Kilian Jornet desvela las alucinaciones en el Everest que casi le cuestan la vida: "¿Y si salto?"
El ultra-runner ha sido invitado a La Revuelta de TVE, donde ha contado detalles sobre uno de los grandes retos de su vida.
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Kilian Jornet corre en el alambre. Solo hay que ver sus redes sociales y ver sus vídeos corriendo por arriesgadas crestas rodeadas del vacío donde un error en su pisada puede costarle la vida, pero quizás el día que más cerca estuvo fue culpa de su cabeza y su conciencia.
🏔️Esta historia es una barbaridad. Subir y bajar el Everest, sin oxígeno ni agua, sufrir alucinaciones y que creas que estás en un sueño del que te planteas despertarte haciendo una locura.
— La Revuelta (@LaRevuelta_TVE) February 13, 2025
He tenido que volver a escucharlo todo de nuevo porque no puede ser cierto. @kilianj pic.twitter.com/KSvuaho8nz
Fue en un reto en el Everest que llevó a cabo en 2017, donde en apenas una semana subió al pico más alto del mundo en dos ocasiones a la carrera. "En la primera subida, tuve diarrea y no fue un día que me encontré súper bien", ha recordado en su visita a La Revuelta en La 1 de Televisión Española afirmando que apenas tardó dos días y media en conquistar el techo de la tierra cuando lo normal está en torno a la semana. Quizás, esa sensaciones le llevó a volver a revivir la experiencia solo cinco días después. "Ya que habíamos pagado el permiso que cuesta una pasta...".
"Salí de un poco más arriba [que la primera vez] y tardé 19 horas en subir. Lo guapo es que bajando, iba cansado porque lo había hecho la semana anterior, sin comida y sin agua porque se congeló", empieza a recordar la ocasión en la que estuvo cerca de perder la vida por culpa de su mente. "Bajando, a mi memoria no se qué le pasó. Había un 'payo' que me seguía y yo sabía que era una alucinación. Sabía que ese chaval no existía".
"Llegó un momento en el que me había perdido, era de noche y había una tormenta. Estaba solo a 8.300 metros. Llegó un momento en el que dije: para un momento. No sabía si estaba soñando y todo era una pesadilla. No quería pasar esto. Y entonces dije: ¿y si estoy durmiendo? ¿y si salto? ¿y si salto y me despierto?". Confiesa el ultrarruner recordando que esa decisión le hubiera provocado una caída al vacío que hubiera terminado con su vida.
"Pero al mismo tiempo, pensaba: si no estoy soñado, ¡vaya putadón! Porque me mato", continúa mientras bromea con David Broncano. "Era una ruleta rusa. Pero ahí me dije: para, para. Descansé cinco minutos, devolví un poco de oxígeno al cerebro y ya vi donde estaba, busqué una ruta para salir...".