La odisea de Juanito Oiarzabal en 'Supervivientes': "Era duro, pero cada semana que pasaba, cobrabas una pasta"
El ex alpinista vitoriano atiende en exclusiva a Relevo para recordar su paso por el 'reality' más exigente de la parrilla televisiva.

Avanzada la charla con Relevo, a Juanito Oiarzabal ya se le ha olvidado la hora. Está cómodo. Se siente con ganas de seguir rebobinando en el tiempo sin mirar el reloj. Es por ello que, cuando al otro lado del teléfono, escucha la palabra televisión, suspira hondo y se acomoda. "Mira, yo he hecho de todo", apunta quien, además de reconciliarse en 'prime time' con Edurne Pasaban, acaba de regresar por todo lo alto a 'El Conquistador', reality de la televisión vasca (ETB) con cientos de miles de espectadores cada semana. Antes, en 2007, en plena tentativa de repetir cumbre en los 14 ochomiles del planeta, el alpinista vitoriano participó en 'Supervivientes', emblemático espacio que, antes en Antena 3, ahora en Telecinco, ha llevado la crudeza de la supervivencia a los hogares de toda España.
¿Cómo recuerdas aquello?
Era una farándula, eh. No al nivel de ahora, eso sí. Era más duro, es cierto, pero yo tuve que vérmelas con Sofía Cristo, con Rebecca Loos, con Raquel Bollo y con toda esta gente del corazón. Entonces, claro… ¡Fue duro!
Fuiste finalista.
Sí, es que además eso. Yo estuve 74 días en Honduras. Quedé segundo, como bien dices, porque me ganó Nilo Manrique. Y bueno, al final, aquello fue un componente más de lo que ha sido mi vida. Me surgió y dije, por qué no. Anteriormente, he de decir, ya nos habían contactado a Martín Fiz y a mí para ir a lo que por entonces era 'La isla de los famosos', y dijimos que no, pero por diversas circunstancias, en esta ocasión les dije que sí. Y la verdad es que estuvo muy bien, porque los médicos me decían que por mis pies, que ya tenía los dedos amputados, tenía que andar por la arena y darme baños de agua salada, así que dije, pues mira…
La excusa perfecta.
¡Claro!
Me he quedado con dos cosas que has dicho antes. La primera, la dureza. ¿Cuánto de realidad hay en estos programas? Uno escucha que detrás de las cámaras os ponen camas, os dan comida…
No, no, no… Ahora ya no lo sé, eh, pero en nuestro caso no. Te tenías que buscar la vida, tenías que pescar, tenías que ganar pruebas muy duras para poder comer. Ahora creo que dan algunas cosas, latas, arroz o cosas así. Por entonces nada de nada. Tenías que vivir de los cocos y de lo que pescabas. Aquello era muy real. De hecho, mi mentalidad allí, lo que pensaba constantemente era: si yo lo estoy pasando mal, imagina cómo lo estarán pasando los demás.

Gente menos habituada al sufrimiento.
Es que con el perfil de gente que había allí… Pero, mira, al final aquello enganchaba. Y la gente aguanta, aguanta y aguanta.
Aquí llega la segunda cuestión: el dinero.
Claro es que… [se detiene unos segundos] Es que allí se cobraba una cantidad económica muy sustancial. Date cuenta de que se cobraba por semanas. Y cada semana que pasaba cobrabas una pasta. Yo estuve unas cuantas semanas, como te digo. 74 días.
Se ganaba bien.
Sí, yo ganaba muy bien. Muy, muy, muy bien.
También influye en la decisión de ir, claro.
Es que te digo una cosa, que no se confunda la gente: yo era de los que más cobraba. Estaba rodeado de farándula y era de los que más cobraba.
Te pusiste buen caché.
Teníamos un buen representante [ríe por primera vez en toda la entrevista]. Era el representante que teníamos Martín Fiz y yo… Mucha pasta, mucha pasta.
¿Y cómo se llega a la final de un programa así siendo deportista?
Mira, sin duda, lo que tienes que hacer es ganarte a la farándula. ¿Y cómo te la ganas? Te la ganas dándole de comer, trabajando, haciendo balsas, buscando lugares para dormir… Es la única forma de aguantar para que no te nominen.
Siendo buen concursante, vaya.
Claro, es que te tienes que buscar una estrategia. O lo haces, o te vas a casa a los cuatro días. Se ponían de acuerdo entre todos y te echaban. Así que no quedaba otra. Tenías que intentar ganar todas las pruebas posibles para que no te nominaran. Yo en esa época, además, me encontraba físicamente muy bien. Lo único que me faltaban eran los dedos de los pies. Pero todo lo demás estaba perfecto... De hecho, yo tenía que haber ganado de calle.
¿Y qué pasó?
Eran 200.000 euros y un cochazo de la de Dios de premio. Me ganó Nilo Manrique, pero mira, si yo no hubiera sido tan bocas… Porque yo iba constantemente diciéndole a todo el mundo que no iba a acudir a ningún programa del mundo del corazón, ¿sabes? Y luego los directores, en la fiesta final de Madrid, me dijeron que yo tenía que haber ganado aquella edición de calle. [Se detiene unos segundos]. No vamos a hablar de 'El Conquis'... ¡Si hablamos de 'El Conquis' ya ni te cuento!
¿Por qué?
Porque 'El Conquistador' es un programa parecido a 'Supervivientes' pero tremendamente duro. Mucho más que 'Supervivientes'. Las pruebas son más duras. Un hábitat muchísimo más hostil y un programa, en definitiva, al que no va la farándula. Es más, la gente que va no cobra. Cobramos solamente los capitanes. Y yo he estado durante diez años en ese concurso. Ahora han hecho 20 años, que he ido a hacer una colaboración con ellos, y siempre ha sido el programa más visto de la televisión vasca.
Y de pasta, como dices, ¿igual que 'Supervivientes'?
No, no, no. Nada que ver. Mira, ahí… Lo que ganaba en todo el concurso, que la grabación duraba como un mes más o menos, era igual o incluso menos de lo que ganaba en una semana en 'Supervivientes'.
Buena comparación.
Antes se pagaba mejor, también te digo. Yo… Mira, te lo voy a decir. Yo cobraba 15.000 euros a la semana [en 'Supervivientes']. Ya te digo yo que ahora, a Terelu Campos o este tipo de perfiles les pagarán mucho más, pero ¿al resto? Esos cachés no se mueven ya. Es que yo al final gané mucho dinero, eh. La hostia. Pero bueno, [carraspea], fue un momento de mi vida. Nada más.