JJOO | GIMNASIA EN TRAMPOLÍN

La explicación de por qué la fuerza G que experimentan los gimnastas de trampolín supera a la de los pilotos de Fórmula 1

Pueden llegar a soportar 11G en la zona lumbar y valores incluso superiores en pies y piernas.

Uladzislau Hancharou, oro olímpico en gimnasia trampolín en Río 2016. /EFE
Uladzislau Hancharou, oro olímpico en gimnasia trampolín en Río 2016. EFE
Marc Mosull

Marc Mosull

No hay aficionado a la Fórmula 1 que no haya escuchado hablar sobre la fuerza G, pero ¿qué es la fuerza G exactamente? Es una aceleración producida por la gravedad de la Tierra sobre un objeto o individuo cuando se está en movimiento o experimenta cambios de dirección o velocidad. Cuanto más fuerte sea ese cambio de dirección o velocidad, mayor fuerza G se experimenta. En su día, ya tratamos de explicarlo en Relevo. Pongamos un ejemplo: si un coche circula a toda velocidad y frena bruscamente, la fuerza G hace que el conductor se desplace hacia delante aunque no haya nada que le empuje.

¿Y cuánta fuerza G puede soportar una persona? Depende de muchos factores, pero una fuerza de 2G ya es muy potente para cualquiera. Los airbags de los automóviles suelen saltar automáticamente si notan una desaceleración que genere 3G. Los pilotos de Fórmula 1 están sometidos a cantidades mayores: 2G cuando aceleran, 5G cuando frenan y entre 4G y 7G al tomar una curva. Las fuerzas G altas pueden causar tensión física en todo el cuerpo, dificultad para respirar y pérdida del conocimiento.

De ahí que se utilicen cinturones y arneses con varios puntos de anclaje para distribuir la fuerza por todo el cuerpo y evitar lesiones. Y que Fernando Alonso, Carlos Sainz y compañía deban entrenar permanentemente el cuello para fortalecerlo y evitar tensión, fatiga y lesiones cervicales. Era importante hacer este inciso antes de abordar la fuerza G en los gimnastas de trampolín.

El caso de los gimnastas de trampolín

"¿Qué fuerza G pueden alcanzar los gimnastas de trampolín en un salto? Depende de la parte del cuerpo de la que hablemos, pues la aceleración a la que llegan los pies y las piernas es mucho más alta de la que sufren el tronco o la cabeza, porque esa aceleración se disipa en la cama elástica. En todo caso, nosotros tenemos registrado que llegan a 10G y 11G en la parte lumbar, que es donde llevan el sensor los gimnastas. En las tibias, por ejemplo, seguramente sea mucho más", analiza Jordi Duràn, biomecánico del CAR de Sant Cugat.

"Cuando más fuerza G se experimenta es en el momento que, en el contacto del gimnasta con el trampolín, está más deformada la cama elástica hacia abajo. Es cuando se produce el rebote y cambia de bajar a subir", añade Duràn, que descubre la clave para reducir al mínimo los posibles riesgos: "Que el valor de la fuerza G sea menor o mayor, no es tan importante. Lo verdaderamente trascendente es como el gimnasta está colocado respeto a esa fuerza G. Si está recto o no… Si llega un poco inclinado, quizás experimente menos G, pero pueda hacerse daño porque no está bien colocado. Si está bien colocado, tiene una técnica y una preparación física adecuada y está activado muscularmente, ya pueden ser 10, 12 o 15G que no habrá problema", explica el biomecánico del CAR.

"Es por ello que es tan importante que todo está alineado a nivel técnico, biomecánico, físico… todo tiene que cuadrar para que pueda desarrollar al 100% cada elemento en concreto. Y por eso en el CAR siempre trabajamos de forma multidisciplinar: fisioterapia, biomecánica, preparación física, medicina… todos los departamentos cooperamos para que el entrenador pueda sacar el máximo partido a cada gimnasta", desvela Txema Vela, jefe del departamento de preparación física del CAR de Sant Cugat.

"Es un deporte de riesgo y traumático, necesitamos mucha información. Por ejemplo, quizás uno es muy rígido y necesita cierta flexibilidad de espaldas, u otro es corto de isquios y no pliega lo suficiente… todo eso hay que trabajarlo desde distintos ámbitos, por eso estamos interconectados. Hay muy pocos centros como el CAR en este sentido", apunta Guillem Villa, responsable de la selección nacional de trampolín.

Villa es el entrenador de Noemí Romero y David Vega, que en París se convertirán en los primeros españoles que compitan en unos Juegos Olímpicos en gimnasia trampolín. Todo un hito. Ambos, por cierto, entrenan juntos en el CAR de Sant Cugat y son pareja.

Una preparación minuciosa

"Es un deporte muy técnico, en el que se valora también la plasticidad, que es algo subjetivo, que consta de diez movimientos y once acciones desde que empiezas hasta que te detienes en seco. Los más jóvenes entrenan dos veces al día, en sesiones de dos horas. Y los más mayores, normalmente una vez", describe Guillem Villa, que está en permanente contacto con Duràn y el departamento de preparación física.

"La fuerza G no se entrena de una forma específica en la gimnasia de trampolín. Se entrena la fuerza para que esta aceleración afecte lo menos posible y que el cuerpo esté preparado para absorberla y evitar fracturas u otro tipo de lesiones. Pero no es un entrenamiento específico de fuerza G como se hace en los pilotos de Fórmula 1. En su caso es una aceleración horizontal mientras están quietos. Ellos deben mantener la cabeza estable y por eso lo entrenan. En el caso del trampolín se trata de aguantar el propio peso del cuerpo en una acción vertical", especifica el biomecánico.

Lo completa Natalia Rovira, preparador física del CAR: "Se entrena la fuerza para evitar lesiones. Lo más importante es individualizar el trabajo a cada deportista y contexto. Lo trabajamos también enfocado a la optimización del entrenamiento".

¿Es el deporte en el que se experimenta más fuerza G?

"Si hablamos del cuerpo entero, no se puede saber de forma exactamente porque nosotros medimos las lumbares porque es el punto que está más cerca del centro de masa del deportista y se puede correlacionar mejor con el comportamiento general del individuo. Pero yo creo que hay deportes donde se experimenta más fuerza G, que es una aceleración. Seguramente en un sprint o en un salto de altura el impacto en las tibias es mayor", lo cierra Jordi Duràn, uno de los responsables junto con Txema Vela, Natalia Rovira y su entrenador Guillem Villa, además de muchos otros profesionales del CAR, de que Noemí Romero y David Vega se conviertan el próximo día 2 de agosto en los primeros representantes españoles en disputar unos Juegos Olímpicos en la disciplina de gimnasia trampolín.