JJOO | DECATLÓN

Los secretos de las horas más críticas del decatlón desde dentro: "Es un auténtico desafío"

Harrison Williams, representante estadounidense en el decatlón, cuenta en Relevo los rigores de una prueba tan compleja.

Harrison Williams junto a su padre./Instagram
Harrison Williams junto a su padre. Instagram
Guillermo García

Guillermo García

Salto de longitud, lanzamiento de peso, salto de altura, 100 metros lisos y 400 metros lisos. Son las cinco pruebas, que la mayoría de atletas realizan una al día pero que en el caso del decatlón se comprimen las cinco en una jornada. Sin tiempo casi para descansar, al día siguiente los decatletas se tienen que enfrentar a la pértiga, la jabalina, el disco, los 110 metros vallas y los 1.500 metros. Casi nada para las piernas y para la mente de un deportista que apenas puede desconectarse.

El decatleta estadounidense Harrison Williams habla sobre sus rutinas.Relevo

"Las horas entre los dos días de competición se hacen cortas. Quiero decir, terminamos a las 9 de la noche el día uno y luego tenemos que volver a la carrera, a las 10 de la mañana del día siguiente". Quien habla es Harrison Williams, uno de los favoritos al podio en la prueba más completa del programa olímpico, que atiende a Relevo en la casa de Nike para los deportistas. "Así que el principal foco es conseguir comida tan rápido como sea posible y conseguir una recuperación, como un baño de agua, estirar y luego intentar conseguir dormir un poco".

El norteamericano nos cuenta los secretos de una prueba tan compleja y cuál es el gran enemigo de los deportistas entre una jornada y otra: "Muchas veces no podemos dormir. Vuelves tan tarde al hotel o en este caso a la Villa que sólo puedes dormir dos horas. Además, después de correr el 400, estás un poco sobrepasado por la adrenalina y es complicado regular y entrar en ambiente para poder dormir. Es un desafío".

Williams llega a París con una única meta: el oro. No quiere pensar en otra cosa. No se lo permite. "Mi objetivo es ganar el oro olímpico. Quiero decir, no estaría aquí si no pensara que podría ganarlo. Ese ha sido el objetivo desde el comienzo de mi carrera. No me conformaba sólo con llegar al equipo olímpico. Quería ganar la medalla. Ya he logrado la primera parte que es ser olímpico y ahora que estoy aquí, tengo la oportunidad de ir por el oro".

"Salí del estadio y solo tuve que hablar con mi padre. Él me hizo ver la realidad… y las matemáticas. Todavía tenía la oportunidad de competir.

Harrison Williams

Para el atleta de Texas, París es su Tokio particular. No pudo estar en la cita de Japón, cuando mejor estaba, por culpa de una lesión en la fascia. "No estar en el equipo para los Juegos de Tokio fue frustrante porque sabía que tenía la capacidad. Fue por culpa de infección, algo que se escapa de mis manos, pero fue difícil de superar eso mentalmente. Aún así, creo que me hizo más fuerte y me ha hecho tener más pasión y deseo por estar esta vez en el equipo".

Sin embargo, Williams estuvo a punto de volver a quedarse fuera del equipo para París. Un mal salto en la prueba de altura en los Trials de Estados Unidos le pudo jugar una mala pasada. Sobre todo en su cabeza. "Después de ese salto mi mente estaba bastante mal. Pensé que todo había terminado. Sin embargo, salí del estadio y solo tuve que hablar con mi padre. Él me hizo ver la realidad… y las matemáticas. Todavía tenía la oportunidad de competir. Por suerte, eso me ayudó a poder enfocarme en el 400 y lo hice bien, para terminar clasificándome".

Harrison Williams habla sobre lo que pasó antes de los Juegos de Tokio.Relevo

Para concluir la charla, preguntamos a Williams como se embarca un adolescente en una aventura como las 10 pruebas que componen el decatlón. "Empecé a correr en el instituto, en Tennessee y mi entrenador decidió meterme en el equipo de decatlón porque era un buen vallista y era alto". Una genética que le permitió probar en una prueba que primero se convirtió en un desafío y más tarde en una rutina.

"Encontrar un buen entrenamiento es muy importante porque los días se hacen largos y monótonos. Cuando no quieres ir a entrenar, necesitas esa rutina que te haga ir a trabajar. Mi rutina es bastante simple, bastante aburrida. Me despierto, almuerzo, entreno, hago la rehabilitación y voy a dormir. No es muy emocionante. Pensé que ser un atleta profesional sería emocionante y toda una aventura", finaliza entre risas uno de los grandes nombres de la prueba más completa del atletismo.