La intrahistoria de otra plata: la acrobacia de Sara Saldaña, exdúo de Ona Carbonell y la "Chicote buena" de los restaurantes
La madrileña es una de las veteranas de una Selección de natación artística que ha puesto casi los dos pies en los Juegos de París.

La creatividad forma parte de la vida de las nadadoras de natación artística. Hay diseñadoras de bañadores como Ona Carbonell, músicas como Iris Tió o filósofas como Andrea Fuentes. También está en este grupo Sara Saldaña, madrileña de 23 años que ha pasado ya por varias vidas en la sincronizada y que es parte importante de un equipo que tiene pie y medio en París 2024 y suma otra medalla a su botín, la conseguida en el equipo técnico por detrás de China y por delante de Japón en los Mundiales de Natación de Doha. Una plata con su intrahistoria.
Saldaña es la acróbata dentro del agua y, fuera como ella, se define la "Chicote buena" de los restaurantes, su otra pasión. "Tengo una vida de 'foodie'. Soy creadora de contenido gastronómico. Voy a restaurantes desde siempre, es como uno de mis hobbies. No critico, solamente señalo los puntos buenos y hago fotografías. Cuando tengo tiempo intento cenar en restaurantes y lo publico en Instagram", explica a Relevo. "Soy una influencer", sonríe.
La nadadora que se formó en el Sincro Retiro y que se aficionó al baile acuático después de ver vídeos en Youtube de Gemma Mengual y Andrea Fuentes en los Juegos de Pekín, en 2008, empezó a competir en 2015 a nivel internacional y poco después de unió a la absoluta. Fue compañera de dúo de Ona Carbonell, en un momento donde la máxima medallista mundial empezaba la recta final de su carrera. Una experiencia que para Saldaña fue de mucha presión por la responsabilidad que se le vino encima.
💥¡¡¡MAMBO!!!
— Teledeporte (@teledeporte) February 6, 2024
👏Sencillamente espectacular el ejercicio de España en el técnico por equipos.
¡¡275,8 PUNTOS y España se pone líder!!
🏅¡¡VAN A SER MEDALLA!!
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«Nadar con Ona fue una presión añadida... Debía estar a su nivel»
"Nadar con Ona es una presión añadida, me sacaba diez años de experiencia. Tenía que echarle más horas, tenía fatiga, cansancio... Fue duro, pero es que la natación artística es dura. Quien diga que es fácil... No era el miedo, era que me tengo que poner a su nivel", reflexiona ahora con el paso del tiempo y con su nuevo rol en el equipo. Aunque probó el dúo con Paula Ramírez, ahora les han dejado paso a Alisa Ozhogina y a Iris Tió, pero Saldaña se siente igual de importante: "No me quita importancia por no nadar el dúo".
En el equipo Saldaña tiene un papel destacado al ser la chica de las acrobacias por su flexibilidad. Un rol que en el gran equipo español de principios del milenio desempeñaba la madrileña también Alba Cabello.
"Han sido unos meses de mucho trabajo individual, de aprender las figuras y de crear las coreografías", explica Saldaña. Como un puzle, el proceso con el nuevo reglamento es divertido y requiere una minuciosidad que puede valer una medalla, como la de esta rutina técnica bajo el título de 'Mambo' de Leonard Bernstein. "Vamos construyendo la coreografía por pasos. Primero vamos añadiendo figuras que sumen puntos y después las ensayamos. Si no sale bien, vamos retocando. Cada una de nosotras ayuda a la composición", cuenta y evidencia uno de los deportes más corales y participativos que existen.
Una fórmula que les llevará a París si no surge nada extraordinario en la rutina libre de equipo. Saldaña ya estuvo en Tokio, en esos Juegos sin público, y ahora quiere culminar sus años de trabajo y de "presión" en la ciudad de la luz, donde España lo tiene todo para brillar con luz propia y para aspirar a volver con un metal. Está muy cerca.