Makhachev despeja dudas con un KO espectacular sobre Volkanovski en el UFC 294

Islam Makhachev puso su dedo índice sobre su nariz y mandó callar a sus críticos. En febrero dejó dudas al vencer a Alexander Volkanovski y en octubre las despejó todas de un plumazo. El ruso, de 31 años, dio un golpe sobre la mesa al noquear al australiano. Retiene el cinturón de la UFC del peso ligero y manda un mensaje claro: quiere ser el número uno libra por libra. Jon Jones, el próximo 11 de noviembre, podrá pelearle ese liderato, pero en el UFC 294 quedó claro que Makhachev crece en cada combate.

Volkanovski es un campeón valiente. Tiene el cinturón del peso pluma, pero no dudó en aceptar la revancha contra Makhachev. Le habían operado hace un par de meses del codo, fue padre y necesitaba bajar once kilos en otros tantos días. Nada le importó para dar su sí. Quería venganza de un combate cerrado y salió a por todas. Tras mucho medirse, el oceánico llevó a su rival contra la reja y le metió presión con golpes. Sorprendió. Fue al trabajo de Makhachev.

El ruso, viendo que Volkanovski iba con fuerza salió de ahí y de nuevo volvieron al striking. Con varios golpes, Makhachev fue metiendo al australiano contra la jaula. Después de lanzar sus ataques abajo varió su golpeó y impactó una patada en la cabeza del aspirante. Volkanovski tenía la mano en su sitio, pero la pierna del ruso impactó en la zona alta de la cabeza. KO claro. El australiano se fue al suelo. Makhachev, quien había practicado esa combinación para Oliveira, se fue con todo al ground and pound. El árbitro detuvo las acciones. No había otra opción.

Makhachev demostró ser un campeón en todos los sentidos. Dio las gracias a Volkanovski por aceptar sin pensar en los condicionantes y reconoció que es un "gran campeón". No habló de futuro, pero con esta reafirmación llegará como favorito a lo que él quiera. Por su parte, Volkanovski fue claro: "UFC, por favor, dame peleas. No puedo estar en casa sin prepararlas. Si me curan este corte quiero estar en enero de vuelta". Sus intenciones son evidentes. Pretende pelear contra Topuria el 20 de enero, pero no depende de él. En los golpes finales recibió varios cortes y en los médicos estará su futuro y el de Topuria.

La vida ha cambiado radicalmente para Kamaru Usman. En agosto de 2022 parecía inexpugnable, pero tras un KO milagroso de Edwards se produjo un punto de inflexión. Poco más de un año después, el nigeriano acumula tres derrotas consecutivas. La última, este sábado en el coestelar del UFC 294. El excampeón del peso welter fue valiente al aceptar enfrentarse a Khamzat Chimaev con tan sólo diez días de antelación. Aceptó el órdago y dio la cara, aunque perdió por decisión mayoritaria (29-28, 29-28 y 28-28).

Chimaev quería demostrar y lo hizo de inicio. El checheno tardó menos de un minuto en llevar a Usman al suelo (sólo lo habían hecho una vez en su carrera) y le pasó por encima. Dominó en el suelo. El que fuese número uno libra por libra parecía un aficionado. El repaso fue absoluto. En otro tiempo, Chimaev habría ido alocado por todo en el segundo acto, pero tomó ese round para cabecear y esperar. Hubo copa acción y le conectó Usman algún golpe. Acabó dominando en el suelo, pero no le dio para llevarse el round. En el acto final hubo un gran intercambio. Chimaev entró al cruce y se llevó golpes. Se le vio cansado, pero casi mediado el round llevó el pleito al piso (logró cuatro derribos). Dominó con facilidad y aseguró una victoria que le consagra como uno de los mejores de la compañía.