Los 1.931 días de travesía por el desierto de un Marc Márquez que va a por Rossi: "Ha sido un infierno"
El catalán completó un fin de semana perfecto con pole, sprint y victoria.
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Nadie más que él podía evitar un fin de semana perfecto en Buriram, el mismo circuito que hace cinco años y medio le vio coronarse por última vez como campeón del mundo de MotoGP, su octavo título. Desde entonces, Marc Márquez ha tocado el mismísimo infierno con los dedos en forma de lesión, la peor parte de cualquier deporte y la misma que le apartó durante tres años de la gloria. Entre medias, la crisis más grave que se recuerda de la marca que hasta ahora había dominado en la categoría reina y la que fue su familia hasta que hace algo más de año y medio decidiese tomar otro rumbo.
La redención y el fin del plan que comenzó con su salida de Honda llegó este mismo fin de semana en forma de pole, sprint y victoria, un pleno de dominio que le coloca como el primer líder de un Mundial que parte como el gran favorito 1931 días después de su última vez, en Valencia 2019. Desde entonces han pasado la friolera de 93 grandes premios (irónicamente los mismos que su dorsal), en los que el ilerdense ha tenido que sufrir sangre, sudor y lágrimas para volver a ser el número uno de la parrilla de la categoría reina. Pero lo ha logrado este mismo fin de semana.
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— Ducati Corse (@ducaticorse) March 2, 2025
"Mi último Mundial lo celebré aquí en Tailandia (2019). Desde allí, ha sido un poquito un infierno, pero el año pasado ya me lo pasé muy bien, fue un año que disfruté muchísimo y este año me siento con velocidad, me siento confiado, me siento con esa calma, me siento que lo que venga, bienvenido sea. Y esto me permite esa relajación, si no puedo ser campeón al final de año, pues el año que viene será otro y la vida sigue, que me quiten lo 'bailao', como he dicho muchas veces, pero me siento con esa tranquilidad, me siento disfrutando y esto acompaña. Cuando tu vida personal y profesional están bien, todo sale mejor, más fácil", declaraba un emocionado Márquez al acabar una de sus carreras más especiales.
Especial porque el catalán ha tenido la suerte de compartir el podio con su hermano, una de las pocas personas que conoce de primera mano todo el sufrimiento que el ilerdense ha vivido durante los cinco últimos años. "No hay palabras para describir cómo se siente uno en el podio con su hermano. Es una felicidad inmensa que hayamos sido segundo y primero en un fin de semana de MotoGP. Es como un sueño, pero tenemos que trabajar para mantener este estado el máximo tiempo posible", reconocía el pequeño de los hermanos. "Este fin de semana es Top-1 en mi carrera. Para mí la familia siempre ha sido lo más importante, no me emocionaría si mi hermano no estuviera en el podio", añadía el mayor.
El catalán se ha dedicado durante toda la pretemporada de mantener un perfil bajo que le permitiese llegar a la primera carrera del curso sin la presión que todo el mundo puso desde el mismo momento que decidió firmar con el Ducati Lenovo para volver a renacer. Una apuesta que suponía el último intento del de Cervera por tratar de recuperar su mejor versión y una demostración que ha logrado este fin de semana cerrando el circulo que comenzó hace media década. "Tenía ganas de parar, de no correr, y dije: 'Necesito responderme a mí mismo si sigo siendo competitivo'. Para eso no quedaba otra que ir a la moto ganadora y decir: 'Voy a la moto ganadora a ver de lo que soy capaz de hacer'", confesaba hace algunos meses. La respuesta comenzó a cocinarse la temporada pasada y ha terminado de confirmarse este fin de semana.
Su último intento
"Evidentemente cuando estás en el mejor equipo, con la mejor moto fichas para intentar estar delante sabiendo y siempre siendo realistas de que llegaba a un equipo en el que tengo un compañero de equipo que será muy fuerte toda la temporada porque ha luchado por el mundial los cuatro últimos años. Había mucha expectación, la primera carrera siempre hay esos nervios diferentes, pero tengo ese sentimiento que creo que es muy bueno y me da esa tranquilidad de que no me hace falta demostrar nada a nadie. Simplemente si algo gordo viene bienvenido será, si no, la vida continúa y no me cambiará nada", reconocía el octacampeón a la prensa presente en el circuito.
Su victoria 89, a una de batir el récord del mismísimo Ángel Nieto, le vuelve a colocar en el centro de una parrilla que tiene como objetivo evitar el noveno título de Marc Márquez, el mismo con el que igualaría a Valentino Rossi, el que durante años ha sido su rival natural. En 2019, el año de su último liderato, el ilerdense consiguió la friolera de 12 victorias de 19 posibles, un número que podría superar teniendo en cuenta que la temporada se compone de 22 grandes premios.
"Ha jugado con nosotros. Ha sido muy superior a nosotros", reconocía su compañero de equipo, el hombre que juega en igualdad de condiciones y que este domingo ha terminado tercero. El idilio de Marc Márquez con el Ducati Lenovo ha empezado exactamente con el mejor escenario posible, durante todo el fin de semana el de Cervera fue la referencia con una diferencia abismal con sus compañeros de marca. Un fin de cita que recuerda a la mejor versión del de Cervera precisamente hace cinco años y medio, y una historia destinada a ser "to be continued".