JJOO
España aterriza en París cargada de optimismo: "Solo pensamos en las medallas"
La expedición nacional llega a la capital francesa con ánimos de superar la marca de Barcelona 1992.
Tras dos horas de vuelo y algo más de una esperando el equipaje entre cintas transportadoras y salas acristaladas, el grueso de la expedición española ha teñido de rojo la Terminal 3 del aeropuerto Charles de Gaulle, punto de partida para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Liderados por Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, y José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes, los más de 50 deportistas nacionales que han llegado a la capital francesa pasadas las ocho y media de la tarde han comenzado a salir a cuentagotas enfundados en el chándal oficial de Joma.
Muchos han cruzado la puerta de la terminal con una sonrisa. Algunos incluso bromeando. Pero el signo más habitual en los rostros de nuestros deportistas ha sido, sin duda, el cansancio. "Esta mañana a las 11 ya estábamos en La Moncloa", reconoce a Relevo Ariane Toro, judoka que, a sus 21 años, debuta en unos Juegos Olímpicos.
Por delante, lo que muchos recordarán siempre como los días más felices de sus vidas. "Cuando estábamos aterrizando, he mirado por la ventana y le he dado la mano a mi padre", revela Toro. "Nos hemos mirado y hemos dicho, en unos días nos volvemos a casa con medalla".
Antes de aterrizar, eso sí, los deportistas han matado la larga espera como han podido. "Yo en el avión me he llegado a meter en la cabina", confiesa Lucía Martín-Portugués, sablista madrileña que también debuta en París. "Ahora ya estamos aquí, literalmente tirando del carro de España", ha añadido, entre risas, mientras empujaba una jaula repleta de maletas con los colores rojigualdas.
Así, en un visto y no visto, y tras atender a los pocos medios nacionales desplazados hasta el aeropuerto Charles de Gaulle, a una hora del centro de París, la expedición ha puesto rumbo a la Villa Olímpica en cinco autobuses de línea que, como excepción, podrá esquivar el tráfico parisino por el carril especial habilitado para los deportistas durante los Juegos Olímpicos.