NATACIÓN

La filosofía de vida de Sarah Sjöstrom la puede elevar aún más a la historia de la natación: "La mayor aventura empieza ahora"

La campeona olímpica anuncia que será madre y, a sus 31 años, se mantiene firme con llegar a los Juegos de Los Ángeles.

Sarah Sjöstrom, después de ganar el oro en los 50 libre en los Juegos Olímpicos de París. /GETTY
Sarah Sjöstrom, después de ganar el oro en los 50 libre en los Juegos Olímpicos de París. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Si se tuviera que hacer un ránking de las nadadoras más influyentes de los últimos 15 años, sin duda que la sueca Sarah Sjöstrom estaría entre las cinco primeras. Aunque no tenga los récords de Katie Ledecky, ni la explosión efímera de Missy Franklin, o las medallas de Emma McKeon o el futuro de Summer McIntosh, la campeona olímpica no es solo un ejemplo de tenacidad y superación, sino que sus valores dentro del circuito acuático son envidiables desde que, con 15 años, irrumpiera como un torpedo en los Mundiales de Roma de 2009 en medio de la guerra del poliuretano. Ahora, Sjöstrom, afronta el que será el último reto de su carrera, sin duda el más apasionante.

A sus 31 años, la nadadora que reside en una población a escasos kilómetros de Estocolmo, ha anunciado que está embarazada, pero que su reto sigue siendo llegar a los Juegos de Los Ángeles. "¡La mayor aventura de la vida está a punto de comenzar! Estamos más que emocionados de anunciar que nuestra familia está creciendo y estamos ansiosos por conocer a nuestro bebé en agosto", explicó la sueca en sus redes sociales. Un año en el que, por razones obvias, disminuirá su entrenamiento y se ausentará de los Mundiales de Singapur de julio. Pero en 2026 podrá volver a su rutina habitual y prepararse para participar en los que serían sus sextos Juegos Olímpicos... Y ya con seis medallas en su zurrón, dos de oro en París 2024 en los 50 y 100 libre.

Detrás de Sjöstrom hay una filosofía de vida que ya explicó en Relevo y que siempre la ha mantenido muy equilibrada a la hora de separar un deporte tan absorbente como es la natación y la vida, en ocasiones un juego difícil de resolver. En 2024, mientras preparaba los Juegos de París, se dedicó a construirse y amueblar una casa con su marido, con todo lo que eso conlleva, mientras mantenía los entrenamientos para resarcirse de los Juegos de Tokio donde llegó mermada al haberse roto un brazo cinco meses antes de la cita olímpica. "Soy muy buena tomando descansos. Mi entrenador me ayuda, y yo me relajo. En ocasiones él me dice que venga cuando me apetezca y lo hice varias veces", explicó.

La nadadora reflexionó sobre la excesiva importancia que se le da a los éxitos: "Por supuesto que quiero tener éxito, y ese es mi objetivo siempre, pero al mismo tiempo sé que cuando vuelvo a casa eso no importa. Ganar medallas no arregla nada. Eso me ayuda a quitarme presión porque al final no es importante. Realmente disfruto el deporte, disfruto la vida como atleta y eso es lo principal para mí y, por supuesto, me siento muy afortunada de poder hacer esto. Pero las medallas y los récords no solucionan ningún problema".

Aunque no le da esa importancia, Sjöstrom puede conseguir en Los Ángeles un hito ("por supuesto que lucharé para volver a competir a un alto nivel. Siempre me han inspirado las mujeres que continúan sus carreras deportivas después del embarazo, y creo que es la curiosidad lo que me impulsa. No se trata de récords ni de medallas. Se trata de descubrir de qué es capaz mi cuerpo después de recuperarme del embarazo. Mi sueño es competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 y que sean mis sextos", dijo). No solo serían sus sextos Juegos -los primeros, con 14 años-, sino que por edad (34) y por disciplina, la nadadora puede volver a subir a otro podio y hacerlo por cuartos Juegos seguidos, sin duda una heroicidad por todo lo vivido y por provenir de un país donde la natación es sagrada, pero nunca ha tenido una súperestrella como Sjöstrom, nombrada mejor atleta de 2024.

De los embarazdos de Forca, Maica García al mito de Dara Torres

Aunque hay otros deportes en el que se puede regresar a nivel competitivo, como ocurrió aquí en España en la natación artística, con Gemma Mengual en los Juegos de Río en 2016 u Ona Carbonell en Tokio 2020. También ahora están los ejemplos de Judith Forca y Maica García en waterpolo: campeonas olímpicas, embarazadas ,como han anunciado recientemente, y con la intención de volver. Pero en natación los casos escasean: Katoinka Hosszu lo intentó, pero no se clasificó para París. Habría que remontarse a la incombustible Dara Torres, cuya historia sigue siendo una inspiración: medallista en Los Ángeles 84 regresó para Pekín 2008 y, con 41 años y siendo madre en 2006, logró más medallas. Sjöstrom va por el mismo camino.