Yamaha y Honda no salen de su particular día de la marmota
El parón veraniego no ha traído sensaciones positivas en los constructores japoneses pese al esfuerzo que están haciendo.

Mientras que Ducati domina con firmeza en MotoGP (un año más), y KTM y Aprilia se desesperan porque no consiguen recortar la diferencia que los italianos les sacan, el mundo japonés sigue totalmente encallado. Tanto Yamaha como Honda están trabajando duro. Hacen muchas pruebas, exprimen a sus pilotos de test y no paran de moverse por el mercado de técnicos para acelerar este proceso en el que se encuentran. Pero los resultados no llegan. El Gran Premio de Inglaterra llegó tras un largo parón veraniego, del que esperaban volver con algo distinto, aunque en la pista se vio más de lo mismo.
Fabio Quartararo, el número 1 de Yamaha, nos decía el jueves con cierto optimismo que su objetivo para el viernes era conseguir un sitio directo en la Q2, esto es, terminar el día entre los diez primeros. "Esperaba mucho más de las mejoras que habíamos traído a este gran premio", nos confesaba tras terminar ese día decimosexto a casi siete décimas del crono que había marcado el corte para entrar en esa deseada Q2. "Desgraciadamente, no es lo que esperábamos. Tendremos que analizar bien qué ha pasado", añadía. Yamaha había estado trabajando durante el mes de julio en nuevas piezas para mejorar la manejabilidad de la moto, mientras se está preparando un nuevo motor que aún no está disponible.
Y eso que ese jueves el francés se había mostrado contento con el esfuerzo de las semanas anteriores, lo que le había generado ciertas esperanzas, aunque a aquello de que el objetivo era la Q2 había añadido un precavido "cada vez que traemos algo que va a ser mejor no lo es, así que prefiero esperar a que termine el viernes". Y su temor se cumplió, lo que determinó que su sensación terminase siendo la de seguir en el mismo punto, algo que hizo que incluso diese algún paso atrás en cómo tenía configurada su M1 para no perder el camino ya andado. "Voy al límite en cada vuelta, pero los tiempos siguen siendo lentos", se lamentaba.
Para añadir que sentía que en Silverstone Yamaha había sufrido aún más que las Honda, por haber encontrado todavía menos agarre que sus rivales/compatriotas, aunque los resultados dijeron otra cosa muy diferente. En el sprint el francés fue undécimo, a algo más de 15 segundos del ganador, Enea Bastianini; la primera Honda, la de Johann Zarco, fue decimocuarta, a más de 18", mientras que por detrás entraron Luca Marini (decimoquinto), Joan Mir (decimosexto) y Takaaki Nakagami (decimoséptimo). En carrera Quartararo volvió a ser el once, a más de 24 segundos de nuevo de Bastianini, con Zarco otra vez como la mejor Honda, en el mismo puesto que el sábado y a casi 27 segundos.
"Con esta configuración de motor con la que estamos, perdemos rendimiento", comentaba Mir, que trataba de mostrarse más o menos positivo, una vez que los verdaderos cambios en su moto deberían de llegar la semana que viene en Austria. Eso sí, cada vez que nos encontramos con él para charlar terminamos bromeando por el trámite que le toca pasar y por tener que estar contando casi siempre las mismas penas. "Al final se hacen mejores carreras cuando no tienes que estar cambiando muchas cosas en tu moto continuamente", razonaba. "Intentamos cien cosas distintas, geometrías e historias así, y eso nunca nos da esa aceleración o extra de agarre que echamos en falta".
Esto hizo que retornase un poco a lo que habían trabajado en el inicio del año y que recuperase algunas sensaciones. "Así que a partir de ahora esta va a ser mi base y no tocaré mucho. Porque tampoco creo que el motor que nos va a llegar para Austria me obligue a cambiar demasiado". Precisamente, el propulsor que usó el domingo le dio unos problemas que cambiaron sus posibilidades, aunque fuesen pocas, de hacer algo interesante en este momento de espera. "Estamos compitiendo, pero de alguna manera esperando las mejoras. Los problemas son los mismos, no salen nuevos. La limitación que hay a nivel de potencia, aceleración, grip es muy heavy".
¿Y cuál es la respuesta de los ingenieros de Honda a sus pilotos? "Tienen un plan de cuándo van a llegar las cosas. Y ahora mismo no tenemos nada que probar, hasta Austria. Allí habrá una configuración de motor un poco diferente, y más cosas. No me espero poner la moto y ¡bum! Pero quizás sí que estaremos más cerca". Una esperanza, expresada por Mir, a la que ha aprendido a mirar con cierta cautela, porque en este periodo en Honda ya se ha llevado varias decepciones. Una manera de enfocar este frustrante periodo (un túnel cuya salida no se ve todavía) muy parecida a la del otro campeón del mundo que corre para un constructor japonés, Quartararo, en unos discursos con una combinación de resignación y de bajas expectativas.