ABIERTO BRITÁNICO

Jon Rahm vuela el domingo y llega a soñar, pero los pares cinco le lastran las opciones de victoria

El español empezó la jornada con tres birdies y fue uno de los mejores del día, pero su mal comportamiento en los hoyos más largos durante el fin de semana no le permitió pensar en más.

Jon Rahm, en Royal Troon./ EFE
Jon Rahm, en Royal Troon. EFE
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Birdie en el primero, en el segundo y en el tercero. Jon Rahm consiguió el único inicio de jornada que daba pie a soñar con algo grande. Sus días previos no habían sido horribles, pero desde luego tampoco brillantes. Jornadas que estarían bien en la mayoría de golfistas pero que suenan a poco para Rahm. La exigencia con él es mayor que con el resto, porque también su talento y su pasado son superiores a lo que se estila en el golf. Es una estrella y con esos parámetros se le evalúa. Finalmente acabó séptimo en un torneo que se llevó Xander Schauffele.

Pero en esos tres hoyos, en el inicio del domingo, se vio el jugador que es. Empezó recortándole golpes al campo y dándose oportunidades de hacer algo grande. Rahm es un motivo para que cualquier aficionado del mundo, no solo los españoles, encienda el televisor. Su juego, largo y preciso, agresivo y audaz, es de los que hacen más digerible una tarde de domingo.

El problema llegó en el cuarto, y no fue tanto ese hoyo en sí, que lo solventó con un par, sino una tendencia que le ha ido lastrando durante todo este Abierto Británico: los pares cinco. Hay tres en el campo, el Royal Troon, y Rahm ha pasado por ellos con muchísimas dificultades. No ha logrado un solo birdie en los 12 pares cinco, sí tres bogies y eso ha terminado siendo un impedimento claro para borrar todas sus ambiciones de victoria.

Y es extraño. Es verdad que el campo no es amable y esos hoyos son complejos, pero un gran pegador como es Rahm tendría que haber sido capaz de descifrarlos y jugarlos mejor. Es verdad que los campos como el Royal Troon, y en general los campos ingleses, hacen estos hoyos más complejos, porque el viento y los contornos son complicados de jugar y de leer, pero incluso en esas circunstancias Rahm tendría que haber encontrado unas respuestas que este fin de semana no llegaron.

El propio jugador confesaba tras el recorrido su frustración por no haber logrado mejores resultados en los hoyos más largos: "No dejo de pensar toda la semana en el hecho de que no he hecho un birdie en ningún par 5. No recuerdo la última vez que jugué bien al golf y no hice birdie en ninguno de ellos. Ahí es donde básicamente podría haber estado el torneo para mí"

El resto del recorrido no estuvo mal, pero si hubiese seguido al ritmo loco que había marcado en el inicio sus opciones hubiesen sido mayores. Se quedó con -4 en los primeros nueve hoyos y cerró el recorrido con un bogey más en el hoyo once. Una buena jornada, de las mejores entre todos los competidores, pues el campo no estaba fácil, pero no suficiente para enmendar su mal jueves.

El British es siempre complicado, por eso la media de edad de los ganadores es algo mayor que en el resto del circuito profesional. Es un torneo que agradece la experiencia, y aunque Rahm no es ni mucho menos un novato, es posible que todavía necesite un poco más. Él, además, es un jugador americano en su formación, han sido muchos años jugando en la PGA y poco tiempo de servicio en los links, estos campos escoceses forjados por el viento y la lluvia donde el diseñador no es un arquitecto sino el paso del tiempo y el clima.

Pensar en los Juegos

A pesar de todo, ha sido una buena semana. Rahm está teniendo una temporada accidentada, su paso al LIV golf le ha desdibujado, quizá le falta competir con más frecuencia y a más altura para estar del todo fino. No pudo estar en el US Open por una herida en el pie, no pasó el corte en la PGA, estuvo muy lejos en el Master de Augusta. El British ha sido su mejor grande del año, y quizá sabe a poco porque es el jugador que es, pero acabar entre los diez mejores en un campeonato de este calibre siempre es algo a tener en cuenta.

Este pico de forma hace que su nombre vuelva a sonar con fuerza para los Juegos Olímpicos. En Tokio no pudo estar porque contrajo covid unos días antes de la competición. Una lástima, porque llegaba en un momento de forma dulcísimo y porque él siempre ha expresado que, a diferencia de otros golfistas, él sí tiene en alta estima la más alta competición polideportiva.

Es muy difícil predecir el resultado del golf en general y en los Juegos en particular. Cada jornada hay vencedores nuevos, la máxima del deporte que dice que es más habitual perder que ganar es especialmente cierta en este caso. Todo eso es cierto, pero también lo es que Rahm es un superdotado, uno de los jugadores más potentes del mundo. Por todo ello, aunque las medallas sean impredecibles, es también lógico contar conque él puede ser uno de los elegidos.

Le vendrá bien, además, para buscar algo de concordia a su alrededor. Su decisión de marcharse al circuito saudí no le ha ayudado a mejorar su imagen, más todavía después de haber sido uno de los más vocales opositores del mismo antes de dar el paso. La oferta fue mareante, porque también sabían en el LIV que con él no se llevaban a un jugador más, pero igualmente es complicado para muchos aceptar que alguien opte por el dinero dejando de lado la tradición y otras cuestiones relacionadas con la ética.

Los Juegos, que aunque han cambiado mucho siguen teniendo esa mirada amable y singular, pueden ser un buen espacio para congraciarse de nuevo con la afición. Conoce el campo además, algo siempre relevante cuando de golf se trata, pues ya jugó en Le Golf National en la última Ryder Cup, que terminó con victoria para los europeos.

Es el siguiente reto, Rahm lo sabe: "Me fastidió no poder ir a Japón (Tokio 2020), y poder representar a España a nivel profesional de una manera más... He tenido la suerte de formar parte de equipos españoles creo que desde las 13 años. Hacerlo en como profesional en algo que no sea la Ryder (Cup) es todo un orgullo. A ver si puedo seguir jugando bien y añadir la medalla de oro".

Aunque también recordó que en su deporte vale más ganar un grande que un oro olímpico. "Entre los dos todos elegiríamos esta semana (el Open). Al final es un grande del golf. Las olimpiadas importan, pero igual en el golf no tanto como en otros deportes. Por suerte o por desgracia tenemos cuatro grandes cada año que quieren decir mucho", comentó el golfista español.

Para conseguir sus objetivos, en todo caso, tendrá que limar el problema que ha tenido esta semana con los pares cinco. Tiene en su juego todas las cualidades necesarias no solo para sobrevivir a ellos, sino para ser excelente. Su juego potente y delicado es perfecto para no atragantarse en esas distancias más largas. En este fin de semana, en Escocia, simplemente no ha salido, pero lo imaginable en él es pensar que ese no será el problema de cara al futuro.