Mo Katir deja una herida abierta en el atletismo español: qué opciones de medalla quedan para París 2024

¿Y ahora qué? Es la pregunta que sobrevuela el ambiente, ya de por sí denso, tras conocer la suspensión provisional de Mo Katir, subcampeón del mundo y plusmarquista continental de los 5.000 metros que ha saltado esta semana a la primera plana del deporte nacional por infringir en tres ocasiones la normativa de localización en los controles de dopaje.

Las faltas, registradas en el sistema ADAMS, quebradero de cabeza de algunos de los mejores deportistas del mundo, ya están en manos de Borja Osés, el mismo abogado que desenredó en 2016 el embrollo de Adel Mechaal, mediofondista que, como Katir, sumó tres strikes, aunque, en su caso, dependía de la CELAD y no de la Athletics Integrity Unit (AIU).

El recurso, última esperanza de Katir para estar en los Juegos Olímpicos que arrancan el próximo 26 de julio en París, girará en torno a una idea que ya adelantó el propio atleta en el comunicado emitido por su representante, Miguel Ángel Mostaza: "En alguno de los fallos de localización reportados por parte de AIU, me encontraba disponible en el lugar, fecha y horas aportadas por mi parte".

En cualquier caso, y a expensas de una resolución que se antoja aún lejana, la suspensión provisional de Katir deja en el aire su presencia en la cita parisina, eje sobre el que giran las ilusiones de cualquier atleta de élite. No es baladí, pues Katir, estrella prominente en el tartán, es el atleta español con más opciones de medalla en cualquier evento internacional.

De no ir a París, Katir, que llegó a Mula cuando aún gateaba y la semana que viene cumplirá 26 años, perdería la opción de participar en sus segundos Juegos Olímpicos. En Tokio, donde debutó en un estadio vacío debido a la pandemia del coronavirus, cruzó la meta en la final de los 5.000 metros en octavo lugar.

"Soy finalista olímpico en unos 5.000, algo que un español no conseguía desde hace mucho tiempo", aseguró entonces, aún con el sudor en la frente y el dorsal en el pecho quien meses después saltaría al primerísimo escalón internacional para mirar a la cara a británicos, africanos, noruegos y, sobre todo, al temido Jakob Ingebrigtsen.

Tres años después de su primera y hasta ahora única cita olímpica, en Madrid, y esta vez con abrigo, Katir se mostró ilusionado con volar bajo el sol estival de la capital francesa en 2024. "De momento no pienso mucho en París", confesó a Relevo en noviembre. "Cuando se acerque el momento, ya vendrán el estrés y los nervios".

Con su presencia en la villa olímpica aún en el aire, y en un año en el que el objetivo parece ser batir las 22 medallas de Barcelona '92, España pondrá su mira en la marcha atlética, donde ya se consagró este último verano como la mayor potencia del planeta: Álvaro Martín y María Pérez, bicampeones del mundo en las distancias de 20 y 35 kilómetros.

La marcha española, sumida en la incertidumbre de camino a París, donde se estrenará el relevo mixto, tendrá un mínimo de tres balas para ampliar el medallero: Álvaro Martín y María Pérez, en sus pruebas individuales; y el relevo mixto, donde ambos atletas, Martín y Pérez, formarán pareja en una distancia, la de 42,195 kilómetros, en la que se alternarán tandas de algo más de diez kilómetros.

Mientras, dentro del estadio, la delegación española entregará todas sus esperanzas a las sorpresas que puedan deparar atletas como Mario García Romo, sexto en los 1.500 del Mundial de Budapest, Adrián Ben, campeón de Europa de 800 en pista cubierta y cuarto en Budapest; o las saltadoras Ana Peleteiro, bronce de triple salto en Tokio 2020, Fátima Diame, sexta en la final de longitud de Budapest, y Tessy Ebosele, octava en la misma prueba. Sin olvidar, por supuesto, a Jordan Díaz, en triple salto, que representará a España por primera vez en París 2024.