Dani Rodríguez, el "farang" que reina en el estadio más antiguo de Tailandia
El suizo, de padres dominicanos, es el campeón del Rajadamnern Stadium en el peso superwelter. Sólo dos extranjeros poseen títulos de ese estadio en este momento.

Tailandia vive un proceso de cambio con respecto a su deporte rey. El muaythai es una religión en ese país, pero la irrupción en el mundo de las artes marciales mixtas y la cada vez mayor oferta de ocio hace que la renovación fuese necesaria. Hay que llamar la atención de nuevo público. Empresas como RWS (Rajadamnern World Series) y One Championship han logrado implementar importantes mejoras. La primera está asentada en el Rajadamnern Stadium, la arena más antigua del país, y la segunda tiene su sede en el Lumpinee Stadium, el de mayor prestigio fuera de la zona. Son promociones y estadios rivales, pero comparten un fin: abrir el deporte al mundo.
En esa lucha, RWS lleva terreno ganado. Desde su creación, la compañía ha apostado por permitir que luchadores "farang" (como se conoce a los extranjeros en Tailandia) puedan tener mayores oportunidades para pelear en el Rajadamnern. La entrada en el estadio era difícil, por lo que el aperturismo es claro. El cruce de nacionalidades sucede en todos los eventos que organizan y ya es habitual ver a los extranjero en peleas importantes. Otra cosa es llegar a los más alto. Por el momento Tailandia domina. El estadio cuenta con trece categorías de peso con campeonato. Hay once campeones locales y tan sólo dos extranjeros. Los dos reyes "farang" están, curiosamente, en los dos pesos más altos. Daniel Rodríguez tiene el cinturón del superwelter (69,9 kg) y Joe Ryan, el del medio (72,5 kg).
Debido a su procedencia, ambos son luchadores muy queridos en Tailandia, aunque todavía les queda trabajo. "Soy campeón, pero me sigo viendo cómo underdog", admite Daniel Rodríguez a Relevo. El suizo, de 25 años, es una auténtica estrella. Su cinturón le avala, pero sobre todo destaca su récord: una derrota en 43 combates. Increíble. Es campeón del Rajadamnern y ganó la primera temporada del torneo de las RWS en su peso. "Nunca me podía imaginar estar viviendo esto", añade el campeón.
Rodríguez nació en Zurich en el seno de una familia dominicana que llegó a Suiza en busca de un futuro mejor. En el país europeo, Daniel acabó haciendo muaythai con 14 años. "Siempre tuve cuerpo de deportista. Probé varias disciplinas, pero ninguna me convencía. Un día, unos amigos que entrenaban me animaron. Llegué a un gimnasio de muaythai y me fascinó", admite. El campeón visitó por primera vez Tailandia en 2019 porque en el viejo continente se "había quedado sin rivales". Allí, el mundo se le abrió. "Todo era muy diferente. Lo principal es que podía pelear mucho más", apostilla.
Daniel Rodríguez empezó a hacerse un nombre. Invicto y con pegada, fue escalando hasta acabar ganando la primera temporada de las RWS. Ese triunfo le dio la oportunidad de brillar más, ya que a la contienda llegaba como campeón. Su corona no estaba en juego en el torneo y tampoco se puso en liza en la segunda temporada. En esa edición, Daniel conoció la derrota por primera vez. "No me veo perdiendo en ningún momento, pero el papel pone eso y hay que admitirlo", se resigna el luchador. Yodwicha, a quien había vencido en dos pleitos anteriores, se impuso. En Tailandia es habitual ver sagas muy largas entre luchadores. Eso pretendía Rodríguez.
"Llevamos mucho tiempo negociando con Yodwicha. La idea es dar a conocer el deporte en Suiza, ya que es minoritario. Queríamos hacer un combate contra él en abril o mayo en mi país, pero después de mucho negociar no ha querido. Pasé por el quirófano la semana pasada para operarme la mano. Llevo un año peleando lesionado, por lo que estaré tres meses sin poder entrenar al 100%. Como Yodwicha nos acaba de decir que no peleará esa velada no se podrá hacer. Mi idea es defender el título antes de mitad de año en Tailandia. Me da igual el oponente. Creo que Yodwicha no quiere volver a pelear contra mí", revela el campeón.
Rodríguez desea vengar su primera derrota, pero no se obsesiona. Tiene un objetivo más ambicioso. "En 2024 quiero disputar también el título del Rajadamnern en el peso medio. Mi intención es hacer un gran legado", concluye. Con 25 años lleva visos de ser leyenda. Por el momento ya es historia. Un "farang", rey en el templo thai.