RALLY DAKAR 2023

El día más aciago para Laia Sanz en el Rally Dakar cuando peleaba por el top 10

La piloto catalana estuvo más de seis horas parada en mitad del desierto por diferentes problemas mecánicos en su coche.

Laia Sanz, tras llegar al vivac de AlUla en el Rally Dakar 2023. /Astara
Laia Sanz, tras llegar al vivac de AlUla en el Rally Dakar 2023. Astara
Sergio Lillo

Sergio Lillo

AlUla.- En el caos absoluto de la segunda etapa del Rally Dakar, donde las piedras hicieron mella en máquinas y pilotos y en el que la general de coches quedó sumamente condicionada, Laia Sanz y Maurizio Gerini, su copiloto, vivieron su particular odisea. La catalana iba camino de marcar su mejor actuación en coches hasta la fecha -llegó a marcar el 11º mejor tiempo absoluto en los km 230 y 269-, pero su Astara sufrió la dureza de la jornada de manera irremediable y les hizo acabar el día quemando rastrojos para calentarse en mitad del desierto.

La piloto española llegó un poco antes de las 22.00 de la noche la vivac de AlUla, después de haber salido del Sea Camp a las 10:48 de la mañana. Casi 12 horas de auténtica pesadilla y sueños rotos para Sanz, que estaba demostrando que tiene el ritmo para pelear por el top 10 sin ningún tipo de duda, como ya hizo en aquel Dakar histórico de 2015 en moto. Un pinchazo nada más comenzar, en el kilómetro 20, les hizo tomar precauciones y bajar la velocidad. Con cabeza fría lograron marcar el 11º mejor tiempo pasada la mitad del día. Pero de manera repentina los espárragos de una rueda (tornillos que sujetan la llanta al eje) se partieron.

Esto les obligó a bajarse del coche para intentar repararlo, pero en mitad del desierto no se tienen todas las herramientas necesarias para algunas operaciones y Sanz y Gerini se pusieron manos a la obra. Después de 3h50 de sudor, arena y cansancio retomaron la especial, pero un nuevo pinchazo y el fallo de las luces delanteras les obligó a pararse de nuevo. Allí, tuvieron que hacer una pequeña fogata con ramas secas de un arbusto para calentarse, mientras esperaban ayuda para poder reemprender la marcha en mitad de la noche y entre algunas pequeñas dunas finales.

Esto les obligó a arrastrar el vehículo de dos ruedas motrices como pudieron hasta el campamento, dejándose más de siete horas con el ganador de la jornada, Al Attiyah. Sanz contenía las lágrimas de rabia e impotencia cuando habló con Relevo en su caravana después de cenar.

"Hoy nos ha pasado de todo. Estoy muy cabreada porque lo estábamos haciendo muy, muy bien y me sabe fatal que nos haya pasado todo lo que nos ha pasado. Hemos pinchado en el km 20 y luego bajamos el ritmo porque sabíamos quedaban mucha piedra por delante. Después, de repente, el coche ha empezado a toser en las zonas más lentas, aunque en las rápidas seguía funcionando bien", comentó.

"Después, sobre el km 330, se nos han roto los espárragos de la rueda y hemos tenido que cambiar varias piezas nosotros mismos. Pero no teníamos las herramientas necesarias y ha sido un poco odisea. Aunque hemos conseguido seguir ya a un ritmo más bajo, lo peor ha llegado al caer la noche, que nos han dejado de funcionar las luces y no veíamos nada. Además, hemos vuelto a pinchar... un desastre".

Aunque Sanz se ha quedado sin opciones de entrar en ese top 15 que tenía como objetivo antes de viajar a Arabia Saudí, espera poder apretar en las etapas que hay por delante para quitarse la espinita. "Ahora vamos a ir a por cada etapa, para intentar seguir demostrando nuestro ritmo y darnos alguna alegría. No queda otra", concluyó.

La piloto catalana y su copiloto italiano tomarán la salida a las 12:12 hora local (10:12 en España), desde la 120ª posición de salida, para la tercera etapa del Rally Dakar, una jornada marcada por la lluvia y que contará con casi 450 km cronometrados entre AlUla y Ha'il.