JUEGOS OLÍMPICOS

El adiós de Markel Zubizarreta provoca el enésimo sainete en la Selección: las jugadoras no sabían nada y el puesto se queda vacante

El catalán anuncia su marcha como director de fútbol femenino en la RFEF a poco menos de un mes del comienzo de los Juegos Olímpicos.

Markel Zubizarreta, antes de comparecer ante los medios de comunicación en el día de su despedida. /RFEF
Markel Zubizarreta, antes de comparecer ante los medios de comunicación en el día de su despedida. RFEF
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

"Hay una cosa que no se merece este equipo y es que esté todo el día envuelto en ruido. Me sabe muy mal que yo haya generado ruido, espero que sea el mínimo posible. No se merecen esto", confesaba Markel Zubizarreta. Porque sabía la que se venía encima. Su marcha como director de fútbol femenino en la RFEF desemboca en el enésimo giro de tuerca -cada uno que le otorgue el calificativo que considere- en el fútbol femenino español. Concretamente, en la Selección femenina de fútbol. Otra vez.

Las jugadoras se enteraron por las redes sociales, según pudo saber Relevo. A las internacionales les pilló por sorpresa y, recordemos, a tan sólo dos días para el inicio de la concentración para los Juegos Olímpicos. Apenas un grupo muy reducido de personas conocía la decisión del catalán. Markel, muy poco amigo de los medios de comunicación y de los focos, parecía pretender que todo el mundo se enterase a la vez. Una elección, la de su adiós, que deja un sabor amargo y una sensación de 'abandono'.

El puesto se quedará vacante, de momento

Si algo inspiró la llegada de Markel Zubizarreta al cargo, el pasado mes de noviembre, fue una energía renovada. El exdirector deportivo del Barça llegaba tras la conquista del Mundial, con Montse Tomé ya en el cargo y con unas expectativas -las que se habían depositado sobre él- muy altas. "Queremos ser disruptivos", confesaba en una charla informal con los medios de comunicación a los pocos días de su presentación como mandamás del fútbol femenino español en el ente federativo. "Es el perfil que necesita la RFEF para poner orden porque en el Barça hizo un trabajo brutal", confesaba Melanie Serrano, exfutbolista blaugrana, a Relevo. Una opinión que era secundada por el mundo del fútbol femenino.

Ahora, su actuación en la RFEF es difícil de calibrar. Si bien es cierto que durante su comparecencia ante los medios de comunicación destacó "la estabilidad" y "el no poner palos en las ruedas" en el desarrollo de la Selección, se antoja complicado mirar más allá en tan poco tiempo al cargo.

Su breve reinado (apenas ocho meses) se queda incompleto... y vacante. Tal y como le han confirmado fuentes federativas a este medio, no está previsto cubrir su puesto. Gonzalo Rodríguez -su número dos y al que se trajo del Barça- seguirá cumpliendo su función y el resto de miembros del departamento de fútbol femenino (incluido el propio Gonzalo) asumirán más tareas. Desde la RFEF también entienden que vienen tiempos de competición, del verde, del césped, en el que la figura de Markel Zubizarreta no iba ser tan importante.

Su decisión, tal y como ha dejado claro en su rueda de prensa de despedida, mezcla los motivos laborales con los personales. Una oferta que aunaba ambos mundos y que sintió como "irrechazable". Pero que, irónicamente, deja huérfanas a las campeonas del mundo. Recordemos que, por ejemplo, fue clave en el regreso de Patri Guijarro a la Selección. Una noticia que todavía estábamos asimilando cuando llegó la de su marcha.

"No se merecen esto", recogiendo la frase que inicia el texto que están leyendo. La verdad es que no. Cuando parecía que todo volvía a su cauce y que la Selección española iba a dejar de ser noticia por los asuntos 'extradeportivos', otra vez se vuelve a alejar el foco. Después de unos meses relativamente calmados, todo lo calmados que pueden ser teniendo en cuenta cómo se las gasta la RFEF, vuelve el terremoto. A falta de menos de un mes para el debut olímpico -histórico, por cierto- la Selección se queda sin jefe. Cuando todo parecía que sí, otra vez es que no.