JUDO

Ariane Toro, la niña que empezó a gatear en el tatami: "Habrá cuatro judokas en el podio de París, ¿por qué no puedo ser yo una?"

La navarra, hija de los olímpicos Yolanda Soler y José Toro, se ha colgado un oro y dos bronces en las tres primeras citas internacionales de la temporada con solo 20 años.

Ariane Toro, en su visita a las instalaciones de Relevo./RELEVO/SALVADOR FENOLL
Ariane Toro, en su visita a las instalaciones de Relevo. RELEVO/SALVADOR FENOLL
José M. Amorós
Salvador Fenoll

José M. Amorós y Salvador Fenoll

Tiene solo 20 años, acaba de llegar a la categoría absoluta del judo pero la llegada de Ariane Toro Soler a Relevo vislumbra a una deportista diferente, de las que desprende el aroma de campeona y que terminan dando alegrías. No hay ni rastro de la timidez de quien aparece en la élite, a pocos meses de la celebración de nada más y nada menos que unos Juegos Olímpicos, para tirar la puerta abajo y presentarse como uno de los nombres de moda del deporte español.

Irrumpir en el judo mundial con un bronce en el prestigioso Grand Slam de París, la gran cita del circuito, habla de tus credenciales. Si lo logras repetir solo unos días después en la cita de Bakú, metiéndote en puesto de plaza olímpica por ranking, ya es cosa seria. Pero si en el tercer torneo del año, llegas a Tbilisi y te subes a lo más alto del podio estrenando tu palmarés de oros entre los mejores del planeta, te presentas al mundo como una de esas rivales con estrella, pese a tu juventud.

Poner sus dos apellidos a la hora de presentar a Ariane no es casual. Hija de Yolanda Soler, medalla de bronce en los Juegos de Atlanta en 1996, y de José Soler, olímpico en esa misma edición. Ahora, 28 años después, la heredera busca la clasificación a falta del cierre del ranking.

¿Hay un primer recuerdo en el judo o casi naciste en el tatami?

Tengo el recuerdo desde muy pequeñita en el tatami donde empecé, con mis padres. Siempre digo que empecé a gatear en el tatami. No sé, empezaría con tres o cuatro años y no tanto de haciendo judo, sino jugando y pasándomelo bien en el tatami. El primer recuerdo en el judo fue un poco más adelante, de más mayor y en mis primeras competiciones, y recuerdo disfrutar mucho.

Era una obligación terminar siendo judoka...

Mi padres, que ahora son mis entrenadores, me apuntaron a judo, pero nunca he tenido presión de hacer judo. Me apuntaron porque estaban ellos, pero desde muy pequeñita me enamoré de este deporte.

Ariane Toro, la judoka de moda. ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?

(Sonríe) El año anterior ya había hecho algún Grand Slam, pero es verdad que no terminaba de meterme en la lucha para colgarme la medalla. En París, que es una de las competiciones más prestigiosas, evidentemente iba a sacar medalla, pero sabía que era una competición muy difícil. Veía el listado [de participantes] y decía: 'Madre mía, sacar una medalla de aquí va a ser carísimo'. Cuando ya me metí en semifinales, con la competición que iba haciendo, me decía que no me podía ir sin mi medalla. Perdí semifinales y al bronce salí con todo. Me fui contentísima de llevarme una medalla, era como 'ahora sí, ya estoy aquí'. También eso hizo que, luego en Baku y ahora en Tbilisi, tuviese más seguridad, más confianza y ya iba más segura en el tatami. Y bueno, también lo he podido conseguir.

Ariane Toro recoge la medalla de oro del Grand Slam de Tbilisi este viernes. RFEJyDA
Ariane Toro recoge la medalla de oro del Grand Slam de Tbilisi este viernes. RFEJyDA

¿Cómo lo has hecho? Has tirado la puerta abajo...

Sí, ya habíamos entrenado con casi todas las mejores del mundo en mi peso y yo sabía que tenía el nivel. Desde hace un par de años, me sentía muy bien con, incluso, campeonas olímpicas, medallas mundiales... La gente que lo veía me decía que iban a llegar las medallas, yo también lo pensaba, pero hasta que no llegan, no te lo crees del todo. Después, todo el mundo me decía que cuando llega la primera, las demás van más rodadas. Estoy contenta de que no ha sido una cuestión de un solo un día, que he mantenido el nivel y que cada vez lo subo más.

Aunque sea un entrenamiento, ¿se nota que estás para mirar a la cara a las mejores?

Es muy distinto entrenar que competir, pero hacemos bastantes concentraciones a lo largo del año con todas las del peso, con toda la gente del extranjero y cuando ya ahí te mides y ves que puedes tener el nivel, que haces combates muy buenos de tú a tú, ya te vas creyendo que puedes tener ese nivel. Es verdad que luego compitiendo es distinto y con los nervios, la presión, que ya no regalan nada, es distinto. Pero bueno, al final compitiendo con ellas, midiéndome, haciendo combates, veía que podía sacarlos adelante y aunque al principio no los sacaba, seguí trabajando con confianza y al final los saqué.

¿Algún entrenamiento que te cambiara el chip para perder el respeto a las mejores?

Estuve con la kosovar Distria Krasniqi, que es campeona olímpica [de -48kg] y gana todo, y entrenando muy, muy bien con ella. Estábamos ahí muy de tú a tú, y ella es la mejor. Cuando me iba, pensé que yo también podía estar ahí.

Eres de las más jóvenes de la lucha por las medallas de tu peso. ¿Tus rivales te dicen de dónde has salido?

En París, después de sacar esa medalla, estábamos ahí para salir al podio y la británica Chelsie Gilles, con la que había perdido en semifinales, me decía: "¿es tu primera medalla?" Era mi primera medalla en París y mi primera medalla en Grand Slam. Ya había entrenado antes con ella y ya me decía que estaba muy fuerte, que era muy joven y que ya sabía que le podía dar guerra. Alguna otra entrenando también me decía que era muy dura, pero tampoco me dicen más. Claro, somos rivales, tampoco me dicen 'creo que vas a ganar'.

Ariane Toro recuerda que su madre, Yolanda Soler, pasó por su situación y terminó yendo a los Juegos.RELEVO/S.F.

Si te dicen esto a finales de 2023, ¿te creerías lo que iba a pasar?

Realmente, no. Mi madre tuvo una situación parecida en su día [en Barcelona'92] y me decía: 'Bueno, nunca se sabe'. Sí, pero yo no tenía ninguna medalla y ahora, de repente, ¿iba a sacar todo? Y ella me decía: 'Vamos a ello'. Y al final, tenía razón.

Que tu madre y entrenadora lo haya conseguido te abre el camino.

Bueno, los dos, mi madre y mi padre siempre me animan a todo. Mi padre, sobre todo, a que luche, a que trabaje y que, con eso, seguramente podamos llegar a conseguirlo. En el caso de mi madre, había otra chica en puestos de clasificación en su momento, y ella era la joven que todo el mundo decía que iba muy bien, pero realmente todavía no estaba metida en los Juegos. Y a falta de seis meses, también se puso a sacar varias medallas, consiguió subir al podio europeo y se metió al muy poco de los Juegos. Entonces, por eso me dice que ella pasó por esa situación y que nunca se sabe, que igual yo podía hacer lo mismo.

Puedes ser un caso como el de Adriana Cerezo en taekwondo. Hace tres años, llegó a última hora, se metió por el Preolímpico con una gran racha de victorias y... hasta la medalla en Tokio. Coges la cresta de la ola y pareces invencible. ¿Tienes esa sensación?

Creo que no estoy en mi tope. Cuando ya empiezas a sacar medallas, va todo un poco más rodado, y además, también entrenas teniendo un objetivo tan grande, con más motivación y haciendo las cosas mejor. Nosotros sí confiamos en el trabajo que hacemos y vamos a trabajar para llegar a los Juegos Olímpicos de la mejor manera posible. Me veo en los Juegos.

[En la situación actual, Ariane Toro es la mejor judoka española en el ranking olímpico de la categoría de -52 kilos, pero habrá que esperar hasta el cierre del plazo. En los criterios de la federación española, se daba preferencia para la única plaza por peso a la judoka mejor colocada en el ranking a 31 de diciembre de 2023 y, en ese momento, era Estrella López Sheriff. Ahora, tras las tres medallas, Toro está muy por delante en cuanto a puntos, pero si su rival española entrara aunque fuera en la última plaza de clasificadas por detrás de Toro, pondría en un brete a la RFEJyDA].

Contigo se puede utilizar la frase de que 'todos los jugones sonríen igual'. Como hizo Adriana en su salida de la final de Tokio, se te ve sonriendo en los combates.

(Sonríe) Me hace gracia porque hay un seleccionador, Daniel Pions, que estuvo conmigo en París cuando saqué la medalla, que me dice que en los combates me río. Digo, "hombre, ¿cómo me voy a reír durante el combate?" Y me dice que es verdad, que en la lucha por el bronce de París, cuando estaba tirando a mi rival, qué pena que la cámara no me hubiera captado porque estaba riéndome. En los combates, a otras judokas les gusta calentar hasta el final y a mí me gusta salir un poco "distraída" aunque concentrada en el combate. Soy una persona que tengo que estar riéndome... Si me ves muy seria, algo va mal. Será porque me gusta reírme mucho.

¿Te ves haciendo lo que hizo Adriana o lo que hizo tu madre?

Sí, claro. Al final, entrenamos para ello y hay que soñar en grande. Se trabaja para ello, y siempre hay cuatro personas en el podio, ¿por qué no voy a ser yo? Es algo dificilísimo, pero vamos a por ello.

Ariane Toro: «Siempre hay cuatro personas en el podio, ¿por qué no voy a ser yo?»RELEVO/SALVADOR FENOLL

Me alucina esa determinación, confianza y poco miedo a una cita como los Juegos Olímpicos. ¿De dónde has sacado ese carácter?

De mis padres, totalmente. Mi padre, a día de hoy. me dice que soñemos en grande, que tenemos el nivel para hacer cosas grandes y todavía no estamos en nuestro tope. Y mi madre, lo mismo. Esa frase de "hay cuatro personas en el podio y por qué no voy a ser yo una de ellas" me la lleva diciendo mi madre mucho tiempo. Entonces, me viene un poco de las dos partes.

Y en la mezcla de los dos, ha nacido una crack.

Siempre digo que mis padres, los dos juntos, para mí son la combinación perfecta. Mi madre tiene también ese punto de cabeza, que yo trabajo mucho con ella, y algunas técnicas que me enseña de judo. Y mi padre es muy luchador y muy táctico a la hora de hacer judo. Si yo tengo una duda de agarre, porque veo que hay una rival que me incomoda y no sé cómo hacerlo, mi padre me ayuda. Mi madre, que ha sido bronce olímpica, sabe mucho de gestionar la presión, de manejar las situaciones de antes de competir y, evidentemente, también sabe mucho judo y aprendo mucho de ella.

Hablabas de que no has llegado al tope. ¿Qué queda para llegar?

Mucho trabajo. Soy muy joven y queda todavía mucho, mucho trabajo por hacer, y por entrenar.

Ariane Toro desvela cómo la sonrisa es clave en su rendimiento.RELEVO/SALVADOR FENOLL

¿Ese tope da para una medalla olímpica?

(Sonríe) Desde muy pequeñita, soñaba con la medalla olímpica. Cuando la ves en tu casa, piensas que se puede conseguir y ahí estaba. Siendo niña, la miraba. Pero ahora, hasta que no esté allí, lo veo lejos porque casi no me creo la situación en la que estoy. Porque, como te decía, hace 7 meses no me imaginaba esto, sí que soñaba y soñaba grande, pero hasta que no estás dentro, no te lo crees. Creo que hasta que no esté ese día en los Juegos Olímpicos, no me lo voy a creer.

¿Cómo te lo imaginas?

Es difícil porque no me sé el sorteo, pero si voy por el otro lado de la japonesa Uta Abe, ojalá hacer una final con ella, que es la actual campeona olímpica. Me gusta visualizar antes de los combates cómo puedo ganar, o cómo tirarlas. Con Abe, visualizo un combate muy, muy, muy duro hasta el Golden Score [puntuación de oro] y luego tirándola y celebrándolo con mis padres, les doy un abrazo y nos ponemos a llorar.