GOLF

La remontada de Rahm muere en la orilla con el público entregado: "¡Jon, un piquito!"

El golfista vasco se da otro baño de masas en Madrid para despedir por todo lo alto la 95ª edición del Open de España.

Jon Rahm se lamenta tras un putt este domingo en el Open de España./Acciona Open de España
Jon Rahm se lamenta tras un putt este domingo en el Open de España. Acciona Open de España
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Día extraño, de sensaciones encontradas para Jon Rahm. En el Club de Campo Villa de Madrid, los 18 hoyos de referencia en la capital de España, cubierta hoy por unas nubes que por ocasiones rompían en chispeo, el golfista de Barrika ha vuelto a reencontrarse este domingo con su mejor nivel, ese que despierta el asombro de todo el que observa. Sin embargo, los esfuerzos del vizcaíno no han sido suficientes y el lastre de puntuaciones que arrastraba desde las primeras jornadas ha pesado demasiado.

"Ha sido un gran día", destacaba el número tres del mundo al finalizar su participación en el torneo. "Es una pena que no haya podido 'puttear' mejor en los primeros días. Esa ha sido la gran diferencia. Hoy he metido varios, he 'putteado' muy bien y ayer metí un par de 'putts' muy buenos que han terminado siendo la gran diferencia".

Allí, tras las gradas supletorias, en lo más alto del hoyo 18, justo donde un enjambre de periodistas sedientos de explicaciones revoloteaba alrededor del golfista móviles en mano, se escuchaba, aún a lo lejos, a la marabunta de niños, padres y demás aficionados que se agolpaban, un día más, incondicionales, para recibir a su ídolo.

Jon Rahm atiende a los aficionados este domingo tras concluir su participación en el Open de España.RELEVO

"Joooooon, Joooooon", gritaban los más pequeños sin cesar, infatigables. "¡Rahm, Rahm, Rahm!", acompañaban los padres, más directos. Algunos críos, los más graciosos, sugerían incluso "un piquito" al deportista español mejor pagado del año (21,3 millones de euros este curso, según la revista Forbes).

Rahm, semblante serio, aunque siempre afable, se detuvo a firmar decenas de gorras, pelotas y camisetas de quienes se retorcían y estiraban sus brazos al otro lado de las vallas. A su paso, la multitud caminaba y el bullicio hacía las maletas hacia otro lugar, dejando al resto de competidores sin peticiones que atender. El mismísimo Edoardo Molinari, clave en la última Ryder Cup lograda por Europa en Roma, charlaba a escasos metros tranquilo, en un silencio que resultaba hasta extraño.

Un inicio de escándalo para soñar con la victoria

Con un inicio fulgurante de la última ronda, con seis 'birdies' en los primeros nueve hoyos, Rahm amenazó desde bien temprano con completar una remontada que solo unas horas antes, en la tarde del sábado, parecía imposible. "A ver si tengo un buen domingo y doy espectáculo", prometía él, consciente de la dificultad del reto.

La inercia imparable del inicio no pudo mantenerse, eso sí, en el segundo tramo de la jornada, cuando 'El León de Barrika' fue a la par hasta que en el hoyo 13 se atascó y cometió un bogey, enmendando su error en el 15 con un nuevo birdie. Su participación en el Acciona Open de España concluyó con otro birdie en el hoyo 18.

No pudo ser, en definitiva. El español, que cerró con un -14 tras una gran tarjeta final de 64 golpes (-7), falló en su intento por resurgir en un domingo agridulce. Quién sabe si tuvieron que ver las leves molestias en la espalda que dejó ver tras atender a la prensa, cuando comenzó a estirar la zona contorsionando el cuerpo con la mano sobre los riñones.

Quizás fuera simple cansancio, ese que ha acusado tras la Ryder. El precio del esfuerzo para un deportista que gane o pierda, siempre deja espectáculo allá donde pisa. "He hecho todo lo que he podido", aseguraba él, visiblemente insatisfecho con el resultado final. No es para menos. A sus 28 años, Rahm ha perdido este domingo la oportunidad de superar a Severiano Ballesteros en el palmarés del Open de España. El empate —a tres títulos— se mantendrá, al menos, un año más. Seguro que 2024 concede la revancha.