La procesión de Nadal va por dentro: no pestañeó mientras a su espalda gritaban "¡Djokovic en segunda ronda!"
El acto de sorteo del tenis en los JJOO de París estuvo lleno de anécdotas, pero todos los focos fueron a parar hacia el español.

París.- No movió ni un músculo. En el momento en que Rafael Nadal confirmó que su último sueño olímpico bien puede tener a Novak Djkokovic como obstáculo en la segunda ronda, el 14 veces campeón de Roland Garros ofreció una actuación notable: control de emociones, ni un pestañeo. La procesión iba por dentro.
Lo habitual no es que una estrella del calibre de Nadal se siente a seguir en vivo el sorteo de un torneo, pero el de París 2024 era especial: su despedida de los Juegos Olímpicos y su regreso a Roland Garros tras la histórica derrota en primera ronda dos meses atrás ante el alemán Alexander Zverev. Así, Nadal se presentó en el Club des Loges de Roland Garros junto a Andy Murray, Stanislas Wawrinka, Angelique Kerber y Elena Svitolina.
"¡Esto sí que va rápido!". Como todos, Nadal se asombró ante el sorteo electrónico, con cuadros que aparecían y desaparecían de la pantalla y que, en un instante, llenaban los huecos y mostraban todos los enfrentamientos de primera ronda. Menos el de dobles mixtos, que se resistió a aparecer.

El cartelito blanco con letras negras decía "NADAL", pero Nadal no llegaba a su asiento de primera fila. "Culpa" de su amigo Murray, que al anunciar a ultimísimo momento que no jugaría el torneo individual obligó a reorganizar el sorteo. Al final, Nadal llegó a su asiento, y Relevo siguió sus reacciones mientras el sorteo avanzaba.
Las piernas cruzadas y el jugueteo con la cremallera de su chaqueta roja, con un "España" bien visible en la espalda, daban la pauta de que había nervios, aunque controlados. Nadal estiraba la cabeza para ver y escuchar mejor, preguntaba qué quién era esa rival de "Sara" (Sorribes), preguntaba si acaso el torneo de individuales solo tenía cuatro preclasificados ("son 16", le contestó la prensa a sus espaldas) y no mostraba gesto alguno cuando el sorteo de dobles lo emparejó, junto a Carlos Alcaraz, con los argentinos Máximo González y Andrés Molteni, octavos favoritos.
Hasta que llegó el momento y Nadal congeló al máximo sus emociones. A sus espaldas se repetía con insistencia: "¡Djokovic en segunda ronda, Djokovic en segunda ronda!". Como si no se hubiese dado cuenta.
Claro, en la primera lo espera un húngaro, Marton Fucsovics, 32 años, número 83 del ranking mundial, al que jamás se enfrentó. Un jugador que puede ser peligroso, ya que el Nadal de hoy no ofrece las garantías del de antaño. Pero la vista está puesta en ese potencial Nadal - Djokovic de la segunda ronda. Es como dijo Nadal tras el sorteo: "Este año no tuve la oportunidad de pasar demasiado tiempo en Roland Garros". Apenas dos meses después, gentileza de los dioses del Olimpo, le llega una segunda posibilidad.
¿Qué puede pasar? El último Nadal - Djokovic data de los cuartos de final de Roland Garros 2022, uno de los mejores partidos que haya jugado el mallorquín en el tramo final de su carrera: 6-2, 4-6, 6-2 y 7-6 (7-4) en una noche en la que el serbio vio cómo el público celebraba sus dobles faltas.
Dos años después, Nadal no es el mismo, pero Djokovic tampoco. Si el australiano Matthew Ebden no sorprende al serbio y Fucsovics tampoco lo hace con el mallorquín, París 2024 tendrá uno de sus highlights. El partido número 60 entre ambos, la estación final, quizás, de una de las grandes rivalidades de todos los tiempos.