Ambros Martín se agarra a la vida extra para las Guerreras: "Estábamos muertas"

Torrevieja.- El nombre propio masculino de origen griego Ambros significa 'que no muere' o 'inmortal' por lo que parece que no hay seleccionador mejor que Ambros Martín (Arrecife, Las Palmas, 1968) para ser el líder de la resurrección de las Guerreras, la Selección femenina de balonmano, tras el tropiezo en el pasado Mundial que le dejó sin asegurar la plaza olímpica, que tendrá que buscar este fin de semana en Torrevieja. Una sensación de necesitar revivir que el técnico expresa de manera enfatizada en la primera respuesta de su conversación con Relevo: "Tenemos que dar las gracias de poder estar en este Preolímpico, porque estábamos muertas". Países Bajos y República Checa — rivales que ganaron a España en la cita mundialista del pasado noviembre — y Argentina serán los rivales por los dos billetes a París del próximo verano.

En cierta manera, tenemos que estar agradecidos. Lo digo por poder estar en este Preolímpico porque, tanto en el Europeo como en el Mundial, no hicimos un buen campeonato. Estábamos muertas después del campeonato del mundo. Prácticamente no teníamos ninguna opción de estar ni siquiera en el Preolímpico y se nos abrió la puerta por otro resultado que nos otorgaba esta posibilidad por el resultado del Europeo. Somos afortunadas porque no es que hayamos quedado en los puestos privilegios que dan la opción directa a los Preolímpicos y gracias a que se han corrido algunos puestos de otros ya clasificados tenemos la fortuna de estar aquí, además en casa.

Bueno, los campeonatos no han sido malos del todo. El resultado en la clasificación sí, pero no el campeonato. Es verdad que no hemos acertado en los partidos clave, sobre todo en este último Mundial y el partido que nos daba la opción de entrar en la parte alta, pero el resto del campeonato más o menos había sido bastante bueno y aceptable. Fue y ahora es cuestión de estar bien en los momentos y partidos importantes. Y cuando no tengamos esos momentos, ya tenemos la experiencia anterior de qué es lo que podemos hacer para tratar de corregir la situación.

Estas experiencias negativas, a buen seguro, siempre van a ayudar. Es una nueva oportunidad, es una nueva vida que nos dan para poder estar en los Juegos Olímpicos y nos vamos a agarrar a ella con toda nuestra fuerza.

Tampoco ha habido demasiado tiempo para poder vernos y cambiar cosas. Simplemente es generar confianza en lo que estamos haciendo. También, por supuesto, en saber que cada partido es único e independiente. Sí, va a ser contra los mismos rivales, pero son campeonatos diferentes y son historias totalmente diferentes. Cualquier cosa puede suceder, va a estar todo muy igualado.

Nos va a tocar jugar. Van a ser rivales muy complicados los tres, incluida Argentina, que es un rival que nos conoce a la perfección y que contra nosotros, por el hecho que la mayor parte de sus jugadores juega en nuestra liga, se motivan bastante. Son tres partidos donde el resultado puede ser incierto. Es posible que Países Bajos quizás esté por encima del resto a priori, pero somos conscientes de que no hay ningún partido sencillo y que todos van a costar muchísimo. Tenemos que saber estar en cada uno de los momentos y tenemos que prepararnos no solamente físico, sino también técnico y fundamentalmente mentalmente. Van a ser partidos muy exigentes y que el factor mental va a ser clave.

Sobre todo, tenemos que controlar muchísimo nuestras emociones, nuestras ganas ni por las obligaciones de querer estar, para que no nos ocurra como contra la República Checa en el Mundial. Hay que controlar bastante más nuestros deseos, no jugar tanto con el corazón y hacerlo también con la cabeza, porque somos conscientes de que podemos hacerlo de esa manera también. En el Mundial teníamos muchas ganas de hacer algo grande, apostamos por todo y eso me gustó, porque el equipo fue valiente desde el primer al último partido, pero se nos complicó y nos dolió bastante. Ese carácter ganador es el que queremos dotar y el que tienen estas jugadoras, pues es el que tenemos todavía.

Más que presión es una bendición que podamos estar aquí ahora hablando de que podemos tener la opción de jugar este Preolímpico. Las ganas de todos los equipos que están serán las mismas. Hay que saber jugar más con la cabeza. Sabemos que el corazón lo vamos a poner, que las ganas las vamos a poner y debemos tranquilizarnos un poquillo más y jugar más con la cabeza. Estas jugadoras están acostumbradas a jugar este tipo de partidos en el que te juegan algo tan importante como estar en unos Juegos Olímpicos, lo han vivido tanto en sus clubes como también en la selección.

Yo estoy bien porque, en realidad, esto es la competición y esto es lo que nos gusta. No siempre se puede ganar o conseguir los objetivos. En eso radica el deporte y por suerte, tanto a nivel de clubes como a nivel de selección, al año siguiente siempre tienes nuevas oportunidades y nuevas ocasiones. Estoy muy agradecido de poder estar aquí y agradecido de poder contar con todas las jugadoras en condiciones de poder ayudar a excepción de Eli Cesáreo.

No cambiaría absolutamente nada. Ni lo hizo el campeonato pasado, ni lo que puede ocurrir en este Preolímpico. La idea es clara, llevo muy poquito tiempo con el equipo nacional y no es ninguna excusa. Ahora, las ganas tanto del equipo, como mías, como de la propia federación, es pensar en estar en los Juegos Olímpicos y estamos haciendo todo posible.

Tenemos una mezcla muy bonita entre gente joven y otras muy veteranas que podrían ser las madres de algunas de las jugadoras que tenemos. Hay una diferencia importante, pero no se nota. Se cuidan mucho y es un grupo que además más se conoce muy bien. La relación que hay dentro del equipo es bastante sana y buena. Eso, para hacer jugadoras que juegan en distintos clubes y que no acostumbran a estar sola pues es algo bastante importante y positivo.