RELEVO TALKS

"No quería que le quitaran la sonrisa a mi hija como a mí"

Miriam Gutiérrez, La Reina, hace una reflexión tras la pandemia: "Fue un caos, pero al final lo que he visto yo es más egoísmo".

Michèle Novovitch
José Luis Guerrero

Michèle Novovitch y José Luis Guerrero

La última pelea de Miriam Gutiérrez (Vallecas, 1983) en el boxeo profesional se produjo en el Amelie Arena, de Tampa (Florida, EE UU), y dejó malherida a La Reina. Encajó 236 golpes que le desconfiguraron por completo su rostro hasta el punto de que la Comisión Atlética de Florida le retiró la licencia de boxeadora tras sufrir daños irreversibles. Su carrera profesional acabó con 14 triunfos (5 KO) y dos derrotas (ante dos mitos femeninos del pugilismo, Amanda Serrano y Katie Taylor.) "Si pierdes en el deporte es por algo que no has hecho bien. Creo que tengo 119 peleas en toda mi carrera, que contando con esas dos derrotas en profesional, sólo he perdido 12 veces. Pierdes y tienes que aprender. Te jode, pero tienes que aprender. Pero a nivel personal hay ciertas derrotas que cuestan asumir y afrontar", reflexiona La Reina, un apodo que le puso Jero Romero, su entrenador y amigo, y el que la rescató en el momento más delicado de su vida hace muchos años. 

Ahora su vida, la de Miriam, ha dado para incluso grabar un documental. Hoy en día es Concejala de Mujer y Quinta Teniente Alcalde en el Ayuntamiento de Torrejón, madre de dos hijos (Zaira y Joaquín) y felizmente casada. "No hay nada más violento que querer tener razón", suelta Jero, que tiene un pico de oro y un gimnasio, La Escuela Boxeo, en el que enseña a cientos de boxeadores el noble arte del boxeo. Se respira ambiente familiar, bajo el sonido incesante de ese relinchar de los guantes contra los sacos y el latigazo de las combas contra el suelo, mientras que cada tres minutos suena un pequeño timbre. Miriam nos recibió con una sonrisa, una manera de agradecer lo que tiene en la vida. Ha sufrido épocas duras. Sin ir más lejos, durante la pandemia: "¿Qué pasaba en ese tiempo en el que todos estábamos encerrados con una mujer que estuviera con un maltratador dentro de casa. Fue un caos. Nos dijeron que íbamos a salir más unidos y reforzados, pero lamentablemente lo que yo he visto al final es más egoísmo. Veo a mucha gente que dice que antes de que me pase a mí, que te pase a ti". Miriam las ha pasado canutas en su vida, pero nunca abandonó su papel de luchadora y trabajadora. Es oficial de Jardinería, ponente del programa Sport VS Violence de la Fundación Jero García, Campeona de Europa de Boxeo y Campeona de WBA Gold. Pero nos avisa: "En la política se reciben más palos. Es como un ring, como cuando te metes dentro: sabes que van a venir golpes, pero no sabes por dónde. Para mí son más complicados los golpes de la política".

Una mujer dentro de un deporte de hombres

Los inicios en el mundo del boxeo no fueron fáciles. Y menos siendo mujer. Su primer recuerdo fue un compañero partiéndole la nariz porque no le gustó la fuerza con la que se estaba empleando Miriam contra él. "Hay mucha diferencia de cuando yo empecé. Apenas había chicas. Yo le daba quebraderos de cabeza a Jero porque quería pelear con chicos. Él lo tuvo muy difícil conmigo. Era una tía grande y cada vez que subía al ring no controlaba la fuerza. Al final caían, pero yo no sabía todo lo que sé ahora. Golpeaba sin conocimiento. Tenía mucha rabia dentro. Era tú o yo. Y noqueaba a las chicas. Me dijo Jero que así iba a ser complicado buscar peleas con chicas porque con chicos no se puede. Yo era muy rabiosa y para mí esto del boxeo era un desahogo".

Esos inicios fueron cuando Jero se dio cuenta de que Miriam, esa boxeadora que machacaba en el ring a cualquier rival, era víctima de malos tratos por parte de su expareja. "Tenía una pareja que destruyó mi confianza y mi sonrisa. Destruyó mi manera de vestir y me quitó hasta de lo que yo más amaba, que era el deporte. Me fue aislando. Lo he contado en muchos institutos: la violencia que pueden ejercer contra una mujer. Yo no quería que le quitaran la sonrisa de mi hija como me la quitaron a mí", explica en RelevoTalks. Al final, su triunfo más importante y vital vino fuera del ring. Eso es el deporte. Caer y levantarse. Como sostiene José Mújica: "La vida te puede dar mil tropezones en todos los órdenes, en el amor, en el trabajo, en la aventura de lo que estás pensando, en los sueños que piensas concretar, pero una y mil veces estás hecho con fuerzas para volverte a levantar y volver a empezar, porque lo importante es el camino". Miriam se levantó con una sonrisa. Por eso es La Reina, aunque ella asegura que es por "ser una persona respetuosa y respetar a todo el mundo".