Rihanna se exhibe en el descanso de la Super Bowl

Era uno de los momentos más esperados de la Super Bowl y no defraudó. Rihanna subió la temperatura del State Farm Stadium de Arizona con un repertorio de canciones que enloqueció a sus seguidores durante el descanso del partido. No tenía más que un cuarto de hora, pero la de Barbados hizo sonar sus temas más conocidos en medio de un espectáculo de luz y sonido que será recordado durante años.

El hecho de tener apenas 13 minutos es uno de los mayores desafíos que tienen los artistas invitados a la Super Bowl. No es fácil seleccionar las canciones que sonarán y que serán escuchadas por millones de personas alrededor de los cinco continentes, pero la caribeña afrontó ese reto y lo superó con creces.

"La lista de canciones fue el mayor desafío. Solo tienes 13 minutos, así que tratas de meter 17 años de trabajo en esos minutos. Tuvimos que perder algunas canciones por eso, pero creo que hicimos un buen trabajo para reducirlo", aseguraba la artista en la previa de un evento que a buen seguro la disparará entre las listas de las más escuchadas la próxima semana.

La artista, completamente vestida de rojo, hizo su aparición a varios metros de altura sobre unas plataformas que subían y bajaban junto a decenas de bailarines. Su primer gesto fue el que provocó la mayor expectación de la noche: acariciando su abdomen, Rihanna comunicó al mundo de manera no verbal su segundo embarazo. A partir de ahí, todo un medley de casi 15 minutos con sus grandes éxitos: 'Bitch, better have my money', 'Where have you been', 'Only girl', 'We found love', 'Rude boy', 'Work'. 'Wild Thoughts, 'Pour It Up, 'All of the Lights', 'Run this Town', y el cierre final con las dos más grandes, 'Umbrella' y 'Diamonds'.

No fue lo único que llamó la atención del show, ya que la actitud de Rihanna en el escenario (para unos, pasota; para otros, necesaria) fue motivo de debate durante más de 24 horas. También estuvieron en el foco el cuerpo de baile y su coreografía (no se recuerda tanto nivel colectivo en una Superbowl), y la puesta en escena/realización del show, con mucha probabilidad lo mejor y más original de la noche.

Con un estadio completamente iluminado, con fuegos y un espectáculo pirotécnico de un tamaño inmenso, Rihanna se elevó hasta los cielos para cerrar su actuación más importante. Mientras Mahomes y Hurts descansaban en el vestuario, la de Barbados ya se había convertido en la primera MVP de la noche.