Los deportistas que no han ganado un Príncipe de Asturias
La dificultad de determinar los criterios para elegir a los ganadores hacen que el palmarés del galardón cuente con ausencias notables.
El premio Princesa de Asturias de los Deportes es un galardón que prácticamente no posee comparación en el mundo. Según la organización, se trata de una distinción a "las trayectorias que, por medio del fomento, desarrollo y perfeccionamiento del deporte y su dimensión social, se hayan convertido en un ejemplo de las posibilidades que la práctica deportiva conlleva en beneficio de los seres humanos". Lo hace además con vocación internacional, buscando reconocer a los deportistas más destacados del globo.
Los Nobel podrían asemejarse en su propósito e interdisciplinariedad, pero no cuentan con una categoría deportiva. Los Laureus se centran únicamente en el deporte, pero su propósito se focaliza el elegir al mejor del año. Fruto de lo difícil que resulta acotar qué es exactamente el Princesa de Asturias de los Deportes nacen sus principales críticas. La más repetida, aquella que tacha a los premios de chovinistas por la abrumadora cantidad de ganadores españoles (prácticamente la mitad de los galardonados son de nuestro país). Además, varias son las voces que apuntan a las incongruencias en el palmarés del galardón. Estos son los deportistas que no han ganado un Princesa de Asturias.
Michael Phelps (natación)
Michael Phelps es el deportista con más medallas en los Juegos Olímpicos de la historia, con un total de 28. Además, también es el deportista con más oros, 23, y el que ha conseguido más preseas doradas en categoría individual: 13. Todos estos récords le convierten automáticamente en uno de los mejores deportistas de la historia, sino el mejor. Por ello, su ausencia probablemente sea la más llamativa de la lista. Es cierto que, por su naturaleza, la natación permite acumular más medallas que otras disciplinas deportivas. Aún así, ser el mejor en la gran mayoría de ellas es una anomalía histórica digna de ser reconocida.
Fuera de la piscina, la figura de Phelps encontró controversia por el uso de marihuana primero y por ser detenido mientras conducía embriagado después. Las sombras de un deportista que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales defensores de la salud mental. No en vano, en su lucha por estar siempre en la cima, el estadounidense reconoce haber tenido que lidiar con varios problemas mentales, incluidos depresión, ataques de pánico y pensamientos suicidas. Una lucha de la que salió victorioso y a la que ahora se dedica a dar visibilidad.
Novak Djokovic (tenis)
Si atendemos a su palmarés, Novak Djokovic es el mejor tenista de la historia. Es el jugador con más Grand Slam (24), más Masters 1000 (40), más ATP Finas (7) y más semanas en el número 1 del mundo. Prácticamente, todas las categorías importantes que se emplean para dilucidar este tipo de debates. Además, el serbio lo ha conseguido en el mismo tiempo vital que Roger Federer y Rafael Nadal, para mucho los otros dos mejores de la historia. Se da la circunstancia de que el tenista español recibió en trofeo en 2008, cuando apenas tenía 22 años y su legado no era, ni de lejos, el que ha llegado a ser. Además, Federer por su parte renunció al trofeo en 2009 cuando era el principal favorito. La ausencia de Nole, el tercero en discordia y que ha terminado por superar a Fedal en palmarés, es todavía más llamativa si se pone en comparación con sus eternos rivales.
Serena Williams (tenis)
Otro de los debes históricos de los Príncipe de Asturias es su escasa representación del deporte femenino. De los 38 galardonados, solo ocho corresponden a deporte femenino. La mayoría de ellos, eso sí, a tenistas. Martina Navratilova en 1994, Arantxa Sánchez Vicario en 1998 y Steffi Graf en 1999 han obtenido el reconocimiento de la Fundación Princesa de Asturias. Por ello, tendría sentido añadir a dicha lista a Serena Williams, indiscutiblemente una de las mejores tenistas de la historia.
La estadounidense ganó un total de 23 Grand Slam individuales, siendo la que más durante la era Open. Además, permaneció 329 semanas como número 1 del mundo (la tercera de la historia solo por detrás de las premiadas Graf y Navratilova). Por si fuese poco, el legado de Serena va más allá de las canchas. Durante años fue la gran bandera del deporte femenino, trascendiendo incluso al tenis. Además, sus orígenes humildes y su papel como persona de color en un deporte como el tenis hizo que fuese una pionera. Razones suficientes para ser reconocida por la organización.
Michael Jordan (baloncesto)
Si el Princesa de Asturias de los Deportes consiste en reconocer a los mejores, es difícil argumentar contra Michael Jordan. Para muchos, el mejor jugador de baloncesto de la historia. Sin duda alguna, el deportista que cambió para siempre el negocio deportivo. Una estrella global e icono generacional en la década de los 90. Su nombre, sin embargo, nunca fue pronunciado por el jurado del evento. Quizá porque una de los grandes requisitos fue el poder atender a la gala y la agenda de una megaestrella como Air siempre ha sido complicada.
Además de Jordan, se podría añadir a la lista a las grandes estrellas de la NBA, una de las competiciones con más seguimiento del mundo. Principalmente a LeBron James, considerado unánimemente el sucesor legítimo de Jordan. También, Kobe Bryant o Stephen Curry, serios contendientes al título de mejor jugador de la historia. Por su parte, Pau Gasol ha recibido el premio en dos ocasiones. La primera de ellas como integrante de la Selección española de baloncesto en 2006. Posteriormente, en 2015 en un galardón compartido con su hermano Marc. Sin poner en duda el legado de Pau en una cancha de baloncesto, este es uno de los argumentos más repetidos entre aquellos que critican de chovinistas a la Fundación.
Usain Bolt (atletismo)
Usain Bolt es la mayor estrella que ha dado el atletismo en el siglo XXI. Con 9.58 segundos en los 100 metros lisos, el jamaicano es el hombre más rápido de la historia. No solo eso, eligió para brillar el mayor escenario de todos: los Juegos Olímpicos. En Pekín 2008 el mundo descubrió un fenómeno que, inmediatamente, pasó a formar parte de la cultura popular. Bolt también es el plusmarquista mundial en los 200 metros con 19.19, redondeando su dominio absoluto en la velocidad. En total, el atleta de Kingston ganó ocho medallas de oro en los Juegos Olímpicos a lo largo de su carrera. Sin embargo, no han sido suficientes para ser reconocido por la Fundación Princesa de Asturias.
Muhammad Alí (boxeo)
A Muhammad Alí se le apoda El más grande por varios motivos. El primero de ellos, por su desempeño sobre el cuadrilátero, para muchos el mejor peso pesado de la historia; capaz de picar como una abeja y flotar como una mariposa. También por su compromiso social inquebrantable, dispuesto a sacrificar su carrera deportiva por sus creencias: le retiraron la licencia de boxeo por su negativa a alistarse en el ejército e ir a la Guerra de Vietnam. Regresó a pelear tres años y medio más tarde, solidicando su estatus de leyenda absoluta en sus combates contra Joe Frazier y George Foreman. Todo un icono deporitvo, social y político, Muhhamad Alí no posee el Princesa de Asturias de los Deportes entre su colección de reconocimientos. Ni él ni ningún boxeador, pues la Fundación Princesa de Asturias nunca ha querido destacar a un deportista procedente de una disciplina de contacto.
Marc Márquez (motociclismo)
La relación de los Princesa de Asturias y el motociclismo es compleja. Ángel Nieto, uno de los deportistas españoles más influyentes de la historia, nunca ganó el premio. La explicación en su momento fue que su actividad deportiva ya había finalizado cuando este se comenzó a entregar en 1987. Sí recibió el premio Sito Pons en 1990, siendo hasta la fecha el único piloto de motociclismo en recibirlo. Los motivos para otorgarle el galardón fueron el doble campeonato del mundo de 250cc conseguido por el catalán en 1988 y 1999. Tras él han venido grandes campeones españoles, e incluso internacionales, pero ninguno ha sido distinguido.
El caso más flagrante de todos probablemente sea el de Marc Márquez. El español ha ganado un total de ocho Mundiales de motociclismo, seis de ellos en la categoría reina. Una cifra que le sitúa a la altura de los mejores de siempre. Pese a la acusación de chovinistas de los premios, Márquez no ha sido premiado pese a ser un contendiente más que legítimo por palmarés. Valentino Rossi, el otro gran icono contemporáneo de las dos ruedas, con una influencia internacional incluso superior a la de Márquez, tampoco ha sido reconocido por el Princesa de Asturias.
Simon Biles (gimnasia)
Para muchos, Simon Biles es la mejor gimnasta de todos los tiempos. Su palmarés, con 33 medallas mundiales y olímpicas, así lo acredita. Además, se trata de una deportista tan especial que posee dos movimientos bautizados en su honor. Biles es una de esas pocas deportistas capaces de trascender su disciplina para convertirse en referentes absolutos. Por si fuese poco, más allá de su papel sobre el tapiz, Biles es una figura fundamental en la visibilización de la salud mental en los deportistas de élite. La estadounidense tuvo que retirarse de la competición en Tokio 2020 debido a la excesiva presión sobre su figura, que le hizo padecer de twisties. Un asunto que no solo no ha rehuido públicamente, sino que ha logrado superar para volver a competir.
Tiger Woods (golf)
Tiger Woods es una figura imprescindible para comprender el golf actual. El estadounidense ha ganado un total de 15 majors, siendo el segundo que más de la historia. Además, durante años ha sido el principal referente del deporte de los hoyos. Una estrella global que ha servido de principal inspiración a la generación que llegó detrás de él. Además, su condición de persona de color en una disciplina históricamente asociada a la clase alta le convirtió en un pionero. Es cierto que su relato no se puede comprender completamente sin sus sombras. Especialmente sus adiciones, de las que consiguió reponerse. Una historia de superación que no le ha servido para ganar el Princesa de Asturias de los Deportes.
Ona Carbonell (natación sincronizada)
La natación sincronizada es una disciplina minoritaria, pero que ha causado grandes alegrías al deporte español. Muchas son las sirenas españolas cuyo nombre ha alcanzado la eternidad, aunque ninguna sobresale tanto como Ona Carbonell. La catalana es la mujer con más medallas en la historia de los mundiales de natación, con un total de 23 metales. Además, consiguió dos medallas en una misma edición de los Juegos Olímpicos: Londres 2012, cuando se colgó la plata en la categoría de dúos y el bronce en equipos.
Alberto Contador (ciclismo)
Alberto Contador es el único ciclista español en ganar las tres grandes vueltas ciclistas (Tour, Giro y Vuelta). Además, es el único en corredor de nuestro país sin contar a Miguel Induráin que ha ganado el Tour en más de una ocasión (2007 y 2009). Precisamente, Miguelón obtuvo el Príncipe de Asturias en 1992, cuando únicamente contabilizaba dos rondas galas. Por ello, sorprende todavía más que el de Pinto no obtuviese nunca el premio. Es cierto que, en su caso, queda la sombra de su sanción de dos años por positivo en clembuterol. Sin embargo, se da el caso que Lance Armstorng, galardonado en el año 2000, nunca vio retirado su premio del palmarés oficial del galardón, pese a ser considerado el principal ejemplo del dopaje en el deporte en el mundo.
Lionel Messi (fútbol)
El fútbol es considerado el deporte rey por su alta penetración a lo largo de todo el mundo. Por ello, sorprende que el considerado por muchos mejor futbolista de la historia no esté en incluido entre los ganadores del Princesa de Asturias de los Deportes. Más teniendo en cuenta su relación estrecha con España, país al que llegó siendo un adolescente y en el que ha realizado la mayor parte de su carrera. Los méritos para otorgar el galardón al argentino son incontables, coronados por el Mundial de Catar 2022. Sin embargo, no ha conseguido un reconocimiento que sí tienen la selección brasileña de fútbol (2002), la Selección española (2010) o Xavi Hernández e Iker Casillas (2012).
Selección española femenina (fútbol)
Un caso muy sonado fue en 2024 con la Selección femenina de fútbol. La selección encabezada por Jorge Vilda ganó el Mundial de Australia y Nueva Zelanda en 2023 contra todo pronóstico, ganando en la final a Inglaterra. El combinado nacional estaba en las quinielas para hacerse con el galardón, como lo hicieron en el pasado sus compañeros masculinos en 2010. Para sorpresa, Carolina Marín se hizo con esa edición.