Vuelos para la historia: David Vega y Noemí Romero, primeras plazas olímpicas españolas en gimnasia en trampolín
España hará su debut en París en esta disciplina de saltos en cama elástica, incluida en el calendario de los Juegos desde Sydney 2000.

La felicidad de hacer historia se refleja hoy en la sonrisa del barcelonés David Vega y Noemí Romero, madrileña de nacimiento pero afincada en Albacete desde los tres años, tras eregirse en los primeros españoles en conseguir plaza olímpica en la modalidad de gimnasia en trampolín. En la sombra de la rítmica y la artística, la delegación española hará su debut en la cama elástica en los próximos Juegos de París.
Después de una gran temporada de competiciones, los españoles han confirmado su clasificación en la Copa del Mundo celebrada en Cottbus (Alemania) este fin de semana. David Vega logra el pasaporte olímpico con un 14º puesto final en la cita germana. Por su parte, Noemí Romero la consigue a pesar de no conseguir superar la ronda de clasificación.
Contando solo las dos mejoras puntuaciones para el ranking olímpico que otorgaba entre 9 y 11 plazas — según cuotas continentales e invitaciones —, los españoles no han necesitado pasar a las finales de ocho. Vega porque solo contaba con un resultado destacable y el pase a la Q2 le aseguraba sumar muchos puntos y, en el caso de Romero, llegaba a la cita germana con un panorama muy a favor con una sexta plaza bastante cimentada que obligaba a sus rivales directos a hacer grandes resultados para superarla.
El curioso motivo que llevó a Noemí Romero al trampolín
Romero comenzó desde muy niña con los saltos y las volteretas en las camas, pero en ese caso todavía no era una elástica sino la de sus padres. Hiperactiva, sus padres decidieron apuntarla a kárate con solo cinco años. Al segundo año de su aventura en el deporte asiático, el profesor no continuó por enfermedad y la actividad extraescolar se sustituyó por... sí, la gimnasia en trampolín.

Para la pequeña Noemí, el cambio no podía ser mejor y ya podía hacer volteretas con libertad en aquel minitramp colocado en las instalaciones deportivas de su colegio. Los caprichos del destino que le han llevado a convertirse en deportista olímpica casi 20 años después.
Unos años después, aquel divertimento se convirtió en una carrera deportiva de lo más prometedora. Más de una década en todos los podios de los campeonatos de España, su puesto en el equipo nacional era una de las mayores apuestas para convertirse en la pionera que rompiera una maldición que se alarga 24 años. Y no ha fallado: hará debutar a España en la gimnasia en trampolín olímpica.