La fama de Caitlin Clark le deja fuera de los Juegos Olímpicos

El pasado 8 de junio, The Athletic, de la mano de Shams Charania, uno de los periodistas con mejores fuentes dentro del mundo del baloncesto, revelaba la lista de convocadas del equipo femenino de Estados Unidos para los Juegos Olímpicos. En un equipo que busca su octavo oro consecutivo, la noticia fue la ausencia de la nueva promesa del baloncesto Caitlin Clark.

Tras sus cuatro años en IOWA que le valieron para convertirse en la máxima anotadora de la historia del baloncesto universitario estadounidense (tanto femenino como masculino) y en un fenómeno mundial, llegó a la WNBA con todas las miradas en ella. Literalmente. No para de batir récords de audiencia nunca vistos en el deporte americano. En la liga de las "mayores" tampoco le ha ido mal: mejor rookie del mes de mayo por encima del resto de debutantes en puntos y asistencias.

Según Christine Brennan, periodista que cubre al equipo, el motivo de su ausencia es la "preocupación de las veteranas del equipo a la reacción de los millones de fans de Clark ante un tiempo de juego limitado". Caitlin no ha querido generar polémica y ha comentado que es el "equipo más dificil de hacer". Sin embargo, su entrenadora en los Indiana Fever, Christie Sides, ha revelado el mensaje que le mandó su jugadora al enterarse de la noticia: "They woke a monster" (Han levantado a un monstruo). Habrá que estar pendiente de cómo evoluciona su rendimiento en los próximos meses, pero ella ya ha avisado.

La noticia no ha tardado en ocupar todas las tertulias en Estados Unidos y se ha creado el debate: ¿Ha perdido una oportunidad el deporte femenino una oportunidad para crecer? Parece que sí.

Un equipo que lleva ganando el oro desde el año 1992 y que no consigue acaparar la misma atención que otros deportes olímpicos necesita narrativas que atraigan al público. Para eso, nada mejor que Caitlin Clark. Su participación en los Juegos de París podría haber tenido un impacto similar al que tuvo el Dream Team en el baloncesto con los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

Ya no hay vuelta atrás. La rookie de los Indiana Fever verá a su selección desde casa. Veremos si sus millones de fans también.