La semana grande de Alba Redondo termina con un 'banquillazo' olímpico

Ha sido una semana, dos días seguidos para ser exactos, con sentimientos contrapuestos para Alba Redondo. Ayer fue la protagonista del día tras hacerse oficial su fichaje por el Real Madrid y hoy lo ha vuelto a ser después de que Montse Tomé contara con ella para los Juegos Olímpicos, pero como reserva. Es decir, será una de las cuatro jugadoras que viaje a París y que solo podrán jugar si una compañera convocada se lesiona de gravedad. Una decisión que sorprendió a una gran parte de la afición española que contaba con la campeona del mundo en la convocatoria de 18.

"Vamos a elegir en función de lo que necesita el equipo, eso conlleva que algunas jugadoras se tengan que quedar fuera. Los técnicos valoramos lo que podamos necesitar en cada momento del partido. Entiendo que para las que no pueden estar es difícil para ellas, para nosotros también si lo llevas al lado más personal", expresó Montse Tomé en la atención a los medios refiriéndose a la decisión respecto a Alba Redondo. La seleccionadora ya avisó de las emociones que podría conllevar esta lista y su límite en el número de jugadoras: "Cuando pienso en la parte humana, puede ser que me debilite un poco".

Alba Redondo fue una de las privilegiadas que pudo vivir desde dentro el Mundial de Australia y Nueva Zelanda en el que la Selección española se convirtió en campeona del mundo. Marcó tres goles durante el torneo y puso su granito de arena para que España llegase a lo más alto. Pero el inicio de la temporada 23/24 nada tuvo que ver con el final de la anterior tras colgarse el oro en Sídney. Un esguince en el tobillo hizo que se perdiera varios partidos y no consiguiera recuperar su mejor nivel tras su vuelta.

Estuvo más de un mes, casi dos, sin competir. Como es normal cuando hay una lesión, el tono físico disminuye y perderse el inicio de temporada precisamente pasó factura. Siguió trabajando tanto física como mentalmente para poder competir con el Levante y, como confesó, quitarse la espina de poder jugar con la estrella de campeonas del mundo bordada en el pecho. Y así fue: en febrero volvió a recibir la llamada de la Selección para poder jugar la fase final de la Nations League.

"Ahora sí me siento como la futbolista que acabó el Mundial. Ahora me siento bien, me siento feliz", dijo en la rueda de prensa tras su regreso al conjunto nacional con su característica sonrisa. A pesar de los altibajos que tuvo durante el arranque, siempre mantuvo los pies en el suelo y fue sincera con la humildad que la caracteriza. "Siempre quiero llegar y estar en todas las concentraciones pero la realidad era que, uno, estaba lesionada, dos, no estaba en mi mejor momento y era consciente de ello", expresó.

No participó en la fase de grupos de la Nations League, pero regresó para la Final Four, donde sumó algunos minutos en el partido de semifinales ante Países Bajos. Meses después, la propia futbolista confesó en 'Quiero ser como', programa de Relevo, que no fue fácil gestionar la situación y que lo llevó mal al principio. "No se lleva bien estar en convocatorias y que después no te llamen, pero luego fui consciente de que venía de una lesión, no estaba en mi menor momento deportivo. Paras y pierdes ritmo de competición. La gestión fue dura, tuve muchos lloros también. Malos momentos", dijo la delantera.

Tras ganar contra Países Bajos, España consiguió el billete para los Juegos Olímpicos, un torneo para el que Montse Tomé ha tenido que enfrentarse a "la lista más difícil desde que soy seleccionadora", como ella misma dijo una hora y cuarto después del anuncio y en la que no entró como tal Alba Redondo, que seguirá de cerca a sus compañeras y viajará a París pero con la etiqueta de 'reserva'.