RALLY DAKAR

Laia Sanz: "He sufrido comentarios machistas, pero me han hecho fuerte y por eso estoy donde estoy"

La piloto española encara su segunda participación en el Dakar en coche con más opciones que en su debut y como referente para toda una generación de niñas que sueñan con seguir sus pasos.

Laia Sanz, durante una de las pruebas de la Extreme E 2022. /Extreme E
Laia Sanz, durante una de las pruebas de la Extreme E 2022. Extreme E
Sergio Lillo
Michèle Novovitch

Sergio Lillo y Michèle Novovitch

Nunca lo tuvo fácil. Ni cuando con apenas cuatro años cogió la Montesa Cota 25 de su hermano sin su permiso y empezó a dar gas. Ni cuando fichó por el equipo Honda en el Rally Dakar. Ni tampoco cuando decidió dar el salto a las cuatro ruedas. Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985) sabe lo que es romper techos de cristal entrenamiento tras entrenamiento, prueba tras prueba y año tras año. La piloto catalana llegó a colarse entre los 10 primeros pilotos de motos en la general del Rally Dakar en 2015 y desde su debut en la prueba (2011) ha cruzado la meta en todas y cada una de sus participaciones. Ningún otro piloto español lo ha conseguido. Desde el próximo 31 de diciembre disputará su segundo año en coche y está dispuesta a presentar batalla.

La piloto española se involucró desde bien pequeña en un mundo en el que en muchas situaciones fue la única chica que se ponía el casco y se subía a la moto los fines de semana. Su presencia en los campeonatos regionales y nacionales de trial hacía levantar las miradas, más aún cuando se imponía a sus rivales con naturalidad y habilidad. La pasión de su padre por el motor y el despiste de su hermano cuando ella tenía cuatro años marcaron su infancia y adolescencia. En su camino hacia los 14 títulos mundiales de Trial femenino y los seis de Enduro se encontró con muchos sinsabores, tardes grises y comentarios innecesarios. Pero, como reconoce a Relevo, todo esto no hizo sino reforzar su voluntad de seguir aprendiendo, de seguir compitiendo y de demostrar a todos aquellos que dudaron de ella que estaban equivocados.

"Yo he pasado muchos momentos malos, de comentarios machistas y todo tipo de cosas, incluso cierto trato malo en algún equipo por ser una chica. Pero también creo que es lo que me ha hecho fuerte y me ha hecho llegar adonde estoy", asegura la piloto catalana. "Al final estoy aquí por todo lo que he vivido. Eso me ha hecho crecer, convertir estas cosas en motivación extra a veces para demostrar lo que valgo. Por suerte, ahora las chicas que vienen lo tienen un poco más fácil de lo que yo lo tuve y espero que no vivan estas cosas desagradables que he tenido que vivir".

Sus pasos en el Rally Dakar comenzaron 2011 en Sudamérica y cuatro años después volvió a sorprender al mundo al colarse en el top 10 final de la prueba en la categoría de motos, la más dura de todas. Su espectacular resultado, entre los mejores de la disciplina terminó por despejar las dudas para los menos crédulos: tenía el nivel, la habilidad y la resistencia para competir de tú a tú con sus rivales masculinos. Volvió a rondar esos 10 primeros puestos en otras dos ocasiones (2018 y 2019). Pero una larga y compleja enfermedad en 2020 lastró su salud y su preparación, y su cabeza priorizó ese proyecto de competir en cuatro ruedas que le había rondado desde hacía unos años.

Su debut en el Dakar con un coche se produjo en enero de 2022, con MINI X-raid y Maurizio Gerini, también motociclista, como copiloto. Aunque sufrió con un vehículo de otra generación y sin las capacidades técnicas de los que lucharon por la victoria, logró acabar entre los 25 primeros. La catalana ha competido también desde 2021 en el Extreme E, una categoría de todoterrenos eléctricos en la que los equipos son mixtos y donde comparte coche con Carlos Sainz, bicampeón del mundo de rallies y tres veces ganador del Dakar, con el equipo Acciona | Sainz XE.

Esta categoría, entre otras iniciativas de la FIA y los organizadores, está ayudando a visibilizar a las mujeres piloto y estas han demostrado que en algunos casos pueden medirse de tú a tú contra los hombres. "Creo que estamos en el camino. Obviamente, queda mucho por hacer, pero comparado con cómo estaba todo cuando yo empecé, creo que se ha dado un buen paso. Aún falta, pero el Extreme E es un buen ejemplo y mira las chicas que hay ahora en el Dakar, incluso tenemos mecánicas en el equipo. Esto hace 10 años era impensable. Creo que estamos evolucionando, estamos en el camino. No estamos yendo tan rápido como nos gustaría, pero creo que va en la dirección correcta y hay que ser positivos", afirma.

La piloto española también lanza un mensaje para aquellas que dudan de si será ese el camino por el que deben apostar, si no se encontrarán mil y un problemas y situaciones incómodas. "A esas niñas que empiezan ahora les diría que si sueñas con algo y lo trabajas, puedes llegar muy lejos. A mí me llegan a decir hace 20 que iba a estar donde estoy y no me creería nada, pensaría que es una broma. Ahora corro con Carlos Sainz, que lo veía en el Rally de Catalunya en su tiempo… Si te lo trabajas y pones todo tu esfuerzo y dedicación, se puede llegar muy lejos", subraya.

El reto de entrar entre los 20 mejores en coches

Sus pasos firmes la han llevado a recalar en el equipo Astara Team para su 12 + 1 Dakar, como diría el campeón Ángel Nieto. El proyecto respaldado por la empresa de distribución de vehículos y servicios de movilidad cuenta con otros dos vehículos pilotados por Óscar Fuertes, segundo mejor rookie en 2018, y Carlos Checa, campeón del mundo de Superbikes en 2009 y expiloto de MotoGP. Al volante de un buggy (dos ruedas motrices) propulsado con combustible sostenible, la catalana espera dar un paso más y luchar por entrar en el competido top 20 de la general.

"Es un honor compartir equipo con Carlos Checa. Tenemos buen rollo entre todos, nos conocemos bien y eso es clave. Estoy muy contenta de haber cerrado un buen proyecto. El año pasado el objetivo era acabar, pero para este quería más. Mi objetivo era mejorar y este es el vehículo y el equipo perfecto para dar un paso adelante. Me gustaría poder luchar por entrar entre los 20 primeros, pero esta es una carrera compleja donde todo puede pasar", apunta.

"Lo afronto mucho más tranquila. El año pasado al final me venía todo un poco grande, sobre todo el Extreme E al principio. Luego, ya al final de temporada, fui evolucionando, pero obviamente no fue fácil. Competir ahí con Carlos… era una presión grande también, pero la verdad es que me está ayudando y he crecido muchísimo en este poco tiempo y en las últimas carreras del Extreme E me he sentido mucho más cómoda. Al Dakar llegamos con un año de experiencia y sabemos un poco más de qué va la carrera en coche. Esto me hace llegar con más calma y sabiendo que si hacemos una carrera inteligente, estaremos mucho más adelante".

Sobre si llega con más presión a su segunda edición en coche, después de dos temporadas de experiencia en el Extreme E, donde ha acabado tercera este año, Sanz lo tiene claro. "A mí siempre me gusta ponerme presión porque siempre he sido así y cuando hago algo me gusta darlo todo. La presión creo que es necesaria para sacar tu mejor versión en carrera y exigirte lo mejor. Tengo muchas ganas de hacerlo bien, estamos mucho mejor preparados que el año pasado, así que con presión, pero también tranquila", dice.

Un coche distinto para dar un paso adelante

En la 45ª edición del rally más duro del mundo Sanz se pondrá al volante de un vehículo que tiene poco que ver con el que corrió hace 12 meses y con el que no ha podido competir en ninguna prueba antes. Pero, aun así, y tras completar algunos test con él, tiene claro que le permitirá ir más allá.

Las tres parejas del equipo Astara Team para el Rally Dakar 2023 con sus vehículos.  Astara Team
Las tres parejas del equipo Astara Team para el Rally Dakar 2023 con sus vehículos. Astara Team

"Va a ir bien, va a ir bien. En los sitios rápidos no hay punto de comparación. Al ser un buggy tienes mucha más suspensión y el motor es increíble. Luego sí es cierto que en las dunas quizás es donde tenía más dudas. Al ser tracción trasera es verdad que habrá un poco más de estrés en la dunas, pero creo que con el tema del inflado-desinflado de las ruedas se puede compensar bastante. Quizás en dunas muy complicadas será dónde más sufriremos. Pero lo que puedes llegar a correr en etapas de piedra, rotas y rápidas, que es un poco el Dakar actual, lo compensa de lejos", añade.