JJOO

Un avión de pescado y el único billete del planeta de siete dólares forjan la historia de uno de los favoritos del rugby

Los oceánicos derrotaron 40-12 a Uruguay en el debut de los Juegos y aspiran a su tercera medalla de oro consecutiva.

Fiji celebra el oro de Tokio./GETTY
Fiji celebra el oro de Tokio. GETTY
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Los Juegos Olímpicos ya han comenzado. Pese a que la programación televisiva grite a los cuatro vientos una ceremonia de apertura el próximo viernes, la competición ya está aquí. Y ha arrancado este miércoles con la fase de grupos de fútbol masculino y el rugby 7, con triunfo de Fiyi sobre Uruguay por un claro 40-12. Este último deporte probablemente será poco reconocido en España, por la ausencia del equipo nacional y por su escasa fuerza mediática aquí. No obstante, allá donde se compita bajo el espíritu de la antorcha olímpica, siempre habrá una gran historia que contar. Y el papel de Fiyi en esta disciplina es, sin duda, una de las grandes narrativas de los últimos años.

La selección de rugby de Fiyi entró en la historia del país consiguiendo en Rio la primera medalla de oro de toda su historia. En 2020, repitió hazaña y sumó otro metal para un país nada acostumbrado a la élite deportiva. Esta disciplina no estuvo presente en los Juegos Olímpicos desde París 1924 hasta la cita en Brasil y regresó justo a tiempo para llevar a la gloria al país oceánico. En París, por cierto, volverá a ser uno de los aspirantes al cajón superior del podio, aunque Francia, Argentina o Nueva Zelanda están al mismo nivel.

Un nuevo oro sería el broche perfecto para un equipo que pasará a la posteridad independientemente de su resultado. De hecho, ya lo está. En 2016, el líder del régimen de Fiyi decretó fiesta nacional por la medalla de oro que consiguieron sus pupilos. En aquel entonces fue considerado el mayor logro en la historia deportiva de la nación, cuya población no escondía la euforia: "Nadie está trabajando, solo estamos esperando que el equipo vuelva a casa".

El éxito fue tal que ni siquiera los colegios abrían o, si lo hacían, era para proyectar en pantallas gigantes los partidos. Las empresas también concedieron permisos y toda la población salía a las calles para beber y bailar. "El rugby es nuestra religión, es lo que nos une. Lo jugamos con el corazón", expuso un empresario. Mientras el director de la federación de Fiyi les condecoró: "Llevaron el peso de todas nuestras esperanzas en sus hombros".

¡Y hasta un billete y monedas conmemorativas!

El Gobierno del país decidió que la gesta de la selección de rugby 7 no se quedara en actos conmemorativos, sino que saliese a la calle en forma de moneda. Acuñaron una de 50 centavos, que se reprodujo hasta en un millón de piezas, más, por cierto, que la población del país, que precisamente ronda ese millón de habitantes.

En la moneda en cuestión figuraba el nombre del equipo, una imagen de los jugadores levantando la copa y el texto "olímpicos de oro" en una de las caras. En la otra, Ben Ryan como entrenador del equipo y los símbolos habituales del país. También sacaron a circulación billetes de siete dólares con la imagen del equipo posando con su medalla de oro.

Este tuvo un valor especialmente significativo, porque sí, salió al mercado. Y salió con el valor de rugby 7, por tanto, siete euros. Un valor que no existe en el planeta. Un aniversario histórico, algo insólito alrededor del globo. En la cara del billete, por cierto, figura el capitán Kolinisau. Se pusieron en circulación un total de dos millones de billetes.

El milagro de Tokio en un avión de pescado y tras cinco meses de cuarentena

Que Fiyi ganara la medalla de oro en la pasada edición de los Juegos Olímpicos fue, en realidad, un milagro. El país está compuesto por más de 300 islas y todos los vuelos se cancelaron debido a la pandemia. ¿Entonces? Para empezar, el confinamiento del equipo nacional fue más exigente todavía y estuvieron hasta cinco meses encerrados en casa para frenar al virus. Solo podían tener contacto con aquellos que formaran parte de la delegación. Un esfuerzo extra para defender la medalla con sus vidas.

El Gobierno así lo aplicó para que no hubiera riesgo alguno de perderse la cita y poner en jaque una nueva oportunidad que en Fiyi jamás olvidarían. Pero algo se interpuso en sus caminos. El país sufrió un brote de coronavirus que forzó la suspensión de todos los vuelos comerciales desde julio. Algo que afectó de lleno a la planificación olímpica, ya que no se iba a hacer una excepción ni siquiera para los futbolistas que ya formaban parte de la historia de la nación.

Finalmente, todos los clasificados de Fiyi para los Juegos Olímpicos de Tokio pudieron llegar a tiempo a su destino, gracias a que la delegación se metió en un vuelo de carga que transportó hasta Japón toneladas de pescado congelado. Junto a los peces, aterrizaron unos deportistas que solo unas semanas después regresaron a su país como auténticos héroes nacionales. Unos héroes que tratarán de retomar la gloria en París.