MUNDIALES DE NATACIÓN

La natación artística se pasa al póquer en los Mundiales de Doha para ganarse el billete a París

El nuevo reglamento lleva a la seleccionadora a tener "varias cartas" en función de la estrategia de la competición.

La Selección de natación artística antes de emprender el rumbo a Doha. /RFEN
La Selección de natación artística antes de emprender el rumbo a Doha. RFEN
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Primero, las novedades. La natación artística se centrará en las rutinas olímpicas en los Mundiales de Doha que arrancan el día 3 de febrero y que deberán otorgarle el billete a París 2024 en equipo (técnico, libre y acrobático) y dúo (técnico y libre) después de que desde los Juegos de Sídney 2000 se hayan clasificado para todas las disciplinas salvo en la de equipo en los Juegos de Río de 2016. Para ello, Iris Tió, la gran solista, renuncia a la prueba individual. Mayuko Fujiki, la seleccionadora, ha diseñado tres coreografías distintas y ha modificado otras dos. Y Dennis González competirá en la rutina de solo masculina y en el dúo mixto ante la baja de Fernando Díaz del Río. España aspira pues a nueve medallas.

Segundo, la estrategia. El cambio de reglamento que se estrenó en los pasados Mundiales de Fukuoka puso patas arriba el estamento jerárquico de la sincro, donde selecciones como España se proclamaron campeonas del mundo en equipo técnico y en cambio se cayeron del podio en libre (4º), mientras que China empezó estrellándose y acabó consiguiendo medallas. Los criterios se basan en la dificultad de las rutinas y la ejecución de las figuras obligatorias, por lo que, como ocurren en saltos, las selecciones miran minuciosamente qué jueza puntúa, cuáles son sus criterios y el nivel de coreografía de los rivales. Una auténtica partida de póquer.

"Tenemos que tener cartas para jugar, es como el póquer. Tienes que saber si arriesgas más o menos... Hay que ser listas y reaccionar y también depende de otros países", comenta Mayu, que lleva ya dos décadas vinculada al mundo de la sincro como entrenadora después de ser olímpica en los Juegos de Atlanta 1996. En eso se ha centrado el trabajo, como explica una Paula Ramírez que ya lleva diez años compitiendo al más alto nivel: "Tuvimos que acelerar todo, pero nos adaptamos. Empezamos a finales de agosto como si fuera marzo. Lo llevamos bien. Estamos adaptándonos al nuevo reglamento, sabemos cómo entrenar mejor, cómo sacar provecho. Hemos ido meetings con jueces que nos digan que están bien o no", explica.

Con una base técnica elevada y con unas coreografías que persiguen el punto artístico, la Selección española es una de las que aspira a conseguir las cinco plazas que hay en juego en equipo más las tres en dúo. El equipo de convocadas lo forman Cristina Arámbila (Real Canoe), Meritxell Ferré (CN Sabadell), Mireia Hernández (CN Granollers) Berta Ferreras (CN Kallípolis), Sara Saldaña (Sincro Retiro), Emma García (CN Sabadell), Marina García Polo (Sincro Sevilla), Dennis González (CN Kallípolis), Lilou Lluís (Sincro Retiro), Meritxell Mas (Les Franqueses), Alisa Ozhogina (Sincro Sevilla), Paula Ramírez (CN Kallípolis), Sara Saldaña (Sincro Retiro), Iris Tió (CN Kallípolis) y Blanca Toledano (Real Canoe).

"Tenemos mucha personalidad. El punto más fuerte es que somos divertidas. Nos concentramos. La payasa del equipo soy yo. Entrenamos desde la alegría. Me ha sorprendido que nos hemos puesto objetivos fuertes, mejoramos los detalles, buscamos la perfección. Hay mucha profesionalización", razona Ramírez, una de las líderes de una España campeona olímpica que vuelve a soñar con el podio de París y que se prepara para la pàrtida de póquer de Doha.