Las grandes estrellas de la pelota viven con interés pero ajenos el conflicto internacional
El circuito profesional de pelota mano, liderado por las empresas Baiko y Aspe, es el referente mediático de un deporte en el que los profesionales no son federados y no participan en los campeonatos mundiales.

El mundo de la pelota vasca vive días intensos. Después de que el pasado mes de diciembre la Federación Internacional de Pelota Vasca reconociese a la Federación Vasca como miembro y, por tanto, le permita competir defendiendo su bandera tras años de reivindicaciones, en estos meses se dirime el futuro en los despachos. El TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) debe arbitrar la reclamación de la Federación Española, que denunció que la Asamblea de la FIPV (Federación Internacional de Pelota Vasca) en la que se aprobó la inscripción de la Federación de Euskadi no es legítima. Días de comunicados de uno y otro bando, el apoyo de José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes, la aclaración de la Federación Internacional de Pelota Vasca de que no expulsará a la Española...
Un conflicto que tiene 'paralizado' el circuito internacional, a pocos meses de que comience la Liga de Naciones en Gernika (Bizkaia) pensando ya en el Mundial de 2026, que se disputará en San Luis, Argentina. Pero la pelota sigue. La atención mediática de los amantes de este deporte está cada fin de semana en los frontones vascos, donde continúa ajena a esta polémica La Liga de Empresas, el circuito profesional de pelota mano en el que están los mejores pelotaris del mundo. Las grandes estrellas de este deporte, con Jokin Altuna III y Unai Laso a la cabeza, han apoyado en algunas declaraciones la búsqueda de la oficialidad aunque no sea algo que les afecte de forma directa, al menos en el corto plazo.
¿Por qué? Las principales competiciones de pelota mano dependen de empresas privadas que cuentan con deportistas profesionales no federados o adscritos a ninguna federación. Es decir, las principales estrellas, salvo que se modifique en el futuro, no competirán defendiendo a España, Francia o Euskadi, sino que son los pelotaris aficionados, federados en diferentes clubes, los que pueden ser seleccionados por su federación para participar a nivel continental. Altuna o Laso tienen en mente el Manomanista 2025, que inicia a comienzos de abril y que es uno de los torneos más esperados en Euskal Herria.
Salvando las distancias, cada uno con sus particularidades pero para entendernos, es una situación que se asemeja con la diferenciación del boxeo profesional y del olímpico. Son los amateurs quienes acuden cada cuatro años en busca de las medallas soñando con conseguir llegar al circuito profesional. Una situación que ya ha sucedido en el mundo de la pelota, con algunos pelotaris que han comenzado en el circuito internacional antes de fichar por Baiko o Aspe, las dos empresas que organizan la Liga de Empresas de Pelota a Mano.
La “revolución moderna” liderada por Arguiñano y Aseguinolaza
Para entender la actualidad de la pelota mano, la modalidad con más seguimiento en Euskal Herria, hay que remontarse a comienzos de los años 90. Cuando Iñaki Aseguinolaza y Karlos Arguiñano entraron a un mundo que les apasionaba para revolucionarlo. De la mano de Iñaki Burrutxaga, ex director comercial de ETB, compraron la empresa Eskulari y crearon Asegarce (actual Baiko), que junto a Empresas Unidas lideraban el circuito.
La llamada "revolución moderna" de la pelota profesionalizó el circuito y lo cambió todo, impulsando nuevos frontones -hasta entonces eran blancos-, vistiendo a los pelotaris con camisetas azules y rojas, negociaron los derechos con las televisiones, incluyeron médicos y fisioterapuetas... "Nos parecía que a la pelota le faltaba un empujón para colocarla donde está ahora. En 30 años hemos hecho una labor que los que entiendan un poquito de imagen se darán cuenta de que la imagen del pelotari no tiene nada que ver", explicaba en el Txoko de Idoate, uno de los programas referentes de pelota.
Fue el 17 de julio de 1992 cuando Asegarce se presentó en la sede de la Federación Vasca de Pelota en Abadiño con toda su plantilla al completo. Se habían hecho con los derechos de imagen de los principales pelotaris y dieron un golpe sobre la mesa que lo cambiaría todo. "Hoy es un día muy importante para la pelota. Nos ha costado mucho trabajo y un importante esfuerzo económico poner en marcha esta empresa. Estamos deseosos de empezar a jugar", lanzó Aseguinazola.
Precisamente, entre ellos se encontraba José Angel Balanza "Gorostiza", quien ese mismo verano se hizo con la medalla de Oro en la Olimpiadas de Barcelona 92 defendiendo a España. Una hoja de ruta que siguieron también fichando a Patxi Ruiz, después de que este lograse la medalla de oro en el Mundial 1998 en parejas, antes de convertirse en campeón del manomanista en 2003. Otros grandes pelotaris han brillado en el Mundial como aficionados para ganarse un lugar entre los profesionales, con el caso de Oinatz Bengoetxea como uno de los referentes, campeón del Mundo en 2002 con 18 años y después ganador de dos txapelas del manomanista (2008 y 2017), una del Cuatro y Medio (2016) y otra en Parejas (2015).
Para entender la situación actual hay que tener en cuenta también la creación de Aspe, una nueva empresa surgida en 1998 para competir con Asegarce. En 2002 se creó la Liga de Empresas de Pelota a Mano (LEP.M), coincidiendo con la salida de la Federación Vasca de la Federación Española, separando aún más el profesionalismo del mundo aficionado. La pelota vive pendiente de poder competir por primera vez bajo la Ikurriña, pero no serán las grandes estrellas quienes lo hagan.
Estrellas en otras modalidades
La Federación Internacional de Pelota Vasca incluye diferentes modalidades: mano (ya sea en trinquete o frontón de 36 metros), frontball, frontenis, cesta punta, xare, paleta cuero, pala corta y paleta goma. Cada una tiene sus peculiaridades y arraigo en diferentes países o territorios. No todos funcionan como la pelota mano y en cesta punta o trinquete los mundiales sí han visto a las grandes estrellas y referentes en los últimos años. Es el caso del vizcaíno Aritz Erkiaga, que se proclamó campeón del mundo en Biarritz 2022 en un año en el que se llevó también la liga Jai Alai individual y el Winter Series. Auténtico dominador de la modalidad, ha competido bajo la bandera española y cuenta en su palmarés con dos mundiales.
En el trinquete, por ejemplo, el vasco francés Baptiste Ducassou es el rey del deporte y también ha participado en los mundiales con Francia. El navarro Luis Sánchez es otro de mejores, así como el guipuzcoano Eneko Maiz, que pasó de ser aficionado a la competición Elite Pro tras conseguir una plata en el Mundial 2022. Sin embargo, los expertos tienen claro que es mucho más complicado luchar por los torneos de Elite que por cualquier Mundial, en los que lo complicado es conseguir ser titular en la selección. Ahora, con la Euskal Selekzioa, habrá más variedad. Más allá de ser aficionados o profesionales, los pelotaris vascos cuentan los días para poder competir a nivel internacional defendiendo su bandera.