Una reclasificación puede acabar con el sueño de Teresa Perales de igualar a Michael Phelps
La nadadora reclama a World Paraswimming competir en la categoría S2 y no en la S3, donde no cree que pueda igualar el récord de 28 medallas de Phelps. "De un plumazo, se había ido al traste", confiesa.

Es mágico comprobar lo que sucede con Teresa Perales en todos y cada uno de los actos a los que asiste. Todo el mundo quiere hablar con ella, hacerse una foto... Y hoy había muchos deportistas paralímpicos de talla mundial en la casa de Correos de Madrid, puesto que el Comité Paralímpico Español presentaba a los 49 madrileños -o en el caso de esta zaragozana, federada en un club de Madrid- preseleccionados para París 2024. Pero parece que ninguno brilla como ella a los ojos de las instituciones y público.
De lejos, mientras atiende con una sonrisa a los fans, mira a los compañeros de prensa y hace el gesto de la que está apurada porque la esperan. Y consigue acercarse y dice: "Os voy a dar una noticia". La prensa, Relevo incluido, prepara los móviles y los micrófonos.
"La noticia es que me vuelven a clasificar ahora en Funchal este mismo jueves, día 18. En Melbourne, como sabéis algunos de vosotros, me subieron de categoría en la World Series, presentamos protesta y no la admitieron. La verdad es que hubo un cúmulo de factores muy extraños y entonces, cuando volví a España, desde el Comité Paralímpico lo propusimos y se aceptó el presentar una apelación ante el BAC, que es como el Tribunal de Apelaciones del IPC, que es distinto de World Paraswimming, y lo aceptaron enseguida", anuncia.
La nadadora española más laureada de la historia en 2021 se plantó en los Juegos de Tokio con una luxación en su hombro izquierdo y conquistó la plata en 50 espalda S5, su categoría hasta entonces. Después, pasó por quirófano y empezó a nadar a un solo brazo: su categoría a partir de ese momento sería la S2. Pero con esta nueva clasificación a la S3 que le comunicaron hace unos días, el camino de una nadadora que recientemente ha roto dos veces en el mismo día el récord de los 100 metros libres de España S2, ya no parecía el de pelear por las medallas en París. Por eso, el Comité Paralímpico Español y ella lucharon para que en el Europeo que se celebra en Madeira este abril compita en S2 y que así llegue a París 2024 en igualdad de condiciones con sus rivales. De momento, es optimista.
"Hemos llegado a un acuerdo amistoso para no llegar a juicio y entonces el mismo World Paraswimming es quien presenta la protesta, que me denegaron en su momento en Melbourne y me la han admitido ellos mismos para este jueves en Funchal. Así que vamos a cruzar todos los dedos, yo los de la derecha, que los de la izquierda lo puedo -bromea-, pero los de la derecha y que salga bien y que al final sea una S2".
Una reclasificación vital porque Perales se enfrentará a estos juegos para nadar por primera vez, en una historia que se cuenta con 27 medallas en unos Juegos -una menos que Michael Phelps-, con un solo brazo. Pero con estos cambios, ahora iba a enfrentarse a deportistas con una mayor movilidad que ella, lo que la alejaba del podio. Así lo ha explicado ella a un reducido número de medios, entre los que se encontraba este medio.
"A mí me gusta muchísimo nadar crol y en mi categoría solamente hay 50 y 100 espaldas y yo estaba empeñada en que querían nadar el 100 libre y había conseguido la clasificación en la categoría superior, que es S3, pero no tendría opciones más que para entrar en la final, nunca jamás para el podio, porque las que suben caminan, mueven brazos, mueven pies y yo muevo un brazo. Y con un brazo, sin abdominales y sin nada, tiro de todo mi cuerpo, entonces era complicado. Ahora, con la reclasificación vuelvo otra vez a tener opciones".
Aun así, matiza: "Esto no quiere decir que sea fácil, para nada, de hecho, ha habido mucho movimiento: lo mismo que a mí me habían subido, otras las han bajado, entonces tengo más nadadoras rivales en la S2 que antes eran S3, así que se pone la cosa interesante. Pero nunca fue fácil, nunca jamás he ido a unos Juegos en los que ya de antemano supiera que iba a ganar".
Su nueva clasificación a la S3 se debe a su experiencia en el agua: "Todos los deportistas paralímpicos cuando vamos a competir internacionalmente, primero, nos valoran médicamente. Y luego, funcionalmente, cómo te desenvuelves en el agua. Claro, penaliza mucho cuando sabes nadar muy bien, como yo después de 25 años nadando con las selecciones. Lo que yo les decía es que para mí ahora mismo es como volver a tener discapacidad. Estar en silla de ruedas y no mover las piernas para mí ya no era discapacidad, porque era lo que llevaba viviendo desde 30 años de mi vida. Entonces, ahora es tener otra vez una discapacidad, y acostumbrarme a nadar, solamente con un brazo, pero en mi caso ha sido mucho más rápido que alguien que le pasa de nuevo todo esto. Y eso no se tenía en cuenta, o sea, es penalizar el saber nadar frente a tener más o menos discapacidad. Y la discapacidad la tengo… Esto, por desgracia, lo puedo asegurar", explica con un toque de humor que combate cierta resignación.
La zaragozana es optimista con la reclasificación, pero confiesa que por un momento se vino abajo: "De un plumazo, se me había ido al traste la posibilidad de entrar al podio, o sea, la esperanza de entrar en podio y ahora, pues la vuelvo a tener si Dios quiere", confiesa. "Cuando volví de Melbourne por primera vez me vine echa polvo, en toda mi carrera deportiva no había vivido un momento así, y tener una discapacidad mayor a la de antes ha sido muy duro, pero tenía mi espacio de seguridad y control que era la piscina. Con la clasificación en la S3 me lo quitaban, pero no he parado para en el Europeo dar lo máximo". Ahora, intentará, mínimo, igualar en París las 28 medallas que conquistó Michael Phelps en los Juegos Olímpicos.
"Lo voy a intentar con toda mi alma, de verdad. Se lo dije, además, a la cara en noviembre y tengo muchas ganas. Él decía: '¿En serio? Que son muchos Juegos, porque para él fueron cinco. Y digo: 'es que me lo pusiste muy difícil. Tú en Río ganaste la 28 y yo estaba obsesionada con ganar la 28'. En Tokio, se me salió el hombro tres meses antes. Ya eran, además, los primeros síntomas de tanta espasticidad, estas cosas raras que le pasan a mi cuerpo. Y entonces se me puso muy complicado. Y aun así, aun con el brazo fuera, yo dije 'aunque vuelva con el brazo como gorro, yo vuelvo con una medalla. Y, bueno, volví con una, quería dos, pero fue una y así, pues, mira, he tenido que seguir hasta París".
Insaciable, luchará por recuperar la categoría S2 y alcanzar el más difícil todavía: llegar a las 100 preseas totales entre Juegos, mundiales y europeos -tiene 90-, tal y como ha confesado hoy a la prensa: "Todo suma... yo y mis retos", se ríe.