La UFC empieza 2024 ajustando cuentas de 2023

"¿Dónde estás?", preguntó el médico a Johnny Walker. "En el desierto", replicó el brasileño. Esa mínima conversación sirvió al galeno que la UFC había contratado para el UFC 294 para detener el duelo entre Walker y Magomed Anakalev. Lo vivido en Abu Dhabi fue dantesco. El profesional de la salud nunca había estado en un evento de MMA y tuvo un error de novato. Nunca se pueden hacer preguntas tan abiertas. Walker tiró de ingenio y le costó que la pelea se parase.

Johnny Walker se enfadó mucho por la decisión, pero el médico tiene siempre la última palabra. Ankalev había golpeado, de manera intencionada, con su rodilla al brasileño. Walker se movió y se llevó un rodillazo ilegal. Si había parada había descalificación para el ruso. Debió continuar el pleito o acabar con triunfo de Walker. No sucedió ni una cosa ni la otra. Lo peor que pudo suceder.

Ante tal situación, la UFC no dudó en buscarles nueva fecha a ambos. Este sábado, en el primer evento del año, los ha reubicado. Han pasado poco más de dos meses, tiempo suficiente para que ambos estén listos para una pelea que ha encendido a los fans. La empresa acostumbra a realizar muchos eventos al año. El último fue el 16 de diciembre. Casi un mes de parón es demasiado para los aficionados. Por si faltase algún aliciente, los pocos minutos de los que pudimos disfrutar en Abu Dhabi fueron de mucho quilates.

Visto lo visto, la contienda está al 50%. Ankalaev había tenido sus momentos, pero también Walker. Ambos tienen un alto poder de KO, por lo que cualquier puede finalizar. El brasileño se hizo el sentido, para despistar, tras un golpe del ruso. Habrá que descubrir si con poco hace daño o era todo una treta. Walker buscará la pelea ahí y Ankalaev llegará la pelea al piso. El ganador podrá mirar al título en el futuro, quizá cercano.

Alex Pereira, nuevo campeón, ha pedido tener regularidad. Jamahal Hill, campeón que tuvo que dejar su corona por lesión, todavía no está disponible para pelear y el ganador sería el retador legítimo viendo cómo está la división. La lógica marcaría ese camino, pero desde que Jiri Prochazka se lesionó y abandonó el título el semipesado se ha convertido en una división maldita. En 2024 es hora de cerrar cuentas pendientes de 2023 y pensar en el futuro. Hay luchadores muy talentosos implicados que lo merecen.