El "cambio de dirección" de Ana Carvajal en su programa olímpico y el eslabón perdido de los saltos españoles
Clasificada ya para los Juegos en plataforma 10m, ha variado el quinto salto que refleja el problema de la formación de este deporte.

El mundo de los saltos descubrió a Ana Carvajal el pasado mes de julio en Fukuoka, en unos Mundiales que la presentaron como una de las europeas con más futuro, capaz incluso, sin contar la excelencia china, de situarse en cabeza a falta del quinto y último salto en la modalidad olímpica de plataforma de 10m. Sobria, con la cabeza fría, con un cuerpo estilizado y con una entrada en el agua como la de un cuchillo, la de Villanueva de la Cañada perdió todas las opciones en ese último salto que no tenía preparado por su juventud y por el déficit que se hereda de los saltos españoles.
Carvajal de nuevo clavó ese ejercicio. No era un desafío. La dificultad del salto fue de 2,1, cuando la media de los participantes ascendió a 3,2. Eso le restó puntuación, lo que la hizo caer hasta la octava posición aunque con el billete a París. Desde septiembre, Domenico Rinaldi, el director técnico, empezó a trabajar en ese salto, un tirabuzón que Carvajal, en septiembre, ya comentó que "me costaría asimilarlo" y que representaba una dificultad, la de alargar la figura para no quedarse corta y poder clavar la entrada. Pero ese salto se ha descartado ya, y desde diciembre se trabaja en otra dirección.
"Todavía no ha salido lo que esperábamos. Ya hemos cambiado la visual del quinto salto. Estamos poniendo en marcha otro, ahora nos enfocamos en el equilibrio. Por eso ella no compite en individual en Doha, porque no estamos listos", explica Rinaldi a Relevo, que señala una tara en el proceso de formación de los saltos españoles que se están intentando corregir para que en el futuro no ocurran estos problemas.
Otro buen salto de Ana Carvajal y Valeria Antolino para mantenerse en la pelea por las mejores posiciones
— Teledeporte (@teledeporte) February 6, 2024
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"Estamos enfocados en corregir eso. Era uno de los puntos desde que llegué en enero de 2022. Hablé mucho con los entrenadores y trabajé con los jóvenes. Todo lo nuevo de técnica se tiene que poner dentro de la cabeza del saltador entre los 13, 14 y 15 años. Después se puede hacer, pero es muy difícil. El aprendizaje es anterior, porque hay que darles todas las herramientas posibles a esa edad. Si no lo haces, debes cruzar los dedos y esperar a que un saltador de experiencia motora lo haga rápido. Hay que hacer una escuela", argumento el veterano preparador italiano. Carvajal no se presentó en la prueba individual, sí en la mixta y en una sincronizada que finalizó en 13º posición junto a Valeria Antolino.
El año de Carvajal está plagado de retos. Aprender el quinto salto para completar su programa, los Juegos de París y la selectividad, ya que la nadadora estudia ahora Segunda de Bachillerato mientras mantiene la vida "de pueblo" de Villanueva de la Cañada, donde empezó a practicar un deporte que al comienzo le generó frustración ("lloraba mucho, estuvo a punto de dejarlo pero mis padres me animaran") y que ahora ella genera entusiasmo por sus actuaciones en la piscina.