OPINIÓN

Sobremesas, ronroneos, mariachis, publicidad y mucha radio

Pepe Domingo Castaño en el estudio de COPE./COPE
Pepe Domingo Castaño en el estudio de COPE. COPE

Hoy escribo estas líneas mientras me brotan las lágrimas y los recuerdos me invaden. "La publicidad forma parte del programa. ¡Abajo la pausa!". Pepe Domingo Castaño inculcaba a los jóvenes de la redacción de deportes de la Cadena COPE su forma de entender la publicidad y su pasión por la radio: "Es el elemento más importante del programa", nos repetía sin cesar. Un torrente de energía. Con 80 años desprendía vitalidad y unas ganas de ser feliz que trasmitía a todos los que teníamos la suerte de estar a su alrededor.

Uno de esos jóvenes era yo. Un burgalés que llegaba a Madrid hace 11 años y que ha tenido el enorme honor de poder trabajar junto a sus ídolos: Paco González, Manolo Lama y por supuesto Pepe Domingo Castaño. Los primeros días, al llegar a la redacción, una sensación de vértigo me invadía. Estaba compartiendo horas de trabajo con la gente que llevaba escuchando toda la vida, un auténtico lujo para un friki de la radio como yo. Desde el primer momento, Pepe te hacía sentir como uno más del equipo. Siempre con tres obsesiones en la cabeza: la publicidad, los oyentes y la juerga.

La publicidad tenía que ser parte del programa. Delante de él nadie podía decir: "Hacemos una pausa para la publicidad". Recuerdo sus cabreos en la redacción cuando estaba la radio puesta y el locutor de turno pronunciaba esas palabras. Pepe convirtió en un arte la manera de hacer publicidad. ¿Quién no ha tarareado alguna vez algunas de sus menciones históricas? como el Talonario Bancotel, Puritos Reig, el Nessun dorma de Pavarotti para anunciar motosierras… locuras que sólo se le podían ocurrir a un genio como Pepe. Sus publicidades serán recordadas y formarán parte de la historia de la radio.

Los oyentes. La parte primordial de la radio. "Todo lo que hacemos no tendría sencillo sin ellos. Cuando se enciende la luz roja, tenemos que tener un respeto absoluto por los oyentes. Son parte de nuestra familia". Recuerdo estas palabras de Pepe en una de las primeras cenas de la redacción a las que tuve la suerte de asistir. Pepe pensaba en los oyentes en todo momento, no soportaba las palabrotas y las frases malsonantes en antena. Era algo que le sacaba de sus casillas. Cuánta gente habrá disfrutado de su forma de hacer radio. Cuántos niños habrán crecido tarareando sus canciones mientras iban en el coche los fines de semana. Cuánto te echaremos de menos…

La juerga. Benditas fiestas. En el cachondeo era una mezcla entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo. El mejor. Siempre era el primero en organizar comidas y cenas. Auténticas maratones de comer y beber que empezaban al aperitivo y terminaban a altas horas de la mañana. Siempre con sus ronroneos y sus tequilitas. Recuerdo esas comidas de Navidad en las que Pepe llamaba a los mariachis, cogía el micrófono y se ponía a cantar. Las mejores fiestas del mundo para la gente de deportes de COPE. Irrepetibles y únicas.

Siempre recordaré su generosidad, su vitalidad y su fuerza delante del micrófono. Esta noche 'se le han acabado las palabras', pero un trocito de Pepe siempre estará dentro nosotros.

Sólo puedo darle las gracias, ha sido un honor trabajar y vivir a tu lado, Pepe.