Los Piralkov, una historia de tres generaciones: del Telón de Acero a la lucha por el doble bronce

Svilen Piralkov vivía en Sofía a diez minutos de la piscina más importante del país. Allí jugaba el CSKA, en una Bulgaria comunista donde ser deportistas era el "mayor privilegio" para cualquier ciudadano, porque podías viajar, conocer otros mundos, ser reconocido... todo ello con la "exigencia" y el carácter "militar" de la época. Su tío había jugado con la selección nacional, también a su primo le dio por el waterpolo, por lo que el actual segundo entrenador de David Martín en la Selección masculina no podía ser menos.

Tras el Europeo de Sofía, de 1985, Svilen recorrió esos diez minutos para apuntarse al equipo de waterpolo: "Había mucha exigencia, todo era serio, debías cumplir. Los entrenadores debían rellenar informes, planificaciones a seis meses vista; todo estaba controlado por el gobierno. Era un privilegio. Bulgaria no era una potencia pero participaba en Europeos. Podíamos aprender". Y lo hizo.

Ese aprendizaje le llevó a España. Alto, fuerte y con un gran lanzamiento, Svilen jugó en el Terrassa, en el Sabadell y en el Mataró, y tuvo hijos. Una de ellas es Isa, ahora mismo quien sigue la saga Piralkov, subcampeona europea en el pasado torneo en Países Bajos y quien ahora, como su padre, luchará por el bronce mundial ante Grecia este viernes (9:30). "Era pequeña pero recuerdo verlo jugar, no era consciente de quien era mi padre, pero con el paso de los años me di cuenta. Fui viendo qué hizo, quién era y lo asimilé más. Me enseñó muchas cosas tanto dentro como fuera del agua". Svilen, el otro, también juega en Mataró. La familia incluso vivió un año en Malta, cuando jugaba el actual técnico.

Svilen fue un clásico de la División de Honor española y, esa carrera, lleva a Isa a seguir sus pasos cuando estaba jugando en el Mataró. "Ella empezó haciendo cursillos en Terrassa, pero mi amigo Florin Bonca me dijo que la pasaba al waterpolo", explica, y la define como una jugadora similar que "tiene buen lanzamiento, sabe leer el juego. Tiene altura, puede jugar entre líneas, pero le falta crecer como jugadora, pero evoluciona".

Isa se ve cosas de su padre ("me parezco en los gestos y en el lanzamiento, los tengo muy parecidos") y está "ilusionada" y encantada de estar en una Selección tan "ambiciosa", que se quedó a las puertas de la final de los Mundiales de Doha al perder ante Estados Unidos (11-9) pero que persigue el bronce y la gloria olímpica: "Es un equipo que quiere el oro y trabajamos cada día para ello".

En las comidas y en las cenas en casa de los Piralkov se habla solamente de waterpolo, de triunfos y mejoras, pero todo con un mensaje claro: "Me dice que disfrute y que aproveche todos los momentos. Todo ello vale oro y no viene cada día. Tengo que disfrutar cada momento con las compañeras", resalta Isa. Y Svilen remarca las tres palabras que tiene gradas a fuego: "Disfrutar, seriedad y humildad".