JUEGOS OLÍMPICOS

Maratones a medianoche y chorros de aire acondicionado en plena competición: radiografía a los Juegos de Doha 2036

Los eventos disputados en la última década dan pistas de cómo será la cita olímpica en Qatar.

Doha está lleno de instalaciones deportivas de primer nivel para acoger unos Juegos Olímpicos./RELEVO/DAVID HERNÁNDEZ
Doha está lleno de instalaciones deportivas de primer nivel para acoger unos Juegos Olímpicos. RELEVO/DAVID HERNÁNDEZ
José M. Amorós

José M. Amorós

Doha 2036 será la guinda del pastel para Oriente Medio. Dos décadas después de su salto al deporte mundial con la organización diversos eventos y campeonatos de primer nivel en todos los grandes deportes, acoger unos Juegos Olímpicos significa el final de un largo camino que comenzó entre críticas y finalizará con un entorno perfecto de instalaciones de última generación para lograr la gran conquista.

Una de las grandes fortalezas de Catar son su inmensa cantidad de sedes, la gran mayoría con pocos años desde su construcción. Una cita olímpica obliga a contar con una buena cantidad de pabellones e infraestructuras cubiertas para acoger a la gran mayoría de deportes, desde el baloncesto o el voleibol hasta la esgrima, la lucha o el taekwondo. En este caso, Doha cuenta con un buen número de instalaciones con un aforo de entre 10.000 y 20.000 espectadores. El Lusail Sports Arena, el Duhail Handball Sports Hall, el Ali Bin Hamad al-Attiyah Arena o los recintos de la Aspire Academy son algunos lugares que acogerán la actividad.

Además, Doha cuenta con un elevado número de sedes especializadas para los deportes del programa olímpico como el espectacular Al Shaqab Equestrian Centre para la hípica, Hamad Aquatic Centre para actividades acuáticas, el Lusail Shooting Range para las competiciones de tiro. Esto hace que el 90% de las ubicaciones necesarias para la organización de unos Juegos ya estarían construidas, cumpliendo así el estándar del Comité Olímpico Internacional que busca evitar los 'elefantes blancos' de ediciones anteriores.

Un despliegue de instalaciones que contrasta, por ejemplo, con los Juegos de París de este verano. Sin pabellones válidos en la capital francesa, tanto el baloncesto como el balonmano tendrán que emigrar a Lille para disputar varias rondas de sus competiciones olímpicas. Catar no tendrá ese problema.

El calor, el gran problema

El gran reto será combatir el calor. Queda por conocer si el Comité Olímpico Internacional junto a la organización apuestas por un traslado de fechas de la cita olímpica hacia los meses de otoño o incluso, de invierno. No sería algo nuevo en la historia ya que los Juegos de Sidney 2000 ya se disputaron del 15 de septiembre al 1 de octubre. Aún así, las temperaturas medias en Doha durante el mes de septiembre oscilan entre los 39 grados de máxima y los 29 de mínima, mientras que en el mes de octubre están entre los 35º y 25º. Además, es una posibilidad que el propio presidente del COI Thomas Bach ha contemplado por el cambio climático.

En los eventos organizados en los últimos años, la prueba de fuego y donde el calor fue el objetivo a batir fue el Mundial de atletismo de 2019, que se celebró más tarde de lo habitual: del 27 de septiembre al 6 de octubre. Ante las altas temperaturas, World Athletics y el comité organizador apostó por la disputa de las pruebas de resistencia en ruta — el maratón, los 20 kilómetros marcha y los ya desaparecidos 50 kilómetros marcha — a la media noche.

En el estadio, sin posibilidad de horarios alternativos por la cantidad de pruebas, se preparó un fuerte de sistema de aire acondicionado en la pista que permitió que se disputaran pruebas desde las 4 de la tarde. Similar ocurrirá en las instalaciones de Doha 2016 en todas las sedes al aire libre con estructuras de estadio. En el caso de eventos en pabellón no habrá problema alguno con las instalaciones de última generación.