Un jugador rompe a llorar y su compañero no lo entiende: "Voy a quedar como maltratador, como siempre"
Rama Pereyra sufrió un bajón durante un partido, su entrenador pidió las asistencias para darle un poco de tiempo y su compañero Tito Allemendi se mostró crítico con el tema.

El deporte exige mucho, a veces demasiado. De piernas, por supuesto, pero también de cabeza. Rama Pereyra es el último de una larga lista de deportistas que se encuentra de repente en el vacío, solo, inconsolable. El jugador de pádel disputaba un torneo en Sanlúcar de Barrameda cuando entró la asistencia médica a la pista. Un parón que, después se supo, no era por ningún problema físico sino anímico. Zeus Sánchez, su entrenador, hizo lo posible por recuperar a su pupilo y tratar de que volviese a la pista al mejor nivel posible.
La conversación se sabe con pelos y señales porque en el circuito A1 los banquillos están microfonados. Así que mientras el fisio acudía, Sánchez le susurraba al oído "Que solo es un partido ¿eh? qué pasa. Suelta, suelta, llora, llora", le decía el entrenador con mucho cariño. "Al final me vas a hacer llorar a mí también, vamos a salir los tres llorando como tres mariconas, todo el mundo llorando aquí por un partido de pádel de mierda, hombre. Suelta, que yo te conozco, suéltalo ¿qué pasa, estás con una tensión terrible, no?", le comentaba mientras el fisioterapeuta masajeaba la rodilla de Pereyra.
La escena, sin embargo, cambiaba radicalmente al llegar al banquillo su compañero, el experimentado jugador Tito Allemandi. El argentino, que ha cambiado en numerosas ocasiones de pareja, entró en la conversación preguntando "¿el llanto de qué es? quiero ayudar".
"Voy a quedar como un hijo puta maltratador, como siempre, estaría bien que la gente viese el día a día, el lunes, el martes, el miércoles", decía Allemandi mientras Pereyra respondía, entre llantos "no te dije nada, boludo".
Sánchez trabaja de mediar y tranquilizar los ánimos diciendo que no pasaba nada, pero no le valía a Allemendi con eso. "¿Qué coño no pasa nada, no se llora por nada? decía mientras sonreía de manera irónica. "Escúchame, ¿que tiene?". Y ahí el entrenador respondía que no tenía problemas físicos, tan solo uno de cabeza, que la tensión estaba ganando este partido.
Lo explicaba el entrenador, y a Allemendi no le parecía suficiente. "Que me conteste él, por qué no me contesta, que me conteste porque si no te pones vos y corrés vos", le espetaba al entrenador. Justo antes de volver zanjaba la conversación con un claro "¿si yo me pongo a llorar me vas a abrazar también?".
Terminaron perdiendo el encuentro, por un doble 7-6, y Pereyra después, en Instagram, quiso hacerle un guiño a su compañero y decir que aprende mucho de él, sin llegar a citar siquiera este incidente.