NATACIÓN ARTÍSTICA

Cruzando los límites de la natación sincronizada: "En el entrenamiento nos poníamos todas a llorar"

Clara Camacho, exnadadora del equipo español de natación artística, desvela los episodios vividos en el CAR de Sant Cugat.

Clara Camacho fue integrante del equipo nacional de natación artística./RELEVO/RAFA APARICIO
Clara Camacho fue integrante del equipo nacional de natación artística. RELEVO/RAFA APARICIO
José M. Amorós

José M. Amorós

"No hacía falta pasar por todo lo que pasamos para ser las mejores", relata Clara Camacho (Madrid, 28 años), nadadora del equipo nacional de natación artística [antes llamada sincronizada] durante siete años. Después de su retirada, echa su mirada atrás para recordar su etapa en uno de los deportes más duros y sacrificados, salpicado por escándalos, que le terminó marcando su vida.

En septiembre de 2012, quince nadadoras denuncian en público los abusos de la anterior seleccionadora Anna Tarrés. En una carta, señalaban los comportamientos e insultos sufridos en esos años por parte de la técnica catalana, que mostraba la cara oculta de una época de éxitos en la disciplina. Hoy descubrimos que, con la salida de Tarrés, no se acabó un modus operandi y la siguiente generación de nadadoras pasó por el mismo método de trabajo. Clara, campeona de Europa y subcampeona del mundo, era una de ellas.

¿Qué ocurría? "En general, cómo te trataban. No sé cómo decirlo... pero muy mal", señala Clara Camacho. "Yo sé que hay que sufrir para estar en lo más alto, pero con unos límites". España venía siendo una de las grandes dominadoras de la 'sincro' internacional en los últimos años, solo superada por la potencia rusa. Precisamente, Tarrés había aprendido del éxito ruso para instalar un sistema similar donde los límites no existían y se quedó con su salida.

Clara Camacho: “Cómo nos trataban... Muy mal”ALEJANDRO CORRAL

Las nadadoras que llegaban al equipo nacional de natación artística entraban en un bucle sistemático con su entrada al Centro de Alto Rendimiento. "La natación artística es dedicarte todo el día a entrenar, nos sueltan en el agua y te puedes tirar 8-10 horas dentro del agua", apunta Camacho, que recuerda lo vivido durante doce años de su vida: "Es dedicarte exclusivamente. Entrenábamos en un piloto automático, todos los días son iguales. En cuanto suena la alarma, ya sabes lo que toca durante el día".

Cuando la competición se acercaba, llegaban las concentraciones y la exigencia aún crecía más. "Había veces que íbamos a Sierra Nevada, entrenábamos tres veces al día. Una burrada. Incluso, en medio del entreno, nos poníamos todas a llorar", describe. "Entre nosotras lo hablábamos. Joder, lo que estábamos viviendo a las 6 de la mañana... era una locura".

Clara Camacho, sobre su día a día en el CAR.ALEJANDRO CORRAL

A diferencia de otros deportes, los tiempos de descanso en la natación artística eran opuestos a los del resto de deportistas: "La única vida social que teníamos era con la gente de allí, o algún fin de semana o alguna tarde libre que tenías y aprovechabas". La burbuja competitiva a lo largo de todo el año era total, también afectando a la formación en unas adolescentes que entregaban sus años por lograr éxitos. "Convivíamos con otros deportistas y ellos podían ir a la universidad a estudiar o incluso tener algún trabajo... nosotras, nada". Una rutina de vida para Clara que se alargó desde los 9 hasta los 23 años, cuando decide retirarse. "Media vida", indica ahora a los 28.

"Que no te traten como personas, se hace duro"

Clara Camacho Exnadadora artística

En el día a día de entrenamientos dentro del sistema, no había sentimientos. "Era como si fueras un robot y no una persona", revela Camacho, que confiesa que ha tenido que pasar un tiempo para darse cuenta de que el ambiente no era el adecuado: "Te paras a pensar en todo lo que he vivido, lo que he tenido que aguantar, los límites que no he puesto porque no creíste que hacía falta ponerlos... de todo eso te das cuenta más tarde. Se pasaba mal, pero no éramos conscientes". ¿Qué límites se sobrepasaron? "Las formas de hablar, las formas de trato... Aunque seamos deportistas, somos personas. Que no te traten como personas, se hace duro".

Clara Camacho desvela una situación del equipo nacional en Sierra Nevada.ALEJANDRO CORRAL

Tras la denuncia a Tarrés, muchos opinólogos señalaron el por qué las nadadoras habían aguantado tanto, por qué no se quejaron siendo caras conocidas que hubiesen sido escuchadas. Mientras ese debate se realizaba en todas las televisiones aquellos días, las 'herederas' de aquellas quince pasaban por el mismo trago. "¿Quejarnos? No, no se podía. Nos llegamos a quejar, pero no valía de nada", responde con una medio sonrisa que esconde más cosas de las que podemos imaginar. "Sabías que tenías que estar ahí y pasar por eso. Tienes claro lo que quieres conseguir y te da igual todo por luchar. Era la única opción y tenías que pasar por ello".

Clara Camacho, sobre su experiencia en el equipo nacional de 'sincro'ALEJANDRO CORRAL

Uno de los momentos más duros vividos por Camacho vinieron cuando una lesión le sacó de la rutina del entrenamiento diario: "Antes de los Juegos Olímpicos de Río, me operé de la rodilla para poder ir a los Juegos". Una circunstancia que terminó con una traición y traduciéndose en uno de los golpes más duros: "Cuando estaba perfectamente recuperada, el único comentario que recibí fue que era demasiado tarde".

Momentos complicados para unas jóvenes que apenas rondaban los 20 años y que sabían poco de la vida fuera de la piscina, donde llegaron siendo unas niñas. Los únicos hombros donde refugiarse y contar cómo se sentían estaban en su 'encierro' del CAR: "Mi familia estaba lejos. Ellos estaban en Madrid y yo en Barcelona. Te tienes que refugiar en la gente de allí, con tus compañeras que es con quien lo estás viviendo".

"Estás en una burbuja, cuando sales y empiezas la vida real es muy difícil"

Clara Camacho Exnadadora artística

Después de no poder ir a Río 2016, Camacho salía del equipo nacional y comienza una vida fuera del deporte para la que no había podido prepararse. "Estás en un burbuja, cuando sales y empiezas la vida real es muy difícil", analiza, mientras desvela por todo lo que pasó: "Bastante mal lo pasas estando dentro de la selección como para salir de esa burbuja y ver que eres nadie, que no tienes nada y que, después de representar y ganar medallas para tu país, no te quede nada. Yo lo pasé bastante mal, recurrí a psicólogos y a médicos porque no te preparan".

Entrar en una disciplina siendo una niña hace que no exista posibilidad de una preparación fuera del entrenamiento de sol a sol. "No has podido dedicarte a estudiar y tener tu carrera, no puedes buscar trabajo. El único trabajo que puedes buscar es relacionado con tu deporte". A los 15 años, con su llegada al CAR, Clara tuvo que dejar de estudiar por falta de tiempo.

A pesar de la dureza y del calvario que muchas nadadoras de artística han narrado en los últimos años, prácticamente ninguna ha confesado arrepentirse de haber practicado su deporte e, incluso, lo recomendarían. Camacho nos explica el motivo: "No me arrepiento. El deporte no ha hecho que lo odiemos, porque nos ha dado todos nuestros éxitos. Odio todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta ahí. No creo que haya que pasar por todo eso, pero me ha hecho ser quien soy hoy".