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La historia de Hollywood de dos mellizas que une al descubridor de la Antártida, a Esnáider y al 'Mono' Burgos: "Amudsen es nuestro tatarabuelo"

Con el reto de alcanzar las semifinales, la defensora de la Selección femenina explica sus raíces y su relación con los exatléticos: "Iremos partido a partido".

Coti Amudsen, posando para Relevo en una entrevista reciente antes de los Juegos Olímpicos de París. /ÁLEX CORRAL
Coti Amudsen, posando para Relevo en una entrevista reciente antes de los Juegos Olímpicos de París. ÁLEX CORRAL
Alberto Martínez
Álex Corral

Alberto Martínez y Álex Corral

El 14 de diciembre de 1911, Roald Amundsen conquistaba la Antártida. Un hito para la exploración mundial, un día marcado en rojo en la historia de la humanidad. Una batalla con el británico Robert Scott en la que el noruego logró superar las situaciones más adversas y sobrevivir, con la ayuda de los perros y con su sentido estratégico y su perseverancia, cualidades que le acompañaron toda su vida y que le llevaron, trágicamente, a la muerte. Amudsen falleció en 1928 en un accicente de aviación cuando sobrevolaba el Polo Norte. Era insaciable, según recogen artículos científicos de la época, en lo suyo.

Coti: «La persona que descubrió el Polo Sur es nuestro antepasado». ÁLEX CORRAL/RELEVO

Han pasado 113 años de su gran logro y una de sus tataranietas disputará los Juegos Olímpicos de París. Con España. Y con una selección de hockey que persigue su particular Antártida, el podio ("primero los cuartos de final... y luego a por todas"). La frase es de Coti Amudsen Teves. Su hermana melliza Flor, que sufrió una grave lesión de rodilla la temporada anterior, finalmente no ha sido citada por el seleccionador. El apellido les delata: "No sé mucho de toda nuestra historia. Amudsen fue nuestro tatarabuelo, o como se llame porque han pasado muchas generaciones. Nuestra familia nos lo ha contado y en casa tenemos unos libros de su vida en noruego. Entiendo que es algo que debe ser muy guay para la gente que le apasiona la exploración... lo mío es el deporte", zanja Coti. El explorador adoptó dos niñas siberianas, no se casó ni tuvo hijos oficialmente, aunque tiempo después algunos adultos comunicaron que su padre era Roald.

Al margen de esta relación parentesca de carácter histórico y mundial, Coti y Flor se han criado junto a dos símbolos del Atlético de Madrid de los últimos 30 años. Una historia, como la de su afición al hockey, que tiene como firma a su abuela. "Mi abuela conoció a Esnáider mientras nos esperaba en la puerta del colegio en Boadilla del Monte. Y fue e hablar con él. 'Tú eres el del Atlético, ¿no? Se hicieron amigos de él y de su mujer Fernanda. Se creó un vínculo. Para Esnáider mi abuela es como una madre. Nos invitaron ese día a una barbacoa. Y a raíz de ahí....".

Coti: «Conocimos a Esnáider porque mi abuela se acerco en el colegio a decirle »yo te conozco«.ÁLEX CORRAL/RELEVO

«Parece una persona bruta pero desde dentro es un trozo de pan»

Surge el otro protagonista de esta historia, el 'Mono' Burgos, amigo de Esnáider y quien se fue uniendo a esas barbacoas. Uno más de la nueva familia. "Es encantador, parece desde fuera una persona bruta pero desde dentro es un trozo de pan. Tiene esa pizca de locura... Baila muy bien, nos pone sus canciones de rock y las bailamos. Pasamos las Navidades a veces con ellos", explica la internacional. Asiduas a los partidos del Atlético, tanto a Coti como a Flor se les ha grabado a fuego el ADN rojiblanco: "Ese Atlético me demostró el partido a partido, aunque el objetivo sea uno muy concreto, hay que focalizarse en cada partido. Juego de defensa y el Atletico era defensivo. Y eso me gustaba".

Entre Amudsen, Esnáider y el 'Mono' Burgos, y después de haber descubierto y apasionarse por el hockey viendo por la televisión los Juegos de Atenas, de 2004, Coti se ha ganado poco a poco un espacio en la Selección femenina. Un equipo que vivió un traumático cambio de seleccionador el pasado septiembre, cuando expiró la etapa de 10 años de Adrian Lock. "El equipo ha crecido mucho. Adrian hizo mucho trabajo y se agradece. Pero ahora la manera de ser de Carlos García Cuenca y su exigencia sacó lo mejor de nosotras. Tenemos nivel y podemos conseguirlo. Eso aprendimos en el Preolímpico".

Lograron el billete olímpico en Valencia, gracias también a la mejora "física que hemos dado", y al carácter del nuevo seleccionador, que ha cambiado dinámicas y ha liberado a las jugadoras como ellas reconocen. "Es una persona que es exigente y fuera puede ser bromista, le gusta la cercanía, y no le gustan las mañanas. Hasta que empiece a despertarse...", bromea Coti, que a los Juegos meterá en la maleta una cafetera ("a ver si me cabe") para reunirse con sus compañeras en su habitación y poder charlar del partido que paso o el que vendrá. No estarán todas porque falta Flor.

Coti: «La lesión de mi hermana nos ha unido más para lograr lo que siempre soñamos».ÁLEX CORRAL/RELEVO

Una lesión de cruzado impide que ambas disfruten de París 2024

"Es de los años más duros para ella. Los cruzados te deja fuera 11 meses. La apoyé mentalmente. La ayudaba, le llamaba, ibamos juntas al gimnasio... Descubrí la fuerza mental de mi hermana. Ha ganado mucha resilencia y ganas de querer más", explica Coti. Mellizas, realmente de pequeñas parecían un contrapunto. "Cuando éramos pequeñas éramos más diferentes, pero luego nos hemos unido. No sé si somos similares, pero nos compenetramos muy bien. Vivir solas y juntas nos ha hecho más fuertes". Flor era más "princesita" y Coti más "bruta", a ojos de su madre, pero ambas han alcanzado la cima del hockey. Y ahora buscan, una desde la pista y la otra desde la televisión y la grada, alcanzar su Antártida. Lo llevan en los genes. La barrera de los cuartos de final es está vez más frágil.