Los petrodólares culminan su conquista del deporte con la organización de los Juegos Olímpicos de 2036

La Fórmula 1, las estrellas del golf como Jon Rahm, Brooks Koepka y Dustin Johnson, estrellas como Cristiano Ronaldo o Benzema en sus ligas, Pogacar con sus colores, Mundiales de atletismo, natación y, por supuesto, de fútbol... y así, hasta la gran guinda: los Juegos Olímpicos 2036 en Doha, como ha adelantado en Relevo. Oriente Medio cierra el círculo con su conquista del deporte mundial.

Los 'petrodólares' de Catar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Baréin decidieron hace dos décadas que el deporte era la mejor vía para abrir al mundo una región cerrada por sus convicciones religiosas y costumbres. Gracias a unos ingresos que no paran de crecer por los recursos naturales en sus territorios se han convertido en un financiador clave para las competiciones y organismos internacionales.

Durante los primeros años del sportwashing de los países de la región, la falta o vulneración de los derechos humanos en estos países junto con el fuerte calor del verano fueron los diques de contención del resto del planeta para que no partieran como favoritas a recibir la organización de unos Juegos Olímpicos, a pesar de que ofrecían los proyectos más megalómanos.

Ante esta sambenito, primero Catar, después Emiratos Árabes junto a Baréin y más recientemente Arabia Saudí adoptaron un trabajo lento e incesante que ha hecho desaparecer las líneas rojas. Con — mucho — dinero, seguridad en sus propuestas y cumplimiento con lo firmado a la hora de que las federaciones deportivas internacionales que les abrían las puertas.

En Catar, los Grandes Premios de motociclismo desde 2004, los Juegos Asiáticos de 2006 o la Copa Asiática de fútbol de 2011 fueron los primeros escarceos del país en el deporte internacional. Un previo de segundo nivel antes de dar el gran salto con la todopoderosa compra del París Saint-Germain antes de encaminarse a conquistar el mundo siendo la 'casa' de Mundiales de los grandes deportes olímpicos: Mundial de balonmano en 2015, Mundial de ciclismo 2016, Mundial de gimnasia artística 2018, Mundial de atletismo 2019, Mundial masculino de fútbol 2022 y finalmente, los Mundiales de natación en los primeros meses de este 2024. Para el futuro, ya tienen adjudicado el Mundial masculino de baloncesto en 2027, en año preolímpico.

Por su parte, Arabia Saudí, que ya empieza a soñar con unos Juegos Olímpicos en el futuro, ha irrumpido de una manera mucho más brusca con movimiento gigantescos en poco tiempo como llevar a Cristiano y decenas de estrellas a su liga de fútbol, la creación de un gran circuito de golf que roba estrellas al PGA Tour estadounidense, la compra de equipos como el Newcastle de la Premier League, la sede del Rally Dakar o sacando de sus países las Supercopas de fútbol de España e Italia. En los próximos años ya tienen en la mano grandes eventos como los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029 en el desierto y el apalabrado Mundial de fútbol de 2034.

Finalmente, Abu Dabi o Dubai son sedes habituales de competiciones de nivel poniendo a Emiratos Árabes Unidos en el mapa deportivo con el circuito ATP de tenis y Grandes Premios de Fórmula 1. Pero, por si fuera poco, también se lanzaron a por el ciclismo y ahora cuentan con el mediático y recientemente ganador del Giro de Italia Tadej Pogacar en UAE Emirates. Una estrategia similar han seguido los vecinos de Baréin, también tienen su estructura ciclista en el World Tour y con la Fórmula 1 en su suelo.

Con la organización de los Juegos Olímpicos en Doha se cierra, por primera vez, el círculo y se llega a la cima del deporte mundial logrando todo lo que podían soñar en el deporte desde Oriente Medio.