Curro Cabeza, el niño maravilla del pádel que brilló en Gijón: "Dicen que me parezco a Arturo Coello, pero el que más me gusta es Agustín Tapia"
El campeón del Gijón P2 atiende a Relevo para contar cómo vivió su debut con triunfo en una prueba Premier Padel tras derrotar en la final a Gonza Alfonso y 'Tolito' Aguirre.

El 'niño' que se dio a conocer en la élite del pádel la semana pasada en Gijón se llama Francisco 'Curro' Cabeza Teres (Marbella, 2007), tiene tan solo 17 años y su ídolo, por contradictorio que parezca al ser zurdo y tener como cuñado a Arturo Coello, es Agustín Tapia.
El malagueño, sonriente y hombre (de momento) de pocas palabras, atiende a Relevo junto a su padre, con idéntico nombre, que parece intentar asimilar el interés repentino que ha suscitado su hijo en el mundo del pádel tras pasar del anonimato a estar en boca de muchos aficionados en los últimos días. Y no es para menos, ya que junto a su compañero Diego García derrotó en tierras asturianas a los 'Mágicos' Gonza Alfonso y 'Tolito' Aguirre, que venían de proclamarse campeones del FIP Gold Paredes ante los hermanos Deus.
27 winners y 9 errores no forzados en dos horas de partido. Esa fue la carta de presentación de Curro en su debut en una final de Premier Padel que le llevó a salir del Palacio de Deportes de la Guía con el trofeo de MVP bajo el brazo: "Fue toda una experiencia que me eligieran el mejor de los cuatro". Pero la hazaña es más sorprendente todavía considerando que él y su compañero disputaron todo el torneo sin contar con la ayuda de un entrenador en el banco, algo muy poco habitual en el pádel profesional y que pudo cambiar de no ser por una superstición: "Fuimos a Gijón sin nuestros entrenadores y a partir de cuartos de final nos preguntaron si queríamos que fuesen, pero les dijimos que no para seguir tal y como habíamos empezado (se ríe)".
Esa pizca de rebeldía y en cierta manera inconsciencia fue lo que les permitió superar a unos rivales que están acostumbrados a pisar finales y dominar circuitos como el de A1 Padel. Todo ello a pesar de jugar delante de más de 4.200 personas, un escenario que se acabó volviendo a su favor, al igual que el hecho de ir 'de tapados': "Fuimos al partido con algo de táctica que nos habían dicho nuestros entrenadores, pero también nos guiamos por lo que nos iba saliendo mientras jugábamos. Haber podido enfrentarme a 'Tolito' y Gonza Alfonso fue una gran oportunidad, me parecen una muy buena pareja. No les vimos ningún punto débil, intentamos tirar con todo y ganar el partido. No nos pusimos nerviosos porque la gente estuvo con nosotros en todo momento, nos vino muy bien que nos animasen tanto. Además, al no ir de favoritos pudimos jugar sin presión".
Curro saboreó en Asturias su primer gran título como profesional, un éxito que no puede comparar con levantar el Mundial de Menores 2023 al tratarse de diferentes etapas de su carrera: "Son victorias distintas porque la otra fue en un Mundial de Menores y está en un torneo profesional. Las dos me hicieron muy feliz".

Quien está más acostumbrado a levantar títulos es un referente suyo con el que tiene una relación cercana: Arturo Coello, la pareja de su hermana Maica. Como no podía ser de otra forma, el vallisoletano habló con él tras la final y le aconsejó "que siga disfrutando y trabajando, que con suerte se darían bien las cosas".
A pesar de su cercanía con Coello, si hay alguien en quien se lleva fijando mucho tiempo el MVP de Gijón es Agustín Tapia, casualmente el compañero de su cuñado. De hecho, su devoción por el revés argentino viene de lejos: "Es mi ídolo desde que lo ví jugar en el Mundial de Menores 2017. Ese día, le dije a mi padre que Tapia iba a ser número uno. Dicen que me parezco mucho a Coello, pero el que más me gusta es Tapia". Tal es su admiración por el 'Mozart de Catamarca' que lo coloca en lo más alto de su particular lista de jugadores favoritos, que cuenta con apuestas interesantes: "Tapia, Coello, Leo Augsburger, Rama Valenzuela y Pablo Cadona".
Justo antes de darse a conocer al mundo del pádel en Gijón, Curro se empapó precisamente de la filosofía de los 'Golden Boys' por medio de su entrenador Gustavo Pratto: "Hice la pretemporada en la Gustavo Pratto Academy. Estuve entrenando junto a él y todos los entrenadores de la academia durante los meses de enero y febrero; me trataron muy bien".
El jugador de 17 años, que se define como "agresivo, con capacidad para manejar la pelota desde atrás y buena pegada", ha sumado tras su victoria en Gijón 600 puntos que lo han propulsado 108 puestos arriba en el ranking hasta colocarse como número 68 del mundo. "Es una barbaridad, significa algo muy bueno para el futuro", afirma el marbellí, que además fue informado en la entrega de premios de que él y Diego García recibirían una Wildcard para disputar el Málaga P1, una invitación que quizás no necesiten tras su reciente crecimiento en la tabla: "La verdad es que no nos lo esperábamos, estamos muy agradecidos porque tendremos la oportunidad de jugar contra los mejores".
Curro también es un apasionado del fútbol que se declara "malaguista pero también culé" y lleva una doble vida desde que empezó a jugar al pádel con siete años en la que compagina estudios con el deporte de élite: "Me levanto por la mañana a las 8:30, desayuno, a las 10:00 tengo entrenamiento físico, termino y a las 12:00 entreno pádel hasta las 13:30. Luego, como en casa, sobre las 16:00 me toca el turno de tarde y después me pongo a estudiar", declara el zurdo, que está cursando el bachillerato online para personas adultas, lo que le permite no tener que acudir físicamente a clase.

Pese a su reciente victoria, se muestra con los pies en el suelo y recuerda el papel clave que juega su familia en su crecimiento tanto a nivel personal como deportivo. "Mis padres y mi hermana me han enseñado a ser como soy", finaliza el malagueño, que ahora tiene el reto de seguir subiendo en el ranking para intentar cumplir algún día el sueño de "ser número uno del mundo".