Qué es la teoría del semáforo en pádel: zona roja, ámbar y verde
Para optimizar el rendimiento en ese deporte conviene conocer qué golpes son mejores de acuerdo a la zona de la pista desde la que se efectúen.

En el pádel, como en toda disciplina deportiva, hay varios factores a tener en cuenta a la hora de mejorar el rendimiento. Uno de los más importantes es la toma de decisiones. La técnica es clave, claro, pero elegir bien un golpe teniendo en cuenta la ubicación en la pista es todavía más crucial.
Una herramienta muy útil para tener siempre presente a la hora de plantear una estrategia para un partido de pádel es la teoría del semáforo, un enfoque táctico que sirve para organizar el juego en relación a la posición en la pista y la altura en la que se impacta a la bola.
Zona roja, zona ámbar y zona verde
Los colores del semáforo identifican zonas distintas de la pista. En cada uno son convenientes golpes diferentes, más ofensivos o defensivos, con el objetivo de minimizar los errores.
La zona roja es la del fondo, muy cerca de la pared. Es aconsejable usar golpes defensivos, especialmente el globo, la bandeja profunda a poca velocidad o, en caso de jugar un revés, un remate liftado a la valla. Son golpes que, por el tiempo que consumen y el grado de dificultad que suponen para el adversario, pueden permitir recuperar la red.
En la zona ámbar suele haber más posibilidades de elegir: en la posición intermedia de la pista se puede defender o atacar, según demande la circunstancia, sobre todo teniendo en cuenta la altura de la bola antes de golpearla. Por lo general se logra un mayor porcentaje de eficacia con golpes defensivos. Se debe tener en cuenta que muchas veces son golpes que se efectúan sin bote previo de la bola. Aunque se puede intentar una bajada de pared agresiva, una víbora o una volea, no es una zona del todo cómoda para el ataque, salvo para los jugadores de élite.
La zona verde es la ideal para el ataque directo, para iniciar un contragolpe y para ganar la red. Golpes como la derecha asesina y la chiquita (que implica un mayor control) son por lo general muy efectivos. Siempre el que está más cerca de la red lleva la iniciativa del punto en juego. Es el lugar ideal para el smash y la volea. Y es también un sector de la pista en el que la capacidad de reaccionar muy rápido es fundamental, sobre todo en los juegos en los que se producen intercambios muy enérgicos en los que la velocidad de la bola va aumentando.
La importancia de la altura de la pelota
La altura de la pelota es otro factor determinante en el pádel. Para decidir un golpe defensivo o de ataque es preciso tomar en cuenta a qué altura se impacta la bola. Y para eso se usa una referencia de las mismas características de la teoría del semáforo: tres zonas del cuerpo (desde los pies hasta la cadera, desde la cadera hasta los hombros y desde los hombros hacia arriba) que exigen golpes distintos: no se debe -ni se puede casi nunca- atacar si la bola está en la primera zona (pies/cadera); se puede probar con una volea media con mucha precaución si la bola está en la zona de la cadera y los hombros; y es indicado atacar cuando se la golpea por encima de los hombros.