La inusual imagen de Carlos Sainz ayudando a su padre en mitad del desierto

Ha'il.- Una roca en mitad del desierto saudí, donde el aire da la vuelta y no encuentra compañía. Un zigzag entre rocas con el suelo arenoso, como si en otra era por allí hubiera discurrido un río lleno de agua, peces y vida. Ahora apenas hay unos arbustos resecos y quién sabe si algún lagarto aventurero. En lo alto, un piloto de Fórmula 1 que gesticula una y otra vez. ¿Qué se le ha perdido por allí a alguien que ganó hace unos meses el GP de Gran Bretaña en Silverstone?

Carlos Sainz hijo está viviendo en primerísima fila el arranque de un Rally Dakar duro en el que su padre es líder después de dos jornadas de carrera y una Prólogo. Tan en primera fila que el lunes bajó del helicóptero, atalaya privilegiada desde donde sigue la carrera junto a su madre, su novia y el presidente de la Federación Saudí de motor, para acercarse a escasos metros del Audi RS Q e-tron #207 de su padre.

Después de haber visto pinchar a varios de los rivales del bicampeón del mundo de rallies y tres veces ganador del Dakar y lo complicado del recorrido desde el Sea Camp a AlUla (430 km de piedras y más piedras en las que decenas de pilotos sufrieron lo indecible), el piloto de Ferrari decidió bajarse del helicóptero y tratar de ayudar a su padre indicándole que bajase el ritmo. La imagen, grabada por un aficionado, es historia de la carrera.

El propio Sainz padre reconocía haberle visto en ese punto, aunque quiso restar importancia a lo decisivo de la situación. "Sí, lo he visto porque íbamos tan lentos que me he dado cuenta de que era él, pero normalmente no aprecias esas cosas. Era un paso estrecho que estaba indicado en el roadbook, así que no había peligro. Pero ellos desde el helicóptero lo han visto así y han decidido aterrizar y avisar", apuntó tras la etapa.

Ver para creer. Si ya sorprende la presencia de un piloto de F1 actual en el vivac del Dakar durante varios días, el hecho de que esté tan implicado es un plus a unos días familiares que los Sainz están disfrutando a pleno rendimiento. El padre, en las pistas, cañones y explanadas desérticas sobre las que discurre la 45ª edición del rally. El hijo, desde el aire, desde el suelo y de todas las maneras posibles. Son sus primeros días de desierto dakariano, pero él tiene claros que no serán los últimos.