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La triada que pone en jaque a las deportistas es ya un secreto a voces: "No tener la regla es anormal, no se compite mejor"

El déficit energético altera la menstruación y puede provocar fracturas óseas. "El problema está más fuera que en los CAR".

La gimnasia rítmica es uno de los deportes donde se puede producir en más ocasiones la triada femenina. /GETTY
La gimnasia rítmica es uno de los deportes donde se puede producir en más ocasiones la triada femenina. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Hay lesiones aparatosas que vienen provocadas por un mal gesto, una deficiencia muscular debido a la falta o al exceso de entrenamiento o a un traumatismo durante el juego. Hay otras, en cambio, que son multifactoriales o silenciosas, que se dan porque se producen una serie de causas que están conectadas entre sí. Y eso ocurre con más frecuencia en el deporte femenino, que requiere un mayor control. Ahí es donde aparece lo que se conoce con las siglas Red's y se define como "una función fisiológica deteriorada que incluye, pero no se limita a, la tasa metabólica, la función menstrual, la salud ósea, la inmunidad, la síntesis de proteínas y la salud cardiovascular, causadas por la deficiencia de energía relativa".

La más famosa es la triada femenina. Silenciosa y que no hay que confundir, como explica la doctora del CAR de Sant Cugat Montse Bellver, con "la triada que se conoce como la rotura de los ligamentos de la rodilla y el menisco". El círculo se resume, explicado coloquialmente, en comer menos de lo que el cuerpo pide, lo que provoca que no haya menstruación, que el hueso no se calcifique y que se corra el riesgo de producir una fractura ósea. La doctora lo explica con las palabras técnicas: "La ingesta (la comida) no cubre el desgaste energético y el cuerpo entra en un déficit. Eso provoca que el hipotalamo genere una amenorrea funcional. Y esa falta estrógenos impide la calcificación del hueso y eso se traduce en una fractura por estrés". Y aparecen las lesiones.

"Se empezó a hablar de ello en los años 80, pero cada vez tiene más relevancia. Es poco conocida por entrenadores y deportistas", relata la doctora, que reflexiona: "Se normalizan conductas que no son normales. No tener la regla es anormal, creemos que competimos mejor y no es así. No podemos tener alteraciones fisiológicas". Es difícil determinar el porcentaje exacto de deportistas que lo han padecido, aunque Bellver señala que fuera de los centros de alto rendimiento el índice es mucho mayor porque los protocolos y los controles no son tan estrictos.

Los deportes estéticos o por categorías tienen más riesgo

"Nosotros aquí hacemos una reunión mensual donde valoramos todo y nada se nos escapa. Hacemos una revisión médica exhaustiva anual, rellenan un cuestionario y tenemos profesionales de otras disciplinas como fisios, nutricionistas, preparadores físicos... Además de un acuerdo con el Consorcio Médico de Terrassa", señala.

Cada deporte tiene sus particularidades. Hay algunos que son más propensos a ello, especialmente todos aquellos que tienen un componente estético como puede ser la natación artística o la gimnasia rítmica, o los que necesitan un control de peso para participar como el boxeo o los de contacto como taekwondo, judo, karate o incluso la halterofilia, que tiene categorías marcadas por los kilos. "No obstante, todos los deportistas que están en el alto nivel tienen un riesgo", añade la doctora.

"Nunca sufrí fracturas, pero intento no tener nunca déficit de calcio o de Vitamina D porque sería el inicio de los problemas", explica la nadadora de 35 años y que acudirá sobre la bocina a sus terceros Juegos, Jessica Vall. En deportes como la sincro, se han dado lesiones de ese tipo, como declara una de las más veteranas, Paula Ramírez. "Sufrimos, por ejemplo, que los huesos al mínimo golpe se nos rompen. A mí me ha pasado con algún dedo del pie. En el equipo hemos tenido casos de fracturas por estrés. Hacemos muchos saltos para trabajar eso y tener el cuerpo de una persona de calle y no de un pez".

En el agua se agrava todavía más, ya que la falta de musculatura al no realizar deportes al aire libre y de impacto provoca que la musculatura sea menor. Lo explica Vall, aunque ahora la preparación física en los deportes acuáticos varía: "Participé en un estudio en el que se quería averiguar si se perdía más o menos densidad ósea dependiendo del deporte que se practicara, si tenía mayor impacto. Y eso lleva un riesgo de factura. En los deportes que son de impacto y antigravitatorios sí que sucede, pero cómo hacemos a veces trabajo en seco y vamos a correr lo compensamos. En mi caso no lo sufro". Y Ramírez asiente: "Como mujeres debemos trabajarlo ahora, cuando deje la natación deberé hacer mucho trabajo. Lo importante es ser consciente para en un futuro no sufrirlo más".

La regla un problema menor: «Los dolores o tensiones se tratan»

Este tipo de fracturas óseas no son "agudas", sino que vienen provocadas por las constantes repeticiones de un mismo ejercicio o movimiento, lo que va generando "microtraumatismo debido a un hueso mal calcificado".

En el CAR se intenta educar a los deportistas y a los entrenadores y se ofrecen charlas para concienciar. En este aspecto ha habido una evolución y una certeza: las entrenadoras son más conocedoras y sensibles que los hombres con este problema, aunque ha habido una evolución en los últimos años. Tampoco se puede generalizar con las deportistas porque cada una de ellas es un mundo: "No tengo deportistas que digan debo competir y tengo la regla, y eso es un problema. Si puede haber situaciones de dolor o tensión, pero eso se trata".