La foto icónica de los últimos Juegos Olímpicos, en peligro de extinción en Francia: "Solo alimenta los estereotipos"
El Senado de Francia ha aprobado un proyecto de ley que será votada en la Asamblea Nacional.

Una foto que dio la vuelta al mundo. Las egipcias Marwa Abdelhady y Doaa Elghobashy compitieron en los Juegos Olímpicos de París cubiertas desde los tobillos a la cabeza, con el hiyab puesto, a más de 30 grados de temperatura bajo el sol de la capital francesa: "Me encanta jugar con hiyab, no con bikini", expresó en ese momento Doaa Elghobashy.
Pero esa imagen puede estar en peligro en Francia. En el día de ayer, el Senado de Francia aprobó un proyecto de ley presentado por el partido conservador 'Los Republicanos' que prohíbe el uso de símbolos religiosos durante competiciones deportivas, una medida encaminada a prohibir la utilización del velo.
El escrito fue presentado por el senador del partido conservador Isère Michel Savin y fue aprobado por 210 votos a favor frente a 81 en contra y plantea prohibir cualquier símbolo o prenda con connotaciones "políticas o religiosas" durante las competiciones regionales y nacionales organizadas por federaciones deportivas.
El senador socialista Patrick Kanner aseguró que esta medida sólo "alimenta los estereotipos" y la "narrativa antimusulmana". Además, según recogió Europa Press, la ecologista Mathilde Ollivier ha resaltado que esto supone un "ataque frontal" a las mujeres musulmanas que busca "excluirlas" del deporte. Esta iniciativa ahora tendrá que ser votada por la Asamblea Nacional.
El Gobierno ya vetó la abaya en los colegios en agosto de 2023, una prenda femenina utilizada por mujeres musulmanas, equiparándola a cualquier símbolo religioso y apelando a la ley que garantiza la laicidad en el sistema educativo.
El anuncio desencadenó una serie de protestas a nivel nacional por parte de asociaciones de Derechos Humanos que acusan al presidente francés de islamofobia, si bien el Gobierno enmarca este tipo de decisiones en la lucha contra el islam radical en el país.