Más de 8.300 días después nace una nueva NFL: así se presenta la era post-Brady... sorpresa incluida

Escribir la previa de una temporada NFL se había convertido en algo muy sencillo e incluso monótono. Sólo había que hacerla girar en torno a la figura de Tom Brady y apostar por ver si alguien sería capaz de destronar al rey. Ahora todo ha cambiado y por primera vez en 8.323 días, la liga de fútbol americano no tendrá al 'quarterback' californiano como eje central. Tras 23 temporadas Brady puso punto y final a su carrera y el nuevo curso alza el telón en busca de un protagonista que asuma las riendas de la competición. 'Succesion' en versión fútbol americano.

Todos los hijos de Brady intentarán sentarse en su trono, pero sólo uno parece llamado a hacerlo de manera permanente. Se trata de Patrick Mahomes, el 'quarterback' de los Kansas City Chiefs y que supone el siguiente paso en la evolución del jugador que marca las diferencias sobre el terreno de juego. El texano está llamado a llevar la corona de Brady durante años y lo hace ya con dos anillos en sus dedos y con un misil en su brazo. Su forma de entender el juego y su evolución física con respecto a su antecesor anticipan una nueva tiranía en un deporte marcado por las dinastías (49ers, Cowboys, Steelers y por encima de todos los Patriots) en el que de vez en cuando se cuela alguna sorpresa.

Y eso es, precisamente, a lo que aspira esta temporada, a no cumplir con predicciones anteriores. En plena huelga de escritores en Hollywood, a la temporada NFL también le falta un guión, como se ha demostrado desde el primer partido de la temporada. En él los Chiefs del todopoderoso Mahomes han caído ante los Detroit Lions por 20-21. Un partido marcado por Jared Goff, quarterback de los Lions, que eclipsó a su rival con 253 yardas completadas para un 'touchdown' sin intercepciones y un 62% de acierto en sus pases (22 de 35).

Números que supusieron la primera derrota de Mahomes en un partido inaugural. Uno de los muchos registros que el jugador de Tyler tiene en su poder y que la temporada pasada le encumbraron como el nuevo rey de la competición. Un monarca que en su primera defensa de la corona no ha sido capaz de lucir como en sus mejores batallas. Aquellas que le han llevado a estar en lo más alto de la competición y que le ha convertido en el rival a batir. Mahomes lleva cinco años consecutivos lanzando más de 4.000 yardas por temporada y el curso pasando rompió la barrera de las 5.000 en su camino hacia el trofeo Vince Lombardi.

Los Chiefs le blindaron en 2020 con un contrato de récord: diez años y 450 millones de dólares para un 'quarterback' capacitado para reescribir la historia del juego, por su liderazgo nato, su talento puro, su técnica de pase única y por su manera de vivir el fútbol americano con tanto compromiso como aparente despreocupación. Características que le han elevado a lo más alto de una competición que este año no sólo ha vivido el adiós de Brady.

También ha sido el verano en el que Aaron Rodgers se despidió de Green Bay tras 18 temporadas. El veterano 'quarterback' ha protagonizado uno de los movimientos de la postemporada con su fichaje por los Jets para intentar devolver la gloria perdida al equipo de Nueva York, que lleva más de 50 años sin catar las mieles del título.

Un anillo que también buscarán dos franquicias que ya la pasada temporada intentaron revelarse contra el poder establecido de los Chiefs. Por un lado los Philadelphia Eagles con Jalen Hurts a los mandos de un equipo que lleva la firma de Nick Sirianni, quien ha sido capaz de diseñar una estrategia ofensiva con una capacidad de fuego brutal para tapar sus carencias defensivas. El otro equipo que está llamado a ser protagonista esta temporada son unos 49ers que volverán a tener en su ataque a su principal argumento tras la apuesta realizada por Purdy, el joven quarterback que se convirtió en sensación el curso pasado para intentar lo que hasta el día de hoy parecía imposible: derrocar a Mahomes, que ya ha sufrido su primer toque de atención.