MOTOGP | GP CATAR

El campeón muestra los galones en una carrera en la que Acosta puso el espectáculo

Gana Bagnaia por delante de Binder, con Jorge Martín tercero y Marc Márquez en la pelea por el podio.

Pecco Bagnaia celebra su victoria en el GP de Catar./AFP
Pecco Bagnaia celebra su victoria en el GP de Catar. AFP
Borja González

Borja González

Circuito de Losail (Catar)-. La primera carrera del Mundial de MotoGP 2024 llegaba rodeada de algunas dudas. Una la había puesto sobre la mesa el ganador del sprint del sábado, Jorge Martín, que consideraba que no estaba en condiciones de ganar el domingo. Y acertó. Otra, vino de las palabras de Aleix Espargaró, que fue creciendo poco a poco en el final de la prueba corta y que apuntó a que le había faltado tiempo y a que su Aprilia tenía más potencial que el resto de motos para conservar los neumáticos, un elemento que aparecía como fundamental para la carrera. Pero su vaticinio erró. Porque Espargaró salió mal y en ningún momento pudo ser competitivo en un día en el que la pelea tuvo otros protagonistas.

Y uno fue 'el señor de los domingos', el piloto que construyó su segundo título en la categoría con sus actuaciones de larga distancia, con una capacidad única de dar la vuelta al calcetín cuando las cosas no habían parecido muy claras el sábado. Pecco Bagnaia confesó que había terminado preocupado el sprint, con esas vibraciones de las que se andaban quejando todos los pilotos de Ducati. Pero para el momento de la verdad tanto él como su equipo fueron capaces de encontrar la solución, no se sabe si completa, pero sí lo suficiente como para imponer su ley, en una carrera muy apretada en la que los tres primeros terminaron separados por menos de dos segundos. El italiano pasó del cuarto puesto de la parrilla al primero en el primer giro, para no abandonar más esa posición. El primer piloto que gana en la última carrera de un año y en la primera del siguiente desde que lo hiciese Jorge Lorenzo entre 2015 y 2016.

La oposición le llegó desde la arrancada de Brad Binder, un piloto del que no nos cansamos de repetir que tiene uno de los niveles más altos de la parrilla, uno de esos de los que son capaces de sobreponerse a las carencias de su moto, aunque esta vez empieza a parecer que KTM sí que ha dado un pasito hacia delante, aunque en este año todo esté aún por confirmar. De momento, en el primer asalto, han conseguido imponerse a Aprilia, en ese particular duelo que mantienen por ser la segunda fábrica de la parrilla, por detrás de la todopoderosa Ducati. En cualquier caso, Binder se las tuvo que ver en muchos momentos con Martín, que esta vez tuvo que conformarse con mantener el tercer puesto cuando empezó a entender que el sudafricano, esta vez, tenía un punto más.

Aunque antes de que esta batalla se definiese, el grupo del segundo del podio incluyó a otros dos pilotos. Uno, Marc Márquez, que por momentos pareció poder hacerse con uno de los puestos de honor en su estreno con Ducati. El otro, Pedro Acosta, que hizo eso que se define como 'dejar el sello'. El murciano deslumbró por momentos, con su estilo de pilotaje y su desparpajo, hasta el punto de que se atrevió a pasar al genio Márquez. El murciano se erigió en el protagonista de una buena parte de la primera carrera de 2024, hasta que sus neumáticos dijeron basta, en el clásico error de gestión que le toca pagar a un novato como él. Y el momento del bajón de Acosta coincidió con una recuperación de Márquez que por momentos pareció poder discutirle el podio a Martín, aunque eso tampoco se concretó.

Eso dejó definidas las posiciones relevantes de la carrera, con un podio que se convirtió también en la clasificación general del Mundial, la que sale de un primer fin de semana de carreras que, en realidad, ha dejado pocas sorpresas. Y que ha dejado una realidad, la de las fábricas japonesas, y algunos nombres desdibujados. Empezando por lo último, ahí se colocan las Aprilia de Maverick Viñales y Miguel Oliveira, sin protagonismo en Catar; las KTM de Jack Miller y de Augusto Fernández, muy lejos de sus pares; y la Ducati de uno de los protagonistas del pasado curso, Marco Bezzecchi, que se quedó en el puesto 14, a más de 19 segundos del primero. Y por detrás de tres prototipos nipones.

Porque fue curioso ver cómo se desarrollaba una pelea paralela por el undécimo puesto por una Yamaha, la de Fabio Quartararo, y dos Honda, las de Johann Zarco y Joan Mir, con el francés consiguiendo entrar por delante del español (undécimo, duodécimo, decimotercero, respectivamente). Y descorazonador ver cómo Luca Marini, que había subido a los dos podios de las pruebas de Catar de 2023, sólo pudo ser penúltimo, por delante de Miller, que se había caído en el principio de la prueba. La señal de que esa parte de la clase reina sigue estable, en un sentido negativo, y con un camino por delante que se vislumbra largo. Aunque lo que vale para la parte de delante vale para la de detrás: en el desierto sólo se vivió una primera prueba de lo que puede ser esta temporada, en un escenario muy singular. Habrá que esperar para sacar conclusiones reales de cómo puede ser este MotoGP.