsando a Rahm a moverse al LIV Golf fue la certeza de que podría disputar los cuatro grandes torneos que se celebran cada año. Y esta temporada está mostrando su peor versión ahí. En Augusta, donde defendía título, pasó el corte de milagro y apenas pudo acabar en el puesto 45, el peor de siempre. En el PGA Championship directamente se quedó sin jugar el fin de semana, poniendo a fin a una racha de cortes en 18 Majors consecutivos, y ahora en el PGA Championship ni siquiera podrá salir a jugar.

Veremos lo que ocurre en las próximas semanas, principalmente con el Abierto Británico a la vuelta de la esquina y al que llegará sin apenas rodaje en los meses previos, y con los JJOO de París poco después. De momento, el fichaje por el LIV Golf le está trayendo por la calle de la amargura.